< Anterior |
Siguiente > |
1 En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.
2 Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.
3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
4 Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.
5 Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.
6 La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.
7 El camino del justo es rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo.
8 También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.
9 Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.
11 Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.
12 Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras.
13 Jehová Dios nuestro, otros señores fuera de ti se han enseñoreado de nosotros; pero en ti solamente nos acordaremos de tu nombre.
14 Muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo.
15 Aumentaste el pueblo, oh Jehová, aumentaste el pueblo; te hiciste glorioso; ensanchaste todos los confines de la tierra.
16 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste.
17 Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.
18 Concebimos, tuvimos dolores de parto, dimos a luz viento; ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.
19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.
20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.
21 Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.
1 En aquel día se cantará esta canción en la tierra de Judá: “Tenemos una ciudad fuerte. Él pone la salvación misma por muros y antemural.
2 Abran las puertas para que entre la nación justa que mantiene conducta fiel.
3 La inclinación que está bien sostenida la salvaguardarás en paz continua, porque en ti se hace que uno confíe.
4 Confíen en Jehová para siempre, porque en Jah Jehová está la Roca de tiempos indefinidos.
5 ”Porque él ha echado abajo a los que habitaban la altura, el pueblo elevado. Lo abate, lo abate hasta la tierra; lo pone en contacto con el polvo.
6 El pie lo hollará, los pies del afligido, los pasos de los de condición humilde”.
7 La senda del justo es rectitud. Tú que eres recto, tú allanarás el mismísimo derrotero de un justo.
8 Sí, por la senda de tus juicios, oh Jehová, hemos esperado en ti. Por tu nombre y por tu memoria ha sido el deseo del alma.
9 Con mi alma te he deseado en la noche; sí, con mi espíritu dentro de mí sigo buscándote; porque, cuando hay juicios procedentes de ti para la tierra, justicia es lo que los habitantes de la tierra productiva ciertamente aprenden.
10 Aunque se muestre favor al inicuo, simplemente no aprenderá justicia. En la tierra de derechura actuará injustamente, y no verá la eminencia de Jehová.
11 Oh Jehová, tu mano ha llegado a estar elevada, [pero] ellos no [la] contemplan. Contemplarán y se avergonzarán ante el celo por [tu] pueblo. Sí, el mismísimo fuego para tus propios adversarios se los comerá.
12 Oh Jehová, tú nos adjudicarás paz, porque aun todas nuestras obras nos las has ejecutado.
13 Oh Jehová Dios nuestro, otros amos fuera de ti han actuado como dueños de nosotros. Solo por ti haremos mención de tu nombre.
14 Están muertos; no vivirán. Impotentes en la muerte, no se levantarán. Por lo tanto, has dirigido tu atención para aniquilarlos y destruir toda mención de ellos.
15 Has añadido a la nación; oh Jehová, has añadido a la nación; te has glorificado. Has extendido a gran distancia todos los confines del país.
16 Oh Jehová, durante angustia ellos han dirigido su atención a ti; han derramado un susurro [de oración] cuando tuvieron de ti disciplina.
17 Tal como una mujer en preñez se acerca a dar a luz, está con dolores, clama en sus dolores de parto, así nos hemos puesto nosotros a causa de ti, oh Jehová.
18 Hemos llegado a estar en preñez, hemos tenido dolores de parto; por decirlo así, hemos dado a luz viento. Ninguna salvación verdadera logramos en cuanto a la tierra, y ningún habitante procede a caer [en nacimiento] para la tierra productiva.
19 “Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de malvas, y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan [en nacimiento].
20 ”Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos interiores, y cierra tus puertas tras de ti. Escóndete por solo un momento hasta que pase la denunciación.
21 Porque, ¡mira!, Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta por el error del habitante de la tierra contra él, y la tierra ciertamente expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.”