Biblia Online

La Palabra de Dios preservada y viva

728

EFESIOS 4 Paralela rv60
y tnm

< Anterior

Siguiente >

Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,

2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,

3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;

4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;

5 un Señor, una fe, un bautismo,

6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

7 Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.

9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?

10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,

12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,

15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,

16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,

18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;

19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,

21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,

27 ni deis lugar al diablo.

28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.

32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

  X


1 Yo, por lo tanto, el prisionero en [el] Señor, les suplico que anden de una manera digna del llamamiento con el cual fueron llamados,

2 con completa humildad mental y apacibilidad, con gran paciencia, soportándose unos a otros en amor,

3 esforzándose solícitamente por observar la unidad del espíritu en el vínculo unidor de la paz.

4 Un cuerpo hay, y un espíritu, así como ustedes fueron llamados en la sola esperanza a la cual fueron llamados;

5 un Señor, una fe, un bautismo;

6 un Dios y Padre de todos, que es sobre todos y por todos y en todos.

7 Ahora bien, a cada uno de nosotros se le dio bondad inmerecida según la manera como el Cristo dio por medida la dádiva gratuita.

8 Por lo cual él dice: “Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dádivas [en] hombres”.

9 Ahora bien, la expresión “ascendió”, ¿qué significa, sino que también descendió a las regiones inferiores, es decir, a la tierra?

10 El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas.

11 Y dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros,

12 con miras al reajuste de los santos, para obra ministerial, para la edificación del cuerpo del Cristo,

13 hasta que todos logremos alcanzar la unidad en la fe y en el conocimiento exacto del Hijo de Dios, a un hombre hecho, a la medida de estatura que pertenece a la plenitud del Cristo;

14 a fin de que ya no seamos pequeñuelos, aventados como por olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza por medio de las tretas de los hombres, por medio de astucia en tramar el error.

15 Antes bien, hablando la verdad, por el amor crezcamos en todas las cosas en aquel que es la cabeza, Cristo.

16 De él todo el cuerpo, por estar unido armoniosamente y hacérsele cooperar mediante toda coyuntura que da lo que se necesita, conforme al funcionamiento de cada miembro respectivo en la medida debida, contribuye al crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.

17 Esto, por lo tanto, digo, y de ello doy testimonio en [el] Señor: que ya no sigan ustedes andando tal como las naciones también andan en la inutilidad de su mente,

18 mientras mentalmente se hallan en oscuridad, y alejadas de la vida que pertenece a Dios, a causa de la ignorancia que hay en ellas, a causa de la insensibilidad de su corazón.

19 Habiendo llegado a estar más allá de todo sentido moral, se entregaron a la conducta relajada para obrar toda clase de inmundicia con avidez.

20 Pero ustedes no aprendieron que el Cristo sea así,

21 si es que, realmente, le oyeron y se les enseñó por medio de él, tal como [la] verdad está en Jesús,

22 que ustedes deben desechar la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que va corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos;

23 pero que deben ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente,

24 y deben vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.

25 Por lo cual, ahora que han desechado la falsedad, hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo, porque somos miembros que nos pertenecemos unos a otros.

26 Estén airados, y, no obstante, no pequen; que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado,

27 ni dejen lugar para el Diablo.

28 El que hurta, ya no hurte más, sino, más bien, que haga trabajo duro, haciendo con las manos lo que sea buen trabajo, para que tenga algo que distribuir a alguien que tenga necesidad.

29 No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido, sino todo dicho que sea bueno para edificación según haya necesidad, para que imparta lo que sea favorable a los oyentes.

30 También, no estén contristando el espíritu santo de Dios, con el cual han sido sellados para un día de liberación por rescate.

31 Que se quiten toda amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa, junto con toda maldad.

32 Más bien háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos, y perdónense liberalmente unos a otros, así como Dios también por Cristo liberalmente los perdonó a ustedes.