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GALATAS 2 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.

2 Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles.

3 Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;

4 y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,

5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.

6 Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.

7 Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión

8 (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles),

9 y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.

10 Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer.

11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.

12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.

13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.

14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?

15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles,

16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

17 Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.

18 Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.

19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.

20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

  X


1 Entonces, después de catorce años, volví a subir a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.

2 Pero subí como resultado de una revelación. Y puse ante ellos las buenas nuevas que estoy predicando entre las naciones, privadamente, sin embargo, ante los que eran hombres sobresalientes, por temor de que de algún modo estuviera corriendo o hubiera corrido en vano.

3 No obstante, ni siquiera Tito, que estaba conmigo, fue obligado a circuncidarse, aunque era griego.

4 Pero a causa de los falsos hermanos introducidos calladamente, que entraron a hurtadillas para espiar nuestra libertad que tenemos en unión con Cristo Jesús, a fin de esclavizarnos completamente...

5 a estos no cedimos a manera de sumisión, no, ni por una hora, para que la verdad de las buenas nuevas continuara con ustedes.

6 Pero de parte de los que parecían ser algo —qué clase de hombres hayan sido en otro tiempo a mí no me importa... Dios no se rige por la apariencia exterior del hombre— a mí, de hecho, aquellos hombres sobresalientes no me impartieron nada nuevo.

7 Pero, al contrario, cuando ellos vieron que yo tenía encomendadas a mí las buenas nuevas para los incircuncisos, así como Pedro [las tenía] para los circuncisos

8 —porque El que dio a Pedro poderes necesarios para un apostolado a los circuncisos me dio poderes también a mí para los que son de las naciones—;

9 sí, cuando llegaron a saber de la bondad inmerecida que me había sido dada, Santiago y Cefas y Juan, los que parecían ser columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la mano derecha de la coparticipación: que nosotros fuéramos a las naciones, mas ellos a los circuncisos.

10 Solamente que tuviéramos presentes a los pobres. Esta misma cosa también me he esforzado solícitamente por hacer.

11 Sin embargo, cuando Cefas vino a Antioquía, lo resistí cara a cara, porque se hallaba condenado.

12 Porque, antes de la llegada de ciertos hombres desde Santiago, solía comer con gente de las naciones; pero cuando estos llegaron, se puso a retirarse y a separarse, por temor a los de la clase circuncisa.

13 Los demás de los judíos también se unieron a él en hacer esta simulación, de modo que hasta Bernabé fue llevado con ellos en su simulación.

14 Mas cuando yo vi que no estaban andando rectamente conforme a la verdad de las buenas nuevas, dije a Cefas delante de todos ellos: “Si tú, aunque eres judío, vives como las naciones, y no como los judíos, ¿cómo obligas a gente de las naciones a vivir conforme a la práctica judía?”.

15 Nosotros que somos judíos por naturaleza, y no pecadores de entre las naciones,

16 sabiendo como lo sabemos que el hombre no es declarado justo debido a obras de ley, sino únicamente por medio de fe para con Cristo Jesús, hasta nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser declarados justos debido a fe para con Cristo, y no debido a obras de ley, porque debido a obras de ley ninguna carne será declarada justa.

17 Ahora bien, si, procurando que se nos declare justos mediante Cristo, a nosotros mismos también se nos ha hallado pecadores, ¿es Cristo en realidad ministro del pecado? ¡Jamás suceda eso!

18 Porque si las mismas cosas que en otro tiempo eché abajo las edifico de nuevo, demuestro que yo mismo soy transgresor.

19 En cuanto a mí, mediante ley morí tocante a ley, para llegar a vivir tocante a Dios.

20 Estoy fijado en un madero junto con Cristo. Ya no soy yo el que vivo; antes bien, es Cristo el que vive en unión conmigo. En verdad, la vida que ahora vivo en carne la vivo por la fe que es para con el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.

21 No echo a un lado la bondad inmerecida de Dios; porque si la justicia es mediante ley, Cristo realmente murió en balde.