< Anterior |
Siguiente > |
1 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.
2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
3 Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén.
4 Y si fuere propio que yo también vaya, irán conmigo.
5 Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar.
6 Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir.
7 Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite.
8 Pero estaré en Efeso hasta Pentecostés;
9 porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.
10 Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor así como yo.
11 Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos.
12 Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, mas de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad.
13 Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
14 Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
15 Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos.
16 Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan.
17 Me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido vuestra ausencia.
18 Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales personas.
19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.
20 Os saludan todos los hermanos. Saludaos los unos a los otros con ósculo santo.
21 Yo, Pablo, os escribo esta salutación de mi propia mano.
22 El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.
23 La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros.
24 Mi amor en Cristo Jesús esté con todos vosotros. Amén.
1 Ahora bien, respecto a la colecta que es para los santos: así como di órdenes a las congregaciones de Galacia, háganlo de esa manera ustedes también.
2 Cada primer día de la semana, que cada uno de ustedes en su propia casa ponga algo aparte en reserva según vaya prosperando, para que cuando yo llegue no se hagan colectas entonces.
3 Pero cuando llegue yo allá, a cualesquiera hombres que ustedes aprueben por cartas, a estos los enviaré para que lleven su bondadoso don a Jerusalén.
4 Sin embargo, si es apropiado que yo también vaya allá, ellos irán allá conmigo.
5 Pero iré a ustedes cuando haya pasado por Macedonia, porque voy a pasar por Macedonia;
6 y quizás me quede, o aun pase el invierno con ustedes, para que me acompañen parte del camino a donde vaya.
7 Pues no quiero verlos ahora mismo al pasar por allí, porque espero permanecer algún tiempo con ustedes, si Jehová lo permite.
8 Mas voy a permanecer en Éfeso hasta [la fiesta d]el Pentecostés;
9 porque una puerta grande que conduce a la actividad se me ha abierto, pero hay muchos opositores.
10 Sin embargo, si llega Timoteo, vean que quede libre de temor entre ustedes, porque él está haciendo la obra de Jehová, así como yo.
11 Por lo tanto, no lo menosprecie nadie. Acompáñenlo parte del camino en paz, para que llegue aquí a donde mí, porque lo estoy esperando con los hermanos.
12 Ahora bien, respecto a Apolos nuestro hermano, le supliqué mucho que fuera a ustedes con los hermanos, y sin embargo no fue su voluntad de manera alguna ir a ustedes ahora; pero irá cuando tenga la oportunidad.
13 Manténganse despiertos, estén firmes en la fe, pórtense como hombres, háganse poderosos.
14 Efectúense todos sus asuntos con amor.
15 Ahora los exhorto, hermanos: ustedes saben que la casa de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se pusieron a servir a los santos.
16 Sigan ustedes también sometiéndose a personas de esa clase y a todo el que coopera y labora.
17 Pero me regocijo por la presencia de Estéfanas y de Fortunato y de Acaico, porque ellos han compensado por la ausencia de ustedes.
18 Porque han refrescado mi espíritu y el de ustedes. Por lo tanto, reconozcan a hombres de esa clase.
19 Las congregaciones de Asia les envían sus saludos. Áquila y Prisca, junto con la congregación que está en su casa, los saludan cordialmente en [el] Señor.
20 Todos los hermanos los saludan. Salúdense unos a otros con beso santo.
21 [Aquí está] mi saludo, de Pablo, de mi propia mano.
22 Si alguien no le tiene cariño al Señor, sea maldito. ¡Oh, Señor nuestro, ven!
23 Que la bondad inmerecida del Señor Jesús esté con ustedes.
24 Que mi amor esté con todos ustedes en unión con Cristo Jesús.