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ISAIAS 17 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Profecía sobre Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas.

2 Las ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí, y no habrá quien los espante.

3 Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos.

4 En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se enflaquecerá la grosura de su carne.

5 Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim.

6 Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice Jehová Dios de Israel.

7 En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.

8 Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol.

9 En aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación.

10 Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño.

11 El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia, y del dolor desesperado.

12 ¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas.

13 Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino.

14 Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Esta es la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que nos saquean.

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1 La declaración formal contra Damasco: “¡Miren! Damasco quitada de ser ciudad, y ha llegado a ser un montón, una ruina pútrida.

2 Las ciudades de Aroer que han sido dejadas atrás llegan a ser simples lugares para hatos, donde realmente se echan, sin nadie que [los] haga temblar.

3 Y se ha hecho cesar de Efraín la ciudad fortificada; y de Damasco, el reino; y los que queden de Siria llegarán a ser justamente como la gloria de los hijos de Israel”, es la expresión de Jehová de los ejércitos.

4 “Y en aquel día tiene que ocurrir que la gloria de Jacob quedará rebajada, y hasta la gordura de su carne será enflaquecida.

5 Y tiene que suceder que cuando el segador esté recogiendo el grano en pie y su propio brazo siegue las espigas, hasta tiene que llegar a ser como uno que rebusca espigas en la llanura baja de Refaím.

6 Y tiene que quedar en él una rebusca como cuando hay vareo del olivo: dos [o] tres aceitunas maduras en la parte superior de la rama; cuatro [o] cinco en sus ramas mayores fructíferas”, es la expresión de Jehová el Dios de Israel.

7 En aquel día el hombre terrestre dirigirá la vista a su Hacedor, y sus propios ojos mirarán con fijeza al mismísimo Santo de Israel.

8 Y no dirigirá la vista a los altares, la obra de sus manos; y a lo que sus dedos han hecho no mirará con fijeza, ni a los postes sagrados ni a los estantes de incienso.

9 En aquel día sus ciudades que son fortalezas llegarán a ser como un lugar dejado por completo en el bosque, hasta la rama que han dejado por completo a causa de los hijos de Israel; y tiene que llegar a ser un yermo desolado.

10 Porque tú has olvidado al Dios de tu salvación; y de la Roca de tu plaza fuerte no te has acordado. Por eso siembras plantaciones agradables, y con el vástago de un extraño las plantas.

11 De día podrás cercar cuidadosamente la plantación tuya, y por la mañana podrás hacer que la semilla tuya brote, [pero] la cosecha ciertamente huirá en el día de la enfermedad y del dolor incurable.

12 ¡Un ¡ah!, para la conmoción de muchos pueblos, que están bulliciosos como con el bullicio de los mares! ¡Y para el ruido de grupos nacionales, que hacen un estruendo justamente como el ruido de poderosas aguas!

13 Los grupos nacionales mismos harán un estruendo justamente como el ruido de muchas aguas. Y Él ciertamente lo reprenderá, y este tendrá que huir lejos y ser perseguido como el tamo de las montañas delante de un viento y como un remolino de cardos delante de un viento de tempestad.

14 Al tiempo del atardecer, pues, ¡miren!, hay terror repentino. Antes de la mañana... ya no es. Esta es la parte que corresponde a los que nos despojan, y la suerte que pertenece a los que nos saquean.