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1 SAMUEL 7 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Vinieron los de Quiriat-jearim y llevaron el arca de Jehová, y la pusieron en casa de Abinadab, situada en el collado; y santificaron a Eleazar su hijo para que guardase el arca de Jehová.

2 Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová.

3 Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos.

4 Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová.

5 Y Samuel dijo: Reunid a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehová.

6 Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová hemos pecado. Y juzgó Samuel a los hijos de Israel en Mizpa.

7 Cuando oyeron los filisteos que los hijos de Israel estaban reunidos en Mizpa, subieron los príncipes de los filisteos contra Israel; y al oír esto los hijos de Israel, tuvieron temor de los filisteos.

8 Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos.

9 Y Samuel tomó un cordero de leche y lo sacrificó entero en holocausto a Jehová; y clamó Samuel a Jehová por Israel, y Jehová le oyó.

10 Y aconteció que mientras Samuel sacrificaba el holocausto, los filisteos llegaron para pelear con los hijos de Israel. Mas Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos, y los atemorizó, y fueron vencidos delante de Israel.

11 Y saliendo los hijos de Israel de Mizpa, siguieron a los filisteos, hiriéndolos hasta abajo de Bet-car.

12 Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová.

13 Así fueron sometidos los filisteos, y no volvieron más a entrar en el territorio de Israel; y la mano de Jehová estuvo contra los filisteos todos los días de Samuel.

14 Y fueron restituidas a los hijos de Israel las ciudades que los filisteos habían tomado a los israelitas, desde Ecrón hasta Gat; e Israel libró su territorio de mano de los filisteos. Y hubo paz entre Israel y el amorreo.

15 Y juzgó Samuel a Israel todo el tiempo que vivió.

16 Y todos los años iba y daba vuelta a Bet-el, a Gilgal y a Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos lugares.

17 Después volvía a Ramá, porque allí estaba su casa, y allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar a Jehová.

  X


1 En conformidad, los hombres de Quiryat-jearim vinieron y subieron el arca de Jehová y la introdujeron en la casa de Abinadab, en la colina, y a Eleazar su hijo lo santificaron para que guardara el arca de Jehová.

2 Y aconteció que los días siguieron multiplicándose desde el día en que el Arca moró en Quiryat-jearim, de modo que ascendieron a veinte años, y toda la casa de Israel empezó a lamentarse en pos de Jehová.

3 Y Samuel procedió a decir a toda la casa de Israel: “Si con todo su corazón están volviéndose a Jehová, quiten de en medio de ustedes los dioses extranjeros y también las imágenes de Astoret, y dirijan su corazón inalterablemente a Jehová y sírvanle solo a él, y él los librará de la mano de los filisteos”.

4 Ante eso, los hijos de Israel quitaron los Baales y las imágenes de Astoret, y empezaron a servir solo a Jehová.

5 Entonces dijo Samuel: “Junten a todo Israel en Mizpá, para que yo ore a Jehová por ustedes”.

6 De modo que se juntaron en Mizpá, y se pusieron a sacar agua y a derramarla delante de Jehová, y guardaron un ayuno en aquel día. Y empezaron a decir allí: “Hemos pecado contra Jehová”. Y Samuel se puso a juzgar a los hijos de Israel en Mizpá.

7 Y los filisteos llegaron a oír que los hijos de Israel se habían juntado en Mizpá, y los señores del eje de los filisteos emprendieron la subida contra Israel. Cuando lo oyeron los hijos de Israel, empezaron a tener miedo a causa de los filisteos.

8 Así que los hijos de Israel dijeron a Samuel: “No guardes silencio, por consideración a nosotros, de clamar a Jehová nuestro Dios por socorro, para que nos salve de la mano de los filisteos”.

9 Entonces Samuel tomó un corderito lechal y lo ofreció como ofrenda quemada, una ofrenda entera, a Jehová; y Samuel empezó a clamar a Jehová por socorro a favor de Israel, y Jehová procedió a contestarle.

10 Y aconteció que, mientras Samuel estaba ofreciendo la ofrenda quemada, los filisteos mismos se acercaron para la batalla contra Israel. Y Jehová ahora hizo que tronara con gran estruendo aquel día contra los filisteos, para ponerlos en confusión; y fueron derrotados delante de Israel.

11 Ante eso, los hombres de Israel hicieron una salida de Mizpá y fueron persiguiendo a los filisteos y siguieron derribándolos hasta el sur de Bet-car.

12 Entonces Samuel tomó una piedra y la colocó entre Mizpá y Jesaná, y empezó a llamarla por nombre Ebenézer. Por consiguiente, dijo: “Hasta ahora nos ha ayudado Jehová”.

13 Así fueron sojuzgados los filisteos, y ya no volvieron a entrar en el territorio de Israel; y la mano de Jehová continuó estando contra los filisteos todos los días de Samuel.

14 Y las ciudades que los filisteos habían quitado a Israel siguieron volviendo a Israel, desde Eqrón hasta Gat, e Israel libró el territorio de estas de la mano de los filisteos. Y llegó a haber paz entre Israel y los amorreos.

15 Y Samuel siguió juzgando a Israel todos los días de su vida.

16 Y viajaba de año en año y hacía el circuito de Betel y Guilgal y Mizpá, y juzgaba a Israel en todos estos lugares.

17 Pero su regreso era a Ramá, porque allí era donde estaba su casa, y allí juzgaba a Israel. Y procedió a edificar allí un altar a Jehová.