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ISAIAS 26 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.

2 Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.

3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

4 Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.

5 Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.

6 La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.

7 El camino del justo es rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo.

8 También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.

9 Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.

11 Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.

12 Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras.

13 Jehová Dios nuestro, otros señores fuera de ti se han enseñoreado de nosotros; pero en ti solamente nos acordaremos de tu nombre.

14 Muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo.

15 Aumentaste el pueblo, oh Jehová, aumentaste el pueblo; te hiciste glorioso; ensanchaste todos los confines de la tierra.

16 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste.

17 Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.

18 Concebimos, tuvimos dolores de parto, dimos a luz viento; ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.

19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.

21 Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.

  X


1 En aquel día se entonará esta canción en la tierra de Judá: «Tenemos una ciudad fuerte.

2 Abran las puertas, para que entre la nación justa que se mantiene fiel.

3 Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz,

4 Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna.

5 Él hace caer a los que habitan en lo alto y abate a la ciudad enaltecida:

6 ¡Los débiles y los desvalidos la pisotean con sus propios pies!»

7 La senda del justo es llana; tú, que eres recto, allanas su camino.

8 Sí, en ti esperamos, Señor, y en la senda de tus juicios;

9 Todo mi ser te desea por las noches; por la mañana mi espíritu te busca.

10 Aunque al malvado se le tenga compasión, no aprende lo que es justicia;

11 Levantada está, Señor, tu mano, pero ellos no la ven.

12 Señor, tú estableces la paz en favor nuestro, porque tú eres quien realiza todas nuestras obras.

13 Señor y Dios nuestro, otros señores nos han gobernado,

14 Ya están muertos, y no revivirán; ya son sombras, y no se levantarán.

15 Tú, Señor, has engrandecido a la nación; la has engrandecido y te has glorificado;

16 Señor, en la angustia te buscaron; apenas si lograban susurrar una oración

17 Señor, nosotros estuvimos ante ti como cuando una mujer embarazada

18 Concebimos, nos retorcimos, pero dimos a luz tan solo viento.

19 Pero tus muertos vivirán, sus cadáveres volverán a la vida.

20 ¡Anda, pueblo mío, entra en tus habitaciones y cierra tus puertas tras de ti;

21 ¡Estén alerta!, que el Señor va a salir de su morada