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1 CRONICAS 29 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Después dijo el rey David a toda la asamblea: Solamente a Salomón mi hijo ha elegido Dios; él es joven y tierno de edad, y la obra grande; porque la casa no es para hombre, sino para Jehová Dios.

2 Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.

3 Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios:

4 tres mil talentos de oro, de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada para cubrir las paredes de las casas;

5 oro, pues, para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de las manos de los artífices. ¿Y quién quiere hacer hoy ofrenda voluntaria a Jehová?

6 Entonces los jefes de familia, y los príncipes de las tribus de Israel, jefes de millares y de centenas, con los administradores de la hacienda del rey, ofrecieron voluntariamente.

7 Y dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce, y cinco mil talentos de hierro.

8 Y todo el que tenía piedras preciosas las dio para el tesoro de la casa de Jehová, en mano de Jehiel gersonita.

9 Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente.

10 Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo.

11 Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.

12 Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.

13 Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre.

14 Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.

15 Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura.

16 Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo.

17 Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti espontáneamente.

18 Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel nuestros padres, conserva perpetuamente esta voluntad del corazón de tu pueblo, y encamina su corazón a ti.

19 Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas, y te edifique la casa para la cual yo he hecho preparativos.

20 Después dijo David a toda la congregación: Bendecid ahora a Jehová vuestro Dios. Entonces toda la congregación bendijo a Jehová Dios de sus padres, e inclinándose adoraron delante de Jehová y del rey.

21 Y sacrificaron víctimas a Jehová, y ofrecieron a Jehová holocaustos al día siguiente; mil becerros, mil carneros, mil corderos con sus libaciones, y muchos sacrificios de parte de todo Israel.

22 Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.

23 Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel.

24 Y todos los príncipes y poderosos, y todos los hijos del rey David, prestaron homenaje al rey Salomón.

25 Y Jehová engrandeció en extremo a Salomón a ojos de todo Israel, y le dio tal gloria en su reino, cual ningún rey la tuvo antes de él en Israel.

26 Así reinó David hijo de Isaí sobre todo Israel.

27 El tiempo que reinó sobre Israel fue cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres reinó en Jerusalén.

28 Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria; y reinó en su lugar Salomón su hijo.

29 Y los hechos del rey David, primeros y postreros, están escritos en el libro de las crónicas de Samuel vidente, en las crónicas del profeta Natán, y en las crónicas de Gad vidente,

30 con todo lo relativo a su reinado, y su poder, y los tiempos que pasaron sobre él, y sobre Israel y sobre todos los reinos de aquellas tierras.

  X


1 David el rey ahora dijo a toda la congregación: “Salomón mi hijo, el único [a quien] Dios ha escogido, es joven y delicado, pero la obra es grande; porque el castillo no es para hombre, sino para Jehová Dios.

2 Y conforme a todo mi poder he preparado para la casa de mi Dios el oro para la obra de oro, y la plata para la obra de plata, y el cobre para la obra de cobre, el hierro para la obra de hierro, y las maderas para la obra de madera; piedras de ónice, y piedras que han de encajarse con argamasa dura, y piedrecitas de mosaico, y toda piedra preciosa, y piedras de alabastro en gran cantidad.

3 Y puesto que me estoy complaciendo en la casa de mi Dios, todavía hay una propiedad especial mía, oro y plata; la doy en efecto a la casa de mi Dios además de todo lo que he preparado para la casa santa:

4 tres mil talentos de oro del oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada, para revestir las paredes de las casas;

5 del oro para la obra de oro, y de la plata para la obra de plata y para toda la obra por la mano de los artífices. ¿Y quién hay que ofrezca voluntariamente llenar su mano hoy [con una dádiva] para Jehová?”.

6 Y los príncipes de las casas paternas y los príncipes de las tribus de Israel y los jefes de millares y de centenas y los jefes del negocio del rey procedieron a ofrecer voluntariamente.

7 Por consiguiente, dieron para el servicio de la casa del Dios [verdadero] oro que valía cinco mil talentos y diez mil dáricos, y plata que valía diez mil talentos, y cobre que valía dieciocho mil talentos, y hierro que valía cien mil talentos.

8 Y las piedras que hallaron en su poder cualesquiera personas las dieron al tesoro de la casa de Jehová bajo el control de Jehiel el guersonita.

9 Y el pueblo se entregó al regocijo por haber hecho ofrendas voluntarias, porque fue con corazón completo que hicieron ofrendas voluntarias a Jehová; y aun David el rey mismo se regocijó con gran gozo.

10 En consecuencia, David bendijo a Jehová ante los ojos de toda la congregación, y David dijo: “Bendito seas, oh Jehová el Dios de Israel nuestro padre, desde tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido.

11 Tuya, oh Jehová, es la grandeza y el poderío y la hermosura y la excelencia y la dignidad; porque todo lo que hay en los cielos y en la tierra es [tuyo]. Tuyo es el reino, oh Jehová, Aquel que también te alzas como cabeza sobre todo.

12 Las riquezas y la gloria las hay debido a ti, y tú lo estás dominando todo; y en tu mano hay poder y potencia, y en tu mano hay [facultad] para hacer grande y para dar fuerzas a todos.

13 Y ahora, oh Dios nuestro, te damos las gracias y alabamos tu hermoso nombre.

14 ”Y sin embargo, ¿quién soy yo y quién es mi pueblo, para que retengamos el poder para hacer ofrendas voluntarias de esta manera? Porque todo proviene de ti, y de tu propia mano te hemos dado.

15 Porque somos residentes forasteros delante de ti, y pobladores lo mismo que todos nuestros antepasados. Cual sombra son nuestros días sobre la tierra, y no hay esperanza.

16 Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificarte una casa para tu santo nombre, de tu mano es, y a ti todo ello pertenece.

17 Y bien sé yo, oh Dios mío, que tú eres examinador del corazón, y que es en la rectitud en lo que te complaces. Yo, por mi parte, en la probidad de mi corazón he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y ahora he tenido gozo en ver a tu pueblo que se halla aquí ahora hacerte ofrendas voluntariamente.

18 Oh Jehová el Dios de Abrahán, Isaac e Israel nuestros antepasados, mantén esto, sí, hasta tiempo indefinido como la inclinación de los pensamientos del corazón de tu pueblo, y dirige su corazón a ti.

19 Y da a Salomón mi hijo un corazón completo para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus disposiciones reglamentarias, y para que haga todo, y para que edifique el castillo para el cual yo he hecho los preparativos”.

20 Y David pasó a decir a toda la congregación: “Bendigan, ahora, a Jehová su Dios”. Y toda la congregación procedió a bendecir a Jehová el Dios de sus antepasados, y a inclinarse y postrarse ante Jehová y ante el rey.

21 Y continuaron sacrificando sacrificios a Jehová y ofreciendo ofrendas quemadas a Jehová el día siguiente a aquel día: mil toros jóvenes, mil carneros, mil corderos y sus libaciones, sí, sacrificios en gran número para todo Israel.

22 Y continuaron comiendo y bebiendo delante de Jehová aquel día con gran regocijo; y procedieron por segunda vez a hacer rey a Salomón hijo de David, y a ungírselo a Jehová por caudillo, y también a Sadoc por sacerdote.

23 Y Salomón empezó a sentarse sobre el trono de Jehová como rey en lugar de David su padre, y a hacerlo con éxito, y todos los israelitas le fueron obedientes.

24 En cuanto a todos los príncipes y los hombres poderosos y también todos los hijos del rey David, se sometieron a Salomón el rey.

25 Y Jehová continuó haciendo a Salomón sobresalientemente grande ante los ojos de todo Israel, y a poner sobre él tal dignidad real como la cual no había llegado a haber una sobre ningún rey antes de él sobre Israel.

26 En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel;

27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años, y en Jerusalén reinó por treinta y tres [años].

28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.

29 En cuanto a los asuntos de David el rey, los primeros y los últimos, allí están escritos entre las palabras de Samuel el vidente y entre las palabras de Natán el profeta y entre las palabras de Gad el hombre de visiones,

30 junto con toda su gobernación real y su poderío y los tiempos que habían pasado sobre él y sobre Israel y sobre todos los reinos de las tierras.