< Anterior |
Siguiente > |
1 Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.
2 Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.
3 Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.
4 Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto,
5 yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.
6 Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto,
7 yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.
8 Dice Jehová el Señor, el que reúne a los dispersos de Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados.
9 Todas las bestias del campo, todas las fieras del bosque, venid a devorar.
10 Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir.
11 Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado.
12 Venid, dicen, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana como este, o mucho más excelente.
1 Esto es lo que ha dicho Jehová: “Guarden el derecho y hagan lo que es justo. Porque a la mano está mi salvación para entrar, y mi justicia para ser revelada.
2 Feliz es el hombre mortal que hace esto, y el hijo de la humanidad que se ase de ello, que guarda el sábado para no profanarlo, y que guarda su mano para no hacer ninguna clase de maldad.
3 Y no diga el extranjero que se ha unido a Jehová: ‘Sin duda Jehová me separará por completo de su pueblo’. Ni diga el eunuco: ‘¡Mira! Soy un árbol seco’”.
4 Porque esto es lo que ha dicho Jehová a los eunucos que guardan mis sábados y que han escogido aquello en que me he deleitado y que están asiéndose de mi pacto:
5 “Ciertamente hasta les daré en mi casa y dentro de mis muros un monumento y un nombre, algo mejor que hijos e hijas. Un nombre hasta tiempo indefinido les daré, uno que no será cortado.
6 ”Y a los extranjeros que se han unido a Jehová para ministrarle y para amar el nombre de Jehová, a fin de llegar a ser siervos de él, a todos los que guardan el sábado para no profanarlo, y que se asen de mi pacto,
7 yo también ciertamente los traeré a mi santa montaña y haré que se regocijen dentro de mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán para aceptación sobre mi altar. Porque mi propia casa será llamada hasta casa de oración para todos los pueblos”.
8 La expresión del Señor Soberano Jehová, que está juntando a los dispersos de Israel, es: “Juntaré otros a él además de los suyos ya juntados”.
9 Todos ustedes, animales salvajes del campo abierto, vengan a comer, todos ustedes, animales salvajes del bosque.
10 Los atalayas de él son ciegos. Ninguno de ellos ha notado. Todos ellos son perros mudos; no pueden ladrar, jadeantes, echados, que aman dormitar.
11 Hasta son perros fuertes en [el deseo del] alma; no han conocido satisfacción. También son pastores que no han sabido entender. Todos ellos se han dirigido a su propio camino, cada uno por su ganancia injusta de su propio confín:
12 “¡Vengan! Tomaré vino; y bebamos licor embriagante hasta el límite. Y mañana ciertamente resultará tal como hoy, magnífico de una manera mucho más grande”.