< Anterior |
Siguiente > |
1 Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí.
2 Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.
3 Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
4 y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas.
5 Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel.
6 Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
7 ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.
8 No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.
9 Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden.
10 ¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho?
11 He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una.
12 El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya.
13 El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa.
14 Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia.
15 De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él.
16 Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego;
17 y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi Dios eres tú.
18 No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender.
19 No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol?
20 De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?
21 Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides.
22 Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.
23 Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.
24 Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo;
25 que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría.
26 Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré;
27 que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar;
28 que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.
1 »Pero ahora, Jacob, mi siervo, Israel, a quien he escogido, ¡escucha!
2 Así dice el Señor, el que te hizo, el que te formó en el seno materno
3 que regaré con agua la tierra sedienta, y con arroyos el suelo seco;
4 y brotarán como hierba en un prado, como sauces junto a arroyos.
5 Uno dirá: ‘Pertenezco al Señor’; otro llevará el nombre de Jacob,
6 »Así dice el Señor, el Señor Todopoderoso, rey y redentor de Israel:
7 ¿Quién es como yo? Que lo diga.
8 No tiemblen ni se asusten. ¿Acaso no lo anuncié y profeticé hace tiempo?
9 Los que fabrican ídolos no valen nada; inútiles son sus obras más preciadas.
10 ¿Quién modela un dios o funde un ídolo, que no le sirve para nada?
11 Todos sus devotos quedarán avergonzados; ¡simples mortales son los artesanos!
12 El herrero toma una herramienta, y con ella trabaja sobre las brasas;
13 El carpintero mide con un cordel, hace un boceto con un estilete,
14 Derriba los cedros, y escoge un ciprés o un roble,
15 Al hombre le sirve de combustible, y toma una parte para calentarse;
16 La mitad de la madera la quema en el fuego, sobre esa mitad prepara su comida;
17 Con el resto hace un dios, su ídolo; se postra ante él y lo adora.
18 No saben nada, no entienden nada; sus ojos están velados, y no ven;
19 Les falta conocimiento y entendimiento; no se ponen a pensar ni a decir:
20 Se alimentan de cenizas, se dejan engañar por su iluso corazón,
21 «Recuerda estas cosas, Jacob, porque tú eres mi siervo, Israel.
22 He disipado tus transgresiones como el rocío, y tus pecados como la bruma de la mañana.
23 ¡Canten de alegría, cielos, que esto lo ha hecho el Señor!
24 «Así dice el Señor, tu Redentor, quien te formó en el seno materno:
25 »”Yo frustro las señales de los falsos profetas y ridiculizo a los adivinos;
26 Yo confirmo la palabra de mis siervos y cumplo el consejo de mis mensajeros.
27 Yo mando que se seque lo profundo del mar, y ordeno que se sequen sus corrientes.
28 Yo afirmo que Ciro es mi pastor, y dará cumplimiento a mis deseos;