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ISAIAS 49 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.

2 Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba;

3 y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré.

4 Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.

5 Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza);

6 dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.

7 Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.

8 Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades;

9 para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos.

10 No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.

11 Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.

12 He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim.

13 Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.

14 Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.

15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.

16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.

17 Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti.

18 Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.

19 Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos.

20 Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more.

21 Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos?

22 Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros.

23 Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.

24 ¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano?

25 Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.

26 Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

  X


1 Escúchenme, oh islas, y presten atención, lejanos grupos nacionales. Jehová mismo me ha llamado hasta desde el vientre. Desde las entrañas de mi madre ha hecho mención de mi nombre.

2 Y procedió a hacer mi boca como una espada aguda. En la sombra de su mano me ha escondido. Y gradualmente hizo de mí una flecha pulida. Me ocultó en su propia aljaba.

3 Y pasó a decirme: “Tú eres mi siervo, oh Israel, tú aquel en quien mostraré mi hermosura”.

4 Pero en cuanto a mí, dije: “Para nada he trabajado con afán. Para irrealidad y vanidad he agotado mi propio poder. Verdaderamente mi juicio está con Jehová, y mi salario con mi Dios”.

5 Y ahora Jehová, Aquel que me formó desde el vientre como siervo que le pertenece, ha dicho que [yo] le traiga de vuelta a Jacob, a fin de que Israel mismo sea reunido a él. Y yo seré glorificado a los ojos de Jehová, y mi propio Dios se habrá hecho mi fuerza.

6 Y él procedió a decir: “Ha sido más que asunto trivial el que hayas llegado a ser mi siervo para levantar las tribus de Jacob y para traer de vuelta aun a los salvaguardados de Israel; yo también te he dado por luz a las naciones, para que mi salvación llegue hasta la extremidad de la tierra”.

7 Esto es lo que Jehová, el Recomprador de Israel, su Santo, ha dicho al que es despreciado de alma, al que es detestado por la nación, al siervo de gobernantes: “Reyes mismos verán y ciertamente se levantarán, [y] príncipes, y se inclinarán, a causa de Jehová, quien es fiel, el Santo de Israel, quien te escoge”.

8 Esto es lo que ha dicho Jehová: “En un tiempo de buena voluntad te he respondido, y en día de salvación te he ayudado; y seguí salvaguardándote para darte como pacto para el pueblo, para rehabilitar la tierra, para efectuar el recobro de las posesiones hereditarias desoladas,

9 para decir a los prisioneros: ‘¡Salgan!’, a los que están en la oscuridad: ‘¡Revélense!’. Al lado de los caminos pacerán, y en todas las sendas trilladas se realizará el apacentamiento de ellos.

10 No padecerán hambre, ni padecerán sed, ni los herirá calor abrasador ni sol. Porque Aquel que tiene piedad de ellos los guiará, y junto a los manantiales de agua los conducirá.

11 Y ciertamente convertiré todas mis montañas en camino, y mis calzadas mismas estarán en una elevación.

12 ¡Mira! Estos vendrán aun de lejos, y, ¡mira!, estos del norte y del oeste, y estos del país de Sinim”.

13 Den un grito gozoso, cielos, y regocíjate, tierra. Alégrense las montañas con un clamor gozoso. Porque Jehová ha consolado a su pueblo, y muestra piedad a sus propios afligidos.

14 Pero Sión siguió diciendo: “Jehová me ha dejado, y Jehová mismo se ha olvidado de mí”.

15 ¿Puede una esposa olvidarse de su niño de pecho, de modo que no tenga piedad al hijo de su vientre? Hasta estas mujeres pueden olvidar; no obstante, yo mismo no me olvidaré de ti.

16 ¡Mira! Sobre las palmas [de mis manos] te he grabado. Tus muros están enfrente de mí constantemente.

17 Tus hijos se han apresurado. Los mismísimos que te demolieron y te devastaron saldrán hasta de ti.

18 Levanta los ojos todo en derredor y ve. Todos ellos han sido juntados. Han venido a ti. “Tan ciertamente como que vivo yo —es la expresión de Jehová— de todos ellos te vestirás justamente como con adornos, y te ceñirás con ellos como una novia.

19 Aunque haya tus lugares devastados y tus lugares desolados y la tierra de tus ruinas, aunque ahora te halles en demasiada estrechez para estar morando —y los que te tragaron han estado lejos—,

20 no obstante, en tus propios oídos los hijos de tu condición de estar privada de hijos dirán: ‘El lugar se ha hecho demasiado estrecho para mí. De veras hazme lugar para que pueda morar’.

21 Y de seguro dirás en tu corazón: ‘¿Quién ha llegado a ser padre de estos para mí, puesto que soy una mujer privada de hijos y estéril, llevada al destierro y tomada prisionera? En cuanto a estos, ¿quién [los] ha criado? ¡Mira! Yo misma había quedado sola. Estos... ¿dónde han estado?’.”

22 Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “¡Mira! Levantaré mi mano hasta a las naciones, y a los pueblos alzaré mi señal enhiesta. Y traerán a tus hijos en el seno, y sobre el hombro llevarán a tus propias hijas.

23 Y reyes tienen que llegar a ser cuidadores para ti; y sus princesas, nodrizas para ti. Con rostros a tierra se inclinarán ante ti, y el polvo de tus pies lamerán; y tendrás que saber que yo soy Jehová, de quien no quedarán avergonzados los que esperan en mí”.

24 ¿Pueden los que ya han sido tomados ser tomados de un hombre poderoso mismo, o puede el cuerpo de cautivos del tirano efectuar su escape?

25 Pero esto es lo que ha dicho Jehová: “Hasta el cuerpo de cautivos del poderoso será quitado, y los que ya han sido tomados por el tirano mismo efectuarán su escape. Y contra cualquiera que contienda contra ti yo mismo contenderé, y a tus propios hijos yo mismo salvaré.

26 Y ciertamente haré que los que te maltratan coman su propia carne; y como con el vino dulce se emborracharán con su propia sangre. Y toda carne tendrá que saber que yo, Jehová, soy tu Salvador y tu Recomprador, el Poderoso de Jacob”.