< Anterior |
Siguiente > |
1 Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí, él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí era el heno tardío después de las siegas del rey.
2 Y aconteció que cuando acabó de comer la hierba de la tierra, yo dije: Señor Jehová, perdona ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño.
3 Se arrepintió Jehová de esto: No será, dijo Jehová.
4 Jehová el Señor me mostró así: He aquí, Jehová el Señor llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra.
5 Y dije: Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño.
6 Se arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo Jehová el Señor.
7 Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil.
8 Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más.
9 Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam.
10 Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam rey de Israel: Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras.
11 Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio.
12 Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allá;
13 y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino.
14 Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres.
15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel.
16 Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú dices: No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac.
17 Por tanto, así ha dicho Jehová: Tu mujer será ramera en medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será repartida por suertes; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra.
1 El Señor omnipotente me mostró esta visión: Empezaba a crecer la hierba después de la siega que corresponde al rey, y vi al Señor preparando enjambres de langostas.
2 Cuando las langostas acababan con la hierba de la tierra, exclamé: —¡Señor mi Dios, te ruego que perdones a Jacob! ¿Cómo va a sobrevivir, si es tan pequeño?
3 Entonces el Señor se compadeció y dijo: —Esto no va a suceder.
4 El Señor omnipotente me mostró entonces otra visión: Vi al Señor llamar a juicio con un fuego que devoraba el gran abismo y consumía los campos.
5 Y exclamé: —¡Detente, Señor mi Dios, te lo ruego! ¿Cómo sobrevivirá Jacob, si es tan pequeño?
6 Entonces el Señor se compadeció y dijo: —Esto tampoco va a suceder.
7 El Señor me mostró otra visión: Estaba él de pie junto a un muro construido a plomo, y tenía una cuerda de plomada en la mano.
8 Y el Señor me preguntó: —¿Qué ves, Amós?
9 »Los altares paganos de Isaac serán destruidos, y arruinados los santuarios de Israel;
10 Entonces Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboán rey de Israel: «Amós está conspirando contra ti en medio de Israel. El país ya no aguanta tanta palabrería de Amós,
11 porque anda diciendo: »“Jeroboán morirá a espada,
12 Entonces Amasías le dijo a Amós: —¡Largo de aquí, vidente! ¡Si quieres ganarte el pan profetizando, vete a la tierra de Judá!
13 No vuelvas a profetizar en Betel, porque este es el santuario del rey; es el templo del reino.
14 Amós le respondió a Amasías: —Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino que cuido ovejas y cultivo higueras.
15 Pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”.
16 Así que oye la palabra del Señor. Tú dices: »“No profetices contra Israel;
17 »Por eso, así dice el Señor: »“Tu esposa se prostituirá en la ciudad,