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ISAIAS 33 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 ¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti.

2 Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación.

3 Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú.

4 Sus despojos serán recogidos como cuando recogen orugas; correrán sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas.

5 Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia.

6 Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro.

7 He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente.

8 Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades, tuvo en nada a los hombres.

9 Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos.

10 Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido.

11 Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá.

12 Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego.

13 Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder.

14 Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?

15 El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala;

16 éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.

17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.

18 Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Qué es del escriba? ¿qué del pesador del tributo? ¿qué del que pone en lista las casas más insignes?

19 No verás a aquel pueblo orgulloso, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no comprendas.

20 Mira a Sion, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota.

21 Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera de remos, ni por él pasará gran nave.

22 Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará.

23 Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela; se repartirá entonces botín de muchos despojos; los cojos arrebatarán el botín.

24 No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.

  X


1 ¡Ay de ti, destructor, que no has sido destruido! ¡Ay de ti, traidor, que no has sido traicionado!

2 Señor, ten compasión de nosotros; pues en ti esperamos.

3 Al estruendo de tu voz, huyen los pueblos; cuando te levantas, se dispersan las naciones.

4 Los despojos de ustedes se recogen como si fueran devorados por orugas;

5 Exaltado es el Señor porque mora en las alturas, y llena a Sión de justicia y rectitud.

6 Él será la seguridad de tus tiempos, te dará en abundancia salvación, sabiduría y conocimiento;

7 ¡Miren cómo gritan sus valientes en las calles! ¡amargamente lloran los mensajeros de paz!

8 Los caminos están desolados, nadie transita por los senderos.

9 La tierra está de luto y languidece; el Líbano se avergüenza y se marchita;

10 «Ahora me levantaré —dice el Señor—. Ahora seré exaltado,

11 Ustedes conciben cizaña y dan a luz paja;

12 Los pueblos serán calcinados, como espinos cortados arderán en el fuego».

13 Ustedes, que están lejos, oigan lo que he hecho;

14 Los pecadores están aterrados en Sión; el temblor atrapa a los impíos:

15 Solo el que procede con justicia y habla con rectitud,

16 Ese tal morará en las alturas; tendrá como refugio una fortaleza de rocas,

17 Tus ojos verán al rey en su esplendor y contemplarán una tierra que se extiende hasta muy lejos.

18 Dentro de ti meditarás acerca del terror, y dirás: «¿Dónde está el contador?

19 No verás más a ese pueblo insolente, a ese pueblo de idioma confuso,

20 Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas; tus ojos verán a Jerusalén,

21 Allí el Señor nos mostrará su poder. Será como un lugar de anchos ríos y canales.

22 Porque el Señor es nuestro guía; el Señor es nuestro gobernante.

23 Tus cuerdas se han aflojado: No sostienen el mástil con firmeza

24 Ningún habitante dirá: «Estoy enfermo»; y se perdonará la iniquidad del pueblo que allí habita.