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GENESIS 30 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.

2 Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?

3 Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella.

4 Así le dio a Bilha su sierva por mujer; y Jacob se llegó a ella.

5 Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob.

6 Dijo entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.

7 Concibió otra vez Bilha la sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob.

8 Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.

9 Viendo, pues, Lea, que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer.

10 Y Zilpa sierva de Lea dio a luz un hijo a Jacob.

11 Y dijo Lea: Vino la ventura; y llamó su nombre Gad.

12 Luego Zilpa la sierva de Lea dio a luz otro hijo a Jacob.

13 Y dijo Lea: Para dicha mía; porque las mujeres me dirán dichosa; y llamó su nombre Aser.

14 Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.

15 Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.

16 Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.

17 Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob.

18 Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.

19 Después concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.

20 Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.

21 Después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina.

22 Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.

23 Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta;

24 y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro hijo.

25 Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.

26 Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho.

27 Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.

28 Y dijo: Señálame tu salario, y yo lo daré.

29 Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo.

30 Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número, y Jehová te ha bendecido con mi llegada; y ahora, ¿cuándo trabajaré también por mi propia casa?

31 Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada; si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas.

32 Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras; y esto será mi salario.

33 Así responderá por mí mi honradez mañana, cuando vengas a reconocer mi salario; toda la que no fuere pintada ni manchada en las cabras, y de color oscuro entre mis ovejas, se me ha de tener como de hurto.

34 Dijo entonces Labán: Mira, sea como tú dices.

35 Y Labán apartó aquel día los machos cabríos manchados y rayados, y todas las cabras manchadas y salpicadas de color, y toda aquella que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en mano de sus hijos.

36 Y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.

37 Tomó luego Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.

38 Y puso las varas que había mondado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber.

39 Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores.

40 Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.

41 Y sucedía que cuantas veces se hallaban en celo las ovejas más fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que concibiesen a la vista de las varas.

42 Pero cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía; así eran las más débiles para Labán, y las más fuertes para Jacob.

43 Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos.

  X


1 Cuando Raquel llegó a ver que no le había dado hijos a Jacob, Raquel se puso celosa de su hermana y empezó a decir a Jacob: “Dame hijos, o si no seré mujer muerta”.

2 Ante esto, la cólera de Jacob ardió contra Raquel, y él dijo: “¿Estoy yo en el lugar de Dios, que ha retenido de ti el fruto del vientre?”.

3 De modo que ella dijo: “Aquí está mi esclava Bilhá. Ten relaciones con ella, para que dé a luz sobre mis rodillas y para que yo, sí, yo, consiga de ella hijos”.

4 Con eso le dio a Bilhá su sierva por esposa, y Jacob tuvo relaciones con ella.

5 Y Bilhá quedó encinta y con el tiempo le dio a luz un hijo a Jacob.

6 Entonces dijo Raquel: “Dios ha obrado como juez mío y también ha escuchado mi voz, de modo que me dio un hijo”. Por eso lo llamó por nombre Dan.

7 Y Bilhá, la sierva de Raquel, quedó encinta otra vez, y con el tiempo le dio a luz un segundo hijo a Jacob.

8 Entonces dijo Raquel: “Con enérgicas luchas he luchado con mi hermana. ¡También he salido vencedora!”. De modo que lo llamó por nombre Neftalí.

9 Cuando Lea llegó a ver que había cesado de dar a luz, procedió a tomar a Zilpá su sierva y darla a Jacob por esposa.

10 Con el tiempo Zilpá, la sierva de Lea, le dio a luz un hijo a Jacob.

11 Entonces dijo Lea: “¡Con buena fortuna!”. De modo que lo llamó por nombre Gad.

12 Después Zilpá, la sierva de Lea, le dio a luz un segundo hijo a Jacob.

13 Entonces dijo Lea: “¡Con mi felicidad! Porque las hijas ciertamente me pronunciarán feliz”. De modo que lo llamó por nombre Aser.

14 Ahora bien, Rubén fue a andar en los días de la siega del trigo y llegó a hallar mandrágoras en el campo. Así que las llevó a Lea su madre. Entonces Raquel dijo a Lea: “Dame, por favor, de las mandrágoras de tu hijo”.

15 Ante esto, ella le dijo: “¿Es esto cosa pequeña, el que hayas tomado a mi esposo, que ahora hayas de tomar también las mandrágoras de mi hijo?”. De modo que Raquel dijo: “Por esa razón él va a acostarse contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo”.

16 Cuando Jacob venía del campo al atardecer, Lea salió a su encuentro y entonces dijo: “Es conmigo con quien vas a tener relaciones, porque te he alquilado directamente con las mandrágoras de mi hijo”. Por consiguiente, él se acostó con ella aquella noche.

17 Y Dios oyó a Lea y le respondió, y ella quedó encinta y con el tiempo le dio a luz un quinto hijo a Jacob.

18 Entonces dijo Lea: “Dios me ha dado salario de persona alquilada, por haberle dado mi sierva a mi esposo”. De modo que lo llamó por nombre Isacar.

19 Y otra vez quedó encinta Lea y con el tiempo le dio a luz un sexto hijo a Jacob.

20 Entonces dijo Lea: “Dios me ha dotado a mí, sí, a mí, con una buena dote. Por fin me tolerará mi esposo, porque le he dado a luz seis hijos”. De modo que lo llamó por nombre Zabulón.

21 Y después dio a luz una hija y entonces la llamó por nombre Dina.

22 Por fin Dios se acordó de Raquel, y Dios la oyó y le respondió, por cuanto le abrió la matriz.

23 Y ella quedó encinta y dio a luz un hijo. Entonces dijo: “¡Dios ha quitado mi oprobio!”.

24 De modo que lo llamó por nombre José, diciendo: “Jehová me añade otro hijo”.

25 Y resultó que cuando Raquel hubo dado a luz a José, Jacob dijo inmediatamente a Labán: “Envíame para que me vaya a mi lugar y a mi país.

26 Entrégame mis esposas y mis hijos, por quienes he servido contigo, para que me vaya; porque tú mismo debes saber el servicio que te he prestado”.

27 Entonces le dijo Labán: “Si ahora he hallado favor a tus ojos..., por los agüeros he entendido que Jehová me está bendiciendo debido a ti”.

28 Y añadió: “Estipúlame tu salario y lo daré”.

29 De modo que él le dijo: “Tú mismo tienes que saber cómo te he servido y cómo le ha ido a tu manada conmigo;

30 que era poco lo que realmente tenías antes de mi venida, y se fue ensanchando hasta ser una multitud, puesto que Jehová te bendijo desde que yo entré. De modo que, ahora, ¿cuándo he de hacer algo yo también por mi propia casa?”.

31 Entonces él dijo: “¿Qué te daré?”. Y pasó a decir Jacob: “¡No me darás absolutamente nada! Si quieres hacerme esta cosa, volveré a pastorear tu rebaño. Continuaré guardándolo.

32 Ciertamente pasaré hoy entre todo tu rebaño. Aparta tú de allí toda oveja moteada y con manchas de color, y toda oveja morena oscura entre los carneros jóvenes y cualquiera con manchas de color y moteada entre las cabras. De aquí en adelante las tales tienen que ser mi salario.

33 Y mi recto obrar tiene que responder por mí en cualquier día futuro que vengas para examinar mi salario; todo lo que no sea moteado y con manchas de color entre las cabras y moreno oscuro entre los carneros jóvenes es algo hurtado si se halla conmigo”.

34 Ante esto, Labán dijo: “¡Pues, eso es excelente! Sea conforme a tu palabra”.

35 Entonces apartó en aquel día los machos cabríos rayados y con manchas de color y todas las cabras moteadas y con manchas de color, todo aquel en que hubiera algo de blanco y todo el que fuera moreno oscuro entre los carneros jóvenes, pero los entregó en manos de sus hijos.

36 Después de eso fijó una distancia de tres días de camino entre él y Jacob, y Jacob estaba pastoreando los rebaños de Labán que quedaban.

37 Entonces Jacob tomó para su uso varas todavía húmedas de estoraque y de almendro y de plátano, y descortezó en ellas partecitas blancas descortezadas por medio de dejar al descubierto los lugares blancos que había en las varas.

38 Por fin colocó las varas que había descortezado enfrente del rebaño, en los canales, en los abrevaderos de agua, adonde venían los rebaños a beber, para que se pusieran en celo delante de ellos cuando vinieran a beber.

39 Por consiguiente, se ponían en celo los rebaños delante de las varas, y los rebaños producían [carneros] rayados, moteados y manchados de color.

40 Y Jacob separó los carneros jóvenes y entonces volvió las caras de los rebaños hacia los rayados y todos los morenos oscuros entre los rebaños de Labán. Entonces puso sus propios hatos aparte y no los puso cerca de los rebaños de Labán.

41 Y siempre sucedía que, cuando los rebaños robustos se ponían en celo, Jacob colocaba las varas en los canales delante de los ojos de los rebaños, para que se pusieran en celo cerca de las varas.

42 Pero cuando los rebaños se mostraban endebles, no las colocaba allí. Así que los endebles siempre llegaban a ser de Labán, pero los robustos de Jacob.

43 Y el hombre siguió aumentando más y más, y llegaron a ser suyos grandes rebaños, y siervas y siervos, y camellos y asnos.