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GENESIS 24 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abraham en todo.

2 Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,

3 y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;

4 sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.

5 El criado le respondió: Quizá la mujer no querrá venir en pos de mí a esta tierra. ¿Volveré, pues, tu hijo a la tierra de donde saliste?

6 Y Abraham le dijo: Guárdate que no vuelvas a mi hijo allá.

7 Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y me habló y me juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, y tú traerás de allá mujer para mi hijo.

8 Y si la mujer no quisiere venir en pos de ti, serás libre de este mi juramento; solamente que no vuelvas allá a mi hijo.

9 Entonces el criado puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este negocio.

10 Y el criado tomó diez camellos de los camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos escogidos de su señor; y puesto en camino, llegó a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.

11 E hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, la hora en que salen las doncellas por agua.

12 Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham.

13 He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua.

14 Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor.

15 Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro sobre su hombro.

16 Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía.

17 Entonces el criado corrió hacia ella, y dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro.

18 Ella respondió: Bebe, señor mío; y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber.

19 Y cuando acabó de darle de beber, dijo: También para tus camellos sacaré agua, hasta que acaben de beber.

20 Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos.

21 Y el hombre estaba maravillado de ella, callando, para saber si Jehová había prosperado su viaje, o no.

22 Y cuando los camellos acabaron de beber, le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio siclo, y dos brazaletes que pesaban diez,

23 y dijo: ¿De quién eres hija? Te ruego que me digas: ¿hay en casa de tu padre lugar donde posemos?

24 Y ella respondió: Soy hija de Betuel hijo de Milca, el cual ella dio a luz a Nacor.

25 Y añadió: También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar.

26 El hombre entonces se inclinó, y adoró a Jehová,

27 y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de mi amo su misericordia y su verdad, guiándome Jehová en el camino a casa de los hermanos de mi amo.

28 Y la doncella corrió, e hizo saber en casa de su madre estas cosas.

29 Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, a la fuente.

30 Y cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que decía: Así me habló aquel hombre, vino a él; y he aquí que estaba con los camellos junto a la fuente.

31 Y le dijo: Ven, bendito de Jehová; ¿por qué estás fuera? He preparado la casa, y el lugar para los camellos.

32 Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los hombres que con él venían.

33 Y le pusieron delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y él le dijo: Habla.

34 Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham.

35 Y Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.

36 Y Sara, mujer de mi amo, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo cuanto tiene.

37 Y mi amo me hizo jurar, diciendo: No tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito;

38 sino que irás a la casa de mi padre y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo.

39 Y yo dije: Quizás la mujer no querrá seguirme.

40 Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre.

41 Entonces serás libre de mi juramento, cuando hayas llegado a mi familia; y si no te la dieren, serás libre de mi juramento.

42 Llegué, pues, hoy a la fuente, y dije: Jehová, Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas ahora mi camino por el cual ando,

43 he aquí yo estoy junto a la fuente de agua; sea, pues, que la doncella que saliere por agua, a la cual dijere: Dame de beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro,

44 y ella me respondiere: Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua; sea ésta la mujer que destinó Jehová para el hijo de mi señor.

45 Antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca, que salía con su cántaro sobre su hombro; y descendió a la fuente, y sacó agua; y le dije: te ruego que me des de beber.

46 Y bajó prontamente su cántaro de encima de sí, y dijo: Bebe, y también a tus camellos daré de beber. Y bebí, y dio también de beber a mis camellos.

47 Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente en su nariz, y brazaletes en sus brazos;

48 y me incliné y adoré a Jehová, y bendije a Jehová Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo.

49 Ahora, pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo; y me iré a la diestra o a la siniestra.

50 Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno.

51 He ahí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Jehová.

52 Cuando el criado de Abraham oyó sus palabras, se inclinó en tierra ante Jehová.

53 Y sacó el criado alhajas de plata y alhajas de oro, y vestidos, y dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano y a su madre.

54 Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi señor.

55 Entonces respondieron su hermano y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá.

56 Y él les dijo: No me detengáis, ya que Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor.

57 Ellos respondieron entonces: Llamemos a la doncella y preguntémosle.

58 Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré.

59 Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al criado de Abraham y a sus hombres.

60 Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Hermana nuestra, sé madre de millares de millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos.

61 Entonces se levantó Rebeca y sus doncellas, y montaron en los camellos, y siguieron al hombre; y el criado tomó a Rebeca, y se fue.

62 Y venía Isaac del pozo del Viviente-que-me-ve; porque él habitaba en el Neguev.

63 Y había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.

64 Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello;

65 porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el criado había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.

66 Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho.

67 Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.

  X


1 Ahora bien, Abrahán era viejo, avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abrahán en todo.

2 Por lo tanto Abrahán dijo a su siervo, al más viejo de su casa, que administraba todo lo que tenía: “Pon tu mano, por favor, debajo de mi muslo,

3 porque tengo que hacerte jurar por Jehová, el Dios de los cielos y el Dios de la tierra, que no tomarás esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre quienes estoy morando,

4 sino que irás a mi país y a mis parientes, y ciertamente tomarás esposa para mi hijo, para Isaac”.

5 Sin embargo, el siervo le dijo: “¿Y si la mujer no desea venir conmigo a esta tierra? ¿Sin falta tendré que devolver a tu hijo a la tierra de donde saliste?”.

6 Ante esto, Abrahán le dijo: “Cuídate de devolver a mi hijo a aquel lugar.

7 Jehová el Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes, y que me habló y que me juró, diciendo: ‘A tu descendencia voy a dar esta tierra’, él enviará a su ángel delante de ti, y ciertamente tomarás de allá esposa para mi hijo.

8 Pero si la mujer no deseara venir contigo, tú también habrás quedado libre de este juramento que me prestaste. Solamente que no debes devolver a mi hijo a aquel lugar”.

9 Ante aquello, el siervo puso su mano debajo del muslo de Abrahán su amo y le juró respecto a este asunto.

10 De modo que el siervo tomó diez camellos de los camellos de su amo y procedió a ir con toda suerte de cosa buena de su amo en la mano. Entonces se levantó y se puso en camino a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.

11 Por fin hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad junto a un pozo de agua, como al atardecer, como a la hora en que acostumbraban salir las mujeres que sacan agua.

12 Y pasó a decir: “Jehová, el Dios de mi amo Abrahán, haz que suceda, por favor, ante mí en este día, y ejecuta bondad amorosa para con mi amo Abrahán.

13 Aquí estoy apostado junto a una fuente de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad están saliendo para sacar agua.

14 Lo que tiene que suceder es que la joven a quien yo diga: ‘Baja tu jarro de agua, por favor, para que yo beba’, y que realmente diga: ‘Bebe, y también daré de beber a tus camellos’, esta sea la que tienes que asignar a tu siervo, a Isaac; y mediante esto déjame saber que has ejecutado amor leal para con mi amo”.

15 Ahora bien, aconteció que antes que hubiera acabado de hablar, pues, aquí venía saliendo Rebeca, que le había nacido a Betuel hijo de Milcá la esposa de Nacor, hermano de Abrahán, y llevaba su jarro de agua sobre el hombro.

16 Pues bien, la joven era de apariencia muy atractiva, virgen, y ningún hombre había tenido coito con ella; y vino bajando hasta la fuente y empezó a llenar su jarro de agua, y entonces subió.

17 En seguida el siervo corrió a su encuentro y dijo: “Dame, por favor, un sorbito de agua de tu jarro”.

18 Ella, a su vez, dijo: “Bebe, señor mío”. Con eso, rápidamente bajó su jarro sobre su mano y le dio de beber.

19 Cuando acabó de darle de beber, entonces dijo: “También para tus camellos sacaré agua hasta que acaben de beber”.

20 De modo que ella rápidamente vació su jarro en el abrevadero y corrió vez tras vez al pozo para sacar agua, y siguió sacando para todos los camellos de él.

21 Entretanto, el hombre se quedó mirándola con fijeza, admirado, guardando silencio para saber si Jehová había dado éxito a su viaje o no.

22 Por consiguiente, aconteció que, cuando los camellos habían acabado de beber, entonces el hombre tomó una nariguera de oro de medio siclo de peso, y dos brazaletes para las manos de ella —diez siclos de oro era el peso de estos—,

23 y pasó a decir: “¿De quién eres hija? Infórmame, por favor. ¿Hay lugar en casa de tu padre para que pasemos la noche?”.

24 Ante aquello, ella le dijo: “Soy la hija de Betuel el hijo de Milcá, que ella le dio a luz a Nacor”.

25 Y además le dijo: “Hay con nosotros paja, así como también mucho forraje, también lugar donde pasar la noche”.

26 Y el hombre procedió a inclinarse y postrarse ante Jehová,

27 y a decir: “Bendito sea Jehová el Dios de mi amo Abrahán, que no ha abandonado su bondad amorosa y su confiabilidad para con mi amo. Estando yo en camino, Jehová me ha guiado a la casa de los hermanos de mi amo”.

28 Y la joven echó a correr y refirió estas cosas a la casa de su madre.

29 Ahora bien, Rebeca tenía un hermano, y el nombre de este era Labán. Así que Labán fue corriendo a donde el hombre que estaba fuera, junto a la fuente.

30 Y aconteció que, al ver la nariguera, y los brazaletes en las manos de su hermana, y al oír las palabras de Rebeca su hermana, que decía: “De esta manera me habló el hombre”, entonces vino al hombre, y allí estaba él, de pie al lado de los camellos, junto a la fuente.

31 En seguida dijo: “Ven, bendito de Jehová. ¿Por qué te quedas parado aquí afuera, cuando yo mismo he alistado la casa, y lugar para los camellos?”.

32 Ante aquello, el hombre entró en la casa, y él se puso a desaparejar los camellos y a dar paja y forraje a los camellos y agua para lavar los pies de aquel y los pies de los hombres que con él estaban.

33 Entonces pusieron algo de comer delante de él, pero dijo: “No comeré hasta que haya hablado acerca de mis asuntos”. Por lo tanto él dijo: “¡Habla!”.

34 Entonces pasó a decir: “Soy siervo de Abrahán.

35 Y Jehová ha bendecido a mi amo muchísimo, por cuanto sigue haciéndolo más grande y dándole ovejas y ganado vacuno y plata y oro y siervos y siervas y camellos y asnos.

36 Además, Sara la esposa de mi amo le dio a luz un hijo a mi amo después de haber envejecido ella; y él le dará todo lo que tiene.

37 De modo que mi amo me hizo jurar, diciendo: ‘No debes tomar esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos en cuya tierra estoy morando.

38 No, sino que irás a la casa de mi padre y a mi familia, y tienes que tomar esposa para mi hijo’.

39 Pero yo dije a mi amo: ‘¿Y si la mujer no quiere venir conmigo?’.

40 Entonces él me dijo: ‘Jehová, delante de quien he andado, enviará a su ángel contigo y ciertamente dará éxito a tu camino; y tienes que tomar esposa, para mi hijo, de mi familia y de la casa de mi padre.

41 En aquel tiempo quedarás desligado de tu obligación a mí por juramento cuando llegues a mi familia, y si no quieren dártela, entonces llegarás a estar libre de obligación a mí por juramento’.

42 ”Cuando llegué a la fuente hoy, entonces dije: ‘Jehová el Dios de mi amo Abrahán, si realmente vas a dar éxito a mi camino por el cual estoy yendo,

43 aquí estoy apostado junto a una fuente de agua. Lo que tiene que suceder es que la doncella que salga a sacar agua a quien yo en efecto diga: “Por favor, permíteme beber un poco de agua de tu jarro”,

44 y que realmente me diga: “Bebe tú, y también sacaré agua para tus camellos”, ella es la mujer que Jehová ha asignado para el hijo de mi amo’.

45 ”Antes que acabara de hablar en mi corazón, pues, allí estaba Rebeca que salía, con su jarro sobre el hombro; y vino bajando hasta la fuente y empezó a sacar agua. Entonces le dije: ‘Dame de beber, por favor’.

46 De modo que ella rápidamente bajó su jarro de sobre sí y dijo: ‘Bebe, y también daré de beber a tus camellos’. Entonces bebí, y también a los camellos dio ella de beber.

47 Después le pregunté y dije: ‘¿De quién eres hija?’, a lo cual ella dijo: ‘La hija de Betuel el hijo de Nacor, que Milcá le dio a luz’. Por consiguiente, le puse la nariguera en la nariz y los brazaletes en las manos.

48 Y procedí a inclinarme y postrarme ante Jehová y a bendecir a Jehová el Dios de mi amo Abrahán, que me había guiado por el camino verdadero a tomar la hija del hermano de mi amo para su hijo.

49 Y ahora, si ustedes realmente están ejerciendo bondad amorosa y confiabilidad para con mi amo, declárenmelo; pero si no, declárenmelo, para que me vuelva o a la derecha o a la izquierda”.

50 Entonces contestaron Labán y Betuel, y dijeron: “De Jehová ha procedido esta cosa. No podemos hablarte lo malo ni lo bueno.

51 Aquí está Rebeca delante de ti. Tómala y vete, y llegue ella a ser esposa del hijo de tu amo, tal como ha hablado Jehová”.

52 Y aconteció que cuando el siervo de Abrahán hubo oído sus palabras, en seguida se postró en tierra ante Jehová.

53 Y el siervo empezó a sacar objetos de plata y objetos de oro y prendas de vestir y a darlos a Rebeca; y dio cosas selectas al hermano y a la madre de ella.

54 Después comieron y bebieron, él y los hombres que con él estaban, y pasaron la noche allí, y se levantaron por la mañana. Entonces dijo él: “Envíenme a donde mi amo”.

55 A lo cual dijeron el hermano y la madre de ella: “Que la joven se quede con nosotros por lo menos diez días. Después de eso puede ir”.

56 Pero él les dijo: “No me detengan, ya que Jehová ha dado éxito a mi camino. Envíenme, para que vaya a mi amo”.

57 Así que dijeron: “Llamemos a la joven, e inquiramos de su boca”.

58 Entonces llamaron a Rebeca y le dijeron: “¿Quieres ir con este hombre?”. A su vez, ella dijo: “Estoy dispuesta a ir”.

59 Por lo tanto enviaron a Rebeca su hermana y a la nodriza de esta, y al siervo de Abrahán y sus hombres.

60 Y empezaron a bendecir a Rebeca y a decirle: “Oh tú, hermana nuestra, que llegues a ser millares de veces diez mil, y que tu descendencia tome posesión de la puerta de los que la odien”.

61 Después Rebeca y sus servidoras se levantaron y fueron cabalgando en los camellos y siguiendo al hombre; y el siervo tomó a Rebeca y procedió a irse.

62 Ahora bien, Isaac había venido del camino que va a Beer-lahai-roí, porque moraba en la tierra del Négueb.

63 E Isaac estaba afuera paseando a fin de meditar en el campo como al caer la tarde. Cuando alzó los ojos y miró, pues, ¡allí venían [unos] camellos!

64 Cuando Rebeca alzó los ojos, alcanzó a ver a Isaac, y se bajó del camello.

65 Entonces dijo al siervo: “¿Quién es aquel hombre que viene andando por el campo a nuestro encuentro?”, y el siervo dijo: “Es mi amo”. Y ella procedió a tomar una mantilla y a cubrirse.

66 Y el siervo se puso a contar a Isaac todas las cosas que había hecho.

67 Después Isaac la introdujo en la tienda de Sara su madre. Así tomó a Rebeca, y ella llegó a ser su esposa; y él se enamoró de ella, e Isaac halló consuelo después de la pérdida de su madre.