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La Palabra de Dios preservada y viva

DEUTERONOMIO 2 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Luego volvimos y salimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehová me había dicho; y rodeamos el monte de Seir por mucho tiempo.

2 Y Jehová me habló, diciendo:

3 Bastante habéis rodeado este monte; volveos al norte.

4 Y manda al pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el territorio de vuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho.

5 No os metáis con ellos, porque no os daré de su tierra ni aun lo que cubre la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir.

6 Compraréis de ellos por dinero los alimentos, y comeréis; y también compraréis de ellos el agua, y beberéis;

7 pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.

8 Y nos alejamos del territorio de nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino del Arabá desde Elat y Ezión-geber; y volvimos, y tomamos el camino del desierto de Moab.

9 Y Jehová me dijo: No molestes a Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, porque no te daré posesión de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad a los hijos de Lot.

10 (Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac.

11 Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas.

12 Y en Seir habitaron antes los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los arrojaron de su presencia, y habitaron en lugar de ellos, como hizo Israel en la tierra que les dio Jehová por posesión.)

13 Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.

14 Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado.

15 Y también la mano de Jehová vino sobre ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.

16 Y aconteció que después que murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,

17 Jehová me habló, diciendo:

18 Tú pasarás hoy el territorio de Moab, a Ar.

19 Y cuando te acerques a los hijos de Amón, no los molestes, ni contiendas con ellos; porque no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, pues a los hijos de Lot la he dado por heredad.

20 (Por tierra de gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos;

21 pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas. Estos sucedieron a aquéllos, y habitaron en su lugar,

22 como hizo Jehová con los hijos de Esaú que habitaban en Seir, delante de los cuales destruyó a los horeos; y ellos sucedieron a éstos, y habitaron en su lugar hasta hoy.

23 Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron, y habitaron en su lugar.)

24 Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra con él.

25 Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.

26 Y envié mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón rey de Hesbón con palabras de paz, diciendo:

27 Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme ni a diestra ni a siniestra.

28 La comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me darás por dinero, y beberé; solamente pasaré a pie,

29 como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y los moabitas que habitaban en Ar; hasta que cruce el Jordán a la tierra que nos da Jehová nuestro Dios.

30 Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque Jehová tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como hasta hoy.

31 Y me dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a entregar delante de ti a Sehón y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella para que la heredes.

32 Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza.

33 Mas Jehová nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo.

34 Tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno.

35 Solamente tomamos para nosotros los ganados, y los despojos de las ciudades que habíamos tomado.

36 Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová nuestro Dios en nuestro poder.

37 Solamente a la tierra de los hijos de Amón no llegamos; ni a todo lo que está a la orilla del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que Jehová nuestro Dios había prohibido.

  X


1 ”Entonces nos volvimos y partimos para el desierto por el camino del mar Rojo, tal como me había hablado Jehová; y nos quedamos muchos días dando la vuelta al monte Seír.

2 Por fin Jehová me dijo esto:

3 ‘Han dado la vuelta a esta montaña por bastante tiempo. Cambien de dirección hacia el norte.

4 Y tú manda al pueblo, y di: “Van pasando a lo largo del confín de sus hermanos, los hijos de Esaú, que moran en Seír; y ellos tendrán miedo a causa de ustedes, y ustedes tienen que tener mucho cuidado.

5 No traben contienda con ellos, porque no les daré de la tierra de ellos ni siquiera la anchura de la planta del pie; porque he dado el monte Seír a Esaú como tenencia.

6 El alimento que compren de ellos por dinero, lo tendrán que comer; y también el agua que adquieran de ellos por dinero, la tendrán que beber.

7 Porque Jehová tu Dios te ha bendecido en todo hecho de tu mano. Bien conoce él tu andar por este gran desierto. Estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo. No te ha faltado nada”’.

8 Así que pasamos alejándonos de nuestros hermanos, los hijos de Esaú, que moran en Seír, desde el camino del Arabá, desde Elat y desde Ezión-guéber. ”En seguida nos volvimos y procedimos a pasar adelante por el camino del desierto de Moab.

9 Entonces me dijo Jehová: ‘No molestes a Moab ni trabes guerra con ellos, porque no te daré nada de su tierra como tenencia, porque a los hijos de Lot he dado Ar como tenencia.

10 (Los emim moraron en ella en tiempos pasados, un pueblo grande y numeroso y alto como los anaquim.

11 En cuanto a los refaím, a ellos también se les consideraba como los anaquim, y los moabitas los llamaban emim.

12 Y los horeos moraron en Seír en tiempos pasados, y los hijos de Esaú procedieron a desposeerlos y a aniquilarlos de delante de ellos y a morar en su lugar, tal como Israel tiene que hacer a la tierra que es su tenencia, que Jehová ciertamente les dará.)

13 Ahora mismo levántense y emprendan su camino a través del valle torrencial de Zered’. Por consiguiente, nos pusimos a cruzar el valle torrencial de Zered.

14 Y los días que anduvimos desde Qadés-barnea hasta que cruzamos el valle torrencial de Zered fueron treinta y ocho años, hasta que toda la generación de los hombres de guerra se hubo acabado de en medio del campamento, tal como les había jurado Jehová.

15 Y la mano de Jehová también resultó estar sobre ellos para inquietarlos de en medio del campamento, hasta que se acabaron.

16 ”Y aconteció que tan pronto como todos los hombres de guerra hubieron acabado de morir en medio del pueblo,

17 Jehová me habló nuevamente, y dijo:

18 ‘Estás pasando hoy por el territorio de Moab, es decir, Ar,

19 y tendrás que aproximarte enfrente de los hijos de Ammón. No los molestes ni trabes contienda con ellos, porque no te daré nada de la tierra de los hijos de Ammón como tenencia, porque la he dado como tenencia a los hijos de Lot.

20 Como la tierra de los refaím también se consideraba esta. (Los refaím moraron en ella en tiempos pasados, y los ammonitas los llamaban zamzumim.

21 Eran un pueblo grande y numeroso y alto como los anaquim; y Jehová fue aniquilándolos de delante de ellos, para que los desposeyeran y moraran en su lugar;

22 tal como hizo por los hijos de Esaú, que moran en Seír, cuando aniquiló a los horeos de delante de ellos, para que los desposeyeran y moraran en su lugar hasta el día de hoy.

23 En cuanto a los avim, que moraban en poblados hasta Gaza, los caftorim, que salieron de Caftor, los aniquilaron, para poder morar en su lugar.)

24 ”’Levántense, partan y crucen el valle torrencial de Arnón. Ve que he dado en tu mano a Sehón el rey de Hesbón, el amorreo. Por eso comienza a tomar posesión de su tierra, y traba guerra con él.

25 Hoy mismo comenzaré a poner el pavor de ti y el temor de ti delante de los pueblos debajo de todos los cielos, los cuales oirán el informe acerca de ti; y realmente se agitarán y tendrán dolores como los de parto a causa de ti’.

26 ”Entonces envié mensajeros desde el desierto de Quedemot a Sehón el rey de Hesbón con palabras de paz, diciendo:

27 ‘Déjame pasar por tu tierra. Sólo por el camino andaré. No me apartaré a la derecha ni a la izquierda.

28 El alimento que me vendas por dinero, lo tendré que comer; y el agua que me des por dinero, la tendré que beber. Solo déjame pasar a pie,

29 tal como hicieron conmigo los hijos de Esaú que moran en Seír y los moabitas que moran en Ar, hasta que pase al otro lado del Jordán a la tierra que Jehová nuestro Dios nos da’.

30 Y Sehón el rey de Hesbón no nos dejó pasar por él, porque Jehová tu Dios había dejado que su espíritu se hiciera obstinado y su corazón se hiciera duro, a fin de darlo en tu mano, como sucede el día de hoy.

31 ”Ante esto, Jehová me dijo: ‘Ve que he comenzado a abandonar a Sehón y su tierra en tu mano. Comienza a tomar posesión de su tierra’.

32 Cuando salió Sehón, él y todo su pueblo, para encontrarse con nosotros en batalla en Jáhaz,

33 entonces Jehová nuestro Dios lo abandonó en nuestra mano, de modo que los derrotamos a él y a sus hijos y a todo su pueblo.

34 Y proseguimos a tomar todas sus ciudades en aquel tiempo en particular, y a dar toda ciudad por entero a la destrucción, hombres y mujeres y niñitos. No dejamos ningún sobreviviente.

35 Solo los animales domésticos tomamos en saqueo para nosotros, junto con el despojo de las ciudades que habíamos tomado.

36 Desde Aroer, que está junto a la margen del valle torrencial de Arnón, y la ciudad que está en el valle torrencial, hasta Galaad, resultó que no hubo pueblo demasiado alto para nosotros. Jehová nuestro Dios los abandonó todos en nuestra mano.

37 Solo que no te acercaste a la tierra de los hijos de Ammón, toda la margen del valle torrencial de Jaboq, ni a las ciudades de la región montañosa, ni a ninguna cosa acerca de la cual Jehová nuestro Dios había dado mandato.