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La Palabra de Dios preservada y viva

DEUTERONOMIO 20 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto.

2 Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo,

3 y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;

4 porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.

5 Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la estrene.

6 ¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la disfrute.

7 ¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la tome.

8 Y volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo.

9 Y cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, entonces los capitanes del ejército tomarán el mando a la cabeza del pueblo.

10 Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz.

11 Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá.

12 Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás.

13 Luego que Jehová tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada.

14 Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó.

15 Así harás a todas las ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones.

16 Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida,

17 sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado;

18 para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro Dios.

19 Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio.

20 Mas el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.

  X


1 ”En caso de que salgas a la batalla contra tus enemigos y realmente veas caballos y carros de guerra, un pueblo más numeroso que tú, no debes tenerles miedo; porque contigo está Jehová tu Dios, quien te hizo subir de la tierra de Egipto.

2 Y tiene que suceder que cuando ustedes se hayan acercado a la batalla, entonces el sacerdote tiene que aproximarse y hablar al pueblo.

3 Y tiene que decirles: ‘Oye, oh Israel: ustedes están acercándose hoy a la batalla contra sus enemigos. No dejen que su corazón sea tímido. No tengan miedo ni corran de pánico ni retiemblen a causa de ellos,

4 porque Jehová su Dios está marchando con ustedes para pelear por ustedes contra sus enemigos a fin de salvarlos’.

5 ”También los oficiales tienen que hablar al pueblo, y decir: ‘¿Quién es el hombre que ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y otro hombre la estrene.

6 ¿Y quién es el hombre que ha plantado una viña y no ha empezado a usarla? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y otro hombre empiece a usarla.

7 ¿Y quién es el hombre que se ha comprometido con una mujer y no la ha tomado? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y otro hombre la tome’.

8 Y los oficiales tienen que volver a hablar al pueblo y decir: ‘¿Quién es el hombre que es temeroso y de corazón tímido? Que se vaya y vuelva a su casa, para que no haga que el corazón de sus hermanos se derrita como su propio corazón’.

9 Y tiene que suceder que, cuando los oficiales hayan acabado de hablar al pueblo, ellos entonces tienen que nombrar jefes de los ejércitos a la cabeza del pueblo.

10 ”En caso de que te acerques a una ciudad para pelear contra ella, entonces tienes que anunciarle condiciones de paz.

11 Y tiene que suceder que si te da una respuesta pacífica y se ha abierto para ti, aun tiene que suceder que todo el pueblo que se halle en ella debe llegar a ser tuyo para trabajos forzados, y tiene que servirte.

12 Pero si no hace la paz contigo, y realmente te hace la guerra y tienes que sitiarla,

13 entonces Jehová tu Dios ciertamente la dará en tu mano, y tienes que herir a todo varón de ella a filo de espada.

14 Solo las mujeres y los niñitos y los animales domésticos y todo lo que haya en la ciudad, todo su despojo lo saquearás para ti; y tienes que comer el despojo de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te ha dado.

15 ”De esa manera harás a todas las ciudades muy alejadas de ti que no son de las ciudades de estas naciones.

16 Solamente de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te va a dar como herencia no debes conservar viva ninguna cosa que respire,

17 porque sin falta debes darlos por entero a la destrucción, a los hititas y los amorreos, los cananeos y los perizitas, los heveos y los jebuseos, tal como Jehová tu Dios te ha mandado;

18 a fin de que estos no les enseñen a hacer conforme a todas sus cosas detestables, que ellos han hecho a sus dioses, y ustedes realmente pequen contra Jehová su Dios.

19 ”En caso de que pongas sitio a una ciudad por muchos días, al pelear contra ella para tomarla, no debes arruinar sus árboles blandiendo un hacha contra ellos; porque debes comer de ellos, y no debes cortarlos, pues, ¿acaso es el árbol del campo un hombre, para que lo sities?

20 Solo el árbol que tú sabes que no es árbol para alimento, ese es el que debes arruinar, y tienes que cortarlo y construir obras de asedio contra la ciudad que esté haciéndote la guerra, hasta que caiga.