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ISAIAS 10 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 ¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía,

2 para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos!

3 ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra gloria?

4 Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

5 Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira.

6 Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.

7 Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas.

8 Porque él dice: Mis príncipes, ¿no son todos reyes?

9 ¿No es Calno como Carquemis, Hamat como Arfad, y Samaria como Damasco?

10 Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo sus imágenes más que las de Jerusalén y de Samaria;

11 como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a Jerusalén y a sus ídolos?

12 Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos.

13 Porque dijo: Con el poder de mi mano lo he hecho, y con mi sabiduría, porque he sido prudente; quité los territorios de los pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como valientes a los que estaban sentados;

14 y halló mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados, así me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, ni abriese boca y graznase.

15 ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? ¡Como si el báculo levantase al que lo levanta; como si levantase la vara al que no es leño!

16 Por esto el Señor, Jehová de los ejércitos, enviará debilidad sobre sus robustos, y debajo de su gloria encenderá una hoguera como ardor de fuego.

17 Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.

18 La gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá totalmente, alma y cuerpo, y vendrá a ser como abanderado en derrota.

19 Y los árboles que queden en su bosque serán en número que un niño los pueda contar.

20 Acontecerá en aquel tiempo, que los que hayan quedado de Israel y los que hayan quedado de la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el que los hirió, sino que se apoyarán con verdad en Jehová, el Santo de Israel.

21 El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios fuerte.

22 Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia.

23 Pues el Señor, Jehová de los ejércitos, hará consumación ya determinada en medio de la tierra.

24 Por tanto el Señor, Jehová de los ejércitos, dice así: Pueblo mío, morador de Sion, no temas de Asiria. Con vara te herirá, y contra ti alzará su palo, a la manera de Egipto;

25 mas de aquí a muy poco tiempo se acabará mi furor y mi enojo, para destrucción de ellos.

26 Y levantará Jehová de los ejércitos azote contra él como la matanza de Madián en la peña de Oreb, y alzará su vara sobre el mar como hizo por la vía de Egipto.

27 Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.

28 Vino hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará su ejército.

29 Pasaron el vado; se alojaron en Geba; Ramá tembló; Gabaa de Saúl huyó.

30 Grita en alta voz, hija de Galim; haz que se oiga hacia Lais, pobrecilla Anatot.

31 Madmena se alborotó; los moradores de Gebim huyen.

32 Aún vendrá día cuando reposará en Nob; alzará su mano al monte de la hija de Sion, al collado de Jerusalén.

33 He aquí el Señor, Jehová de los ejércitos, desgajará el ramaje con violencia, y los árboles de gran altura serán cortados, y los altos serán humillados.

34 Y cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá con estruendo.

  X


1 ¡Ay de los que están decretando disposiciones reglamentarias dañinas y de los que, escribiendo constantemente, han puesto por escrito puro penoso afán,

2 para rechazar de una causa judicial a los de condición humilde, y para arrebatar de los afligidos de mi pueblo la justicia, para que las viudas lleguen a ser su despojo, y para que puedan saquear aun a los huérfanos de padre!

3 ¿Y qué harán ustedes ante el día de dárseles atención y ante la ruina, cuando venga de lejos? ¿Hacia quién huirán por auxilio, y dónde dejarán su gloria,

4 a no ser que uno tenga que inclinarse bajo los prisioneros y que la gente siga cayendo debajo de los que han sido muertos? En vista de todo esto, la cólera de él no se ha vuelto atrás, sino que su mano todavía está extendida.

5 “¡Ajá, el asirio, la vara para mi cólera, y el palo que está en la mano de ellos para mi denunciación!

6 Contra una nación apóstata lo enviaré, y contra el pueblo de mi furor le daré una orden, para que tome mucho despojo y para que tome mucho en saqueo y para que haga de él un lugar de holladura como el barro de las calles.

7 Aunque él no sea así, se sentirá inclinado; aunque su corazón no sea así, él tramará, porque el aniquilar está en su corazón, y el cortar no pocas naciones.

8 Porque él dirá: ‘¿No son mis príncipes al mismo tiempo reyes?

9 ¿No es Calnó justamente como Carquemis? ¿No es Hamat justamente como Arpad? ¿No es Samaria justamente como Damasco?

10 Cuando quiera que mi mano haya alcanzado los reinos del dios que nada vale, cuyas imágenes esculpidas son más que las [que están] en Jerusalén y en Samaria,

11 ¿no será que tal como habré hecho a Samaria y a sus dioses que nada valen, aun así haré a Jerusalén y a sus ídolos?’.

12 ”Y tiene que suceder que cuando Jehová termine toda su obra en el monte Sión y en Jerusalén, me encargaré de la rendición de cuentas por el fruto de la insolencia del corazón del rey de Asiria y por el engreimiento de su altanería de ojos.

13 Porque él ha dicho: ‘Con el poder de mi mano ciertamente actuaré, y con mi sabiduría, porque sí tengo entendimiento; y quitaré los límites de los pueblos, y ciertamente saquearé sus cosas almacenadas, y rebajaré a sus habitantes justamente como un poderoso.

14 Y como si [fuera en] un nido, mi mano alcanzará los recursos de los pueblos; y justamente como cuando uno recoge huevos que han sido dejados, yo mismo ciertamente recogeré aun toda la tierra, y ciertamente no habrá quien menee [las] alas ni abra [la] boca ni chirríe’.”

15 ¿Se dará realce a sí misma el hacha sobre el que corta con ella, o se engrandecerá la sierra sobre el que la mueve de acá para allá, como si el bastón moviera de acá para allá a los que lo levantan en alto, como si la vara levantara en alto al que no es madera?

16 Por lo tanto, el Señor [verdadero], Jehová de los ejércitos, seguirá enviando sobre los gordos de él una enfermedad de extenuación, y debajo de la gloria de él seguirá ardiendo un ardor como el ardor de un fuego.

17 Y la Luz de Israel tiene que llegar a ser un fuego, y su Santo una llama; y tiene que saltar en llamaradas y comer las malas hierbas y las zarzas de él en un solo día.

18 Y Él hará que se acabe la gloria de su bosque y de su huerto, aun desde el alma hasta la carne misma, y tiene que llegar a ser como el consumirse de uno que está enfermo.

19 Y los restantes árboles de su bosque... llegarán a ser de tal número que un simple muchacho podrá apuntarlos.

20 Y en aquel día ciertamente sucederá que los que queden de Israel, y los de la casa de Jacob que hayan escapado, nunca volverán a apoyarse en el que los golpeó, y ciertamente se apoyarán en Jehová, el Santo de Israel, con apego a la verdad.

21 Un simple resto volverá, el resto de Jacob, al Dios Poderoso.

22 Pues aunque tu pueblo, oh Israel, resultara ser como los granos de arena del mar, un simple resto entre él volverá. Un exterminio ya decidido vendrá inundando en justicia,

23 porque un exterminio y una decisión estricta estará ejecutando el Señor Soberano, Jehová de los ejércitos, en medio de todo el país.

24 Por lo tanto, esto es lo que ha dicho el Señor Soberano, Jehová de los ejércitos: “No tengas miedo, oh pueblo mío que moras en Sión, a causa del asirio, que con la vara [te] golpeaba, y que alzaba contra ti su propio bastón de la manera como lo hizo Egipto.

25 Porque todavía un rato muy corto... y la denunciación se habrá acabado, y mi cólera, al desgastarse ellos.

26 Y Jehová de los ejércitos ciertamente blandirá contra él un látigo como en la derrota de Madián junto a la roca Oreb; y su bastón estará sobre el mar, y ciertamente lo alzará de la manera como lo hizo con Egipto.

27 ”Y en aquel día tiene que suceder que su carga se apartará de sobre tu hombro, y su yugo de sobre tu cuello, y el yugo ciertamente será destrozado a causa del aceite”.

28 Ha venido sobre Ayat; ha pasado adelante por Migrón; en Micmash deposita sus objetos.

29 Han pasado el vado, Gueba es lugar donde pasar la noche, Ramá ha temblado, Guibeah de Saúl misma ha huido.

30 Dé tu voz gritos agudos, oh hija de Galim. Presta atención, oh Laisa. ¡Oh afligida, Anatot!

31 Madmená se ha dado a la fuga. Los habitantes mismos de Guebim se han puesto a cubierto.

32 En Nob todavía es de día para que se haga alto. Él agita la mano [amenazante] hacia la montaña de la hija de Sión, la colina de Jerusalén.

33 ¡Miren! El Señor [verdadero], Jehová de los ejércitos, desgaja ramas mayores con un terrible estallido; y las de alta estatura son cortadas, y las elevadas mismas quedan rebajadas.

34 Y él ha derribado los matorrales del bosque con un instrumento de hierro, y por un poderoso el Líbano mismo caerá.