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EXODO 5 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.

2 Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.

3 Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora, camino de tres días por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada.

4 Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su trabajo? Volved a vuestras tareas.

5 Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas.

6 Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo:

7 De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja.

8 Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.

9 Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas.

10 Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus capataces, hablaron al pueblo, diciendo: Así ha dicho Faraón: Yo no os doy paja.

11 Id vosotros y recoged la paja donde la halléis; pero nada se disminuirá de vuestra tarea.

12 Entonces el pueblo se esparció por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja.

13 Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea de cada día en su día, como cuando se os daba paja.

14 Y azotaban a los capataces de los hijos de Israel que los cuadrilleros de Faraón habían puesto sobre ellos, diciendo: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni ayer ni hoy, como antes?

15 Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Faraón y se quejaron a él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos?

16 No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y el pueblo tuyo es el culpable.

17 Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehová.

18 Id pues, ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de entregar la misma tarea de ladrillo.

19 Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción, al decírseles: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día.

20 Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban a la vista de ellos cuando salían de la presencia de Faraón,

21 les dijeron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; pues nos habéis hecho abominables delante de Faraón y de sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten.

22 Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?

23 Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.

  X


1 Y después Moisés y Aarón entraron y procedieron a decir a Faraón: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Envía a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto’”.

2 Pero dijo Faraón: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? No conozco a Jehová en absoluto y, lo que es más, no voy a enviar a Israel”.

3 Sin embargo, ellos pasaron a decir: “El Dios de los hebreos se ha puesto en comunicación con nosotros. Queremos ir, por favor, camino de tres días al desierto y hacer sacrificios a Jehová nuestro Dios; de lo contrario quizás nos hiera con peste o con espada”.

4 Ante esto, les dijo el rey de Egipto: “¿Por qué, Moisés y Aarón, hacen ustedes que el pueblo desista de sus trabajos? ¡Vayan a llevar sus cargas!”.

5 Y continuó Faraón: “¡Miren! La gente de la tierra ahora es mucha, y ustedes realmente la hacen desistir de llevar sus cargas”.

6 Inmediatamente en aquel día Faraón mandó a los que obligaban a la gente a trabajar y a sus oficiales, y dijo:

7 “Ustedes no deben recoger paja para dársela al pueblo para que haga ladrillos como antes. Que vayan ellos mismos y recojan la paja para sí.

8 Además, la cantidad de ladrillos que les era exigida y que hacían antes, todavía se la impondrán. No deben hacerles ninguna reducción, porque están holgando. Por eso andan clamando, y dicen: ‘¡Queremos irnos, queremos hacer sacrificios a nuestro Dios!’.

9 Dejen que el servicio pese sobre los hombres y que se ocupen en él, y que no presten atención a palabras falsas”.

10 De modo que salieron los que obligaban a la gente a trabajar, y sus oficiales, y dijeron al pueblo: “Esto es lo que ha dicho Faraón: ‘Ya no les doy más paja.

11 Vayan ustedes mismos, consíganse paja dondequiera que la hallen, porque no ha de haber ni una pizca de reducción de sus servicios’”.

12 Por lo tanto, se esparció el pueblo por toda la tierra de Egipto a fin de recoger rastrojo para [usarlo como] paja.

13 Y los que los obligaban a trabajar seguían apremiándolos, diciendo: “Acaben sus trabajos, cada uno su tarea, día por día, tal como cuando estaba disponible la paja”.

14 Más tarde, los oficiales de los hijos de Israel, que habían sido puestos sobre estos por los señaladores de tareas de Faraón, fueron golpeados, mientras estos decían: “¿Por qué no acabaron su tarea prescrita de hacer ladrillos como antes, ni ayer ni hoy?”.

15 En consecuencia, entraron los oficiales de los hijos de Israel y se pusieron a clamar a Faraón, diciendo: “¿Por qué tratas de esta manera a tus siervos?

16 No se da paja a tus siervos y, sin embargo, nos están diciendo: ‘¡Hagan ladrillos!’, y ¡mira!, se golpea a tus siervos, cuando la falta es de tu propio pueblo”.

17 Pero él dijo: “¡Están holgando, están holgando! Por eso andan diciendo: ‘Queremos irnos, queremos hacer sacrificios a Jehová’.

18 Y ahora, ¡vayan, sirvan! Aunque no se les dará paja, aun así han de dar la cantidad fija de ladrillos”.

19 Entonces los oficiales de los hijos de Israel se vieron en un mal aprieto a causa del dicho: “No deben rebajar de sus ladrillos ni una pizca de la cuota diaria de nadie”.

20 Después de eso se encontraron con Moisés y Aarón, que estaban de pie allí para encontrarse con ellos cuando salieran de donde Faraón.

21 En seguida les dijeron: “Que Jehová los mire y juzgue, puesto que nos han hecho tener un olor ofensivo delante de Faraón y delante de sus siervos, a fin de poner una espada en mano de ellos para matarnos”.

22 Entonces se volvió Moisés a Jehová y dijo: “Jehová, ¿por qué le has causado mal a este pueblo? ¿Para qué me has enviado?

23 Porque desde el tiempo en que fui delante de Faraón para hablar en tu nombre, él le ha hecho mal a este pueblo, y tú de ninguna manera has librado a tu pueblo”.