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La Palabra de Dios preservada y viva

JEREMIAS 22 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Así dijo Jehová: Desciende a la casa del rey de Judá, y habla allí esta palabra,

2 y di: Oye palabra de Jehová, oh rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David, tú, y tus siervos, y tu pueblo que entra por estas puertas.

3 Así ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.

4 Porque si efectivamente obedeciereis esta palabra, los reyes que en lugar de David se sientan sobre su trono, entrarán montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa; ellos, y sus criados y su pueblo.

5 Mas si no oyereis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa será desierta.

6 Porque así ha dicho Jehová acerca de la casa del rey de Judá: Como Galaad eres tú para mí, y como la cima del Líbano; sin embargo, te convertiré en soledad, y como ciudades deshabitadas.

7 Prepararé contra ti destruidores, cada uno con sus armas, y cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el fuego.

8 Y muchas gentes pasarán junto a esta ciudad, y dirán cada uno a su compañero: ¿Por qué hizo así Jehová con esta gran ciudad?

9 Y se les responderá: Porque dejaron el pacto de Jehová su Dios, y adoraron dioses ajenos y les sirvieron.

10 No lloréis al muerto, ni de él os condoláis; llorad amargamente por el que se va, porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació.

11 Porque así ha dicho Jehová acerca de Salum hijo de Josías, rey de Judá, el cual reinó en lugar de Josías su padre, y que salió de este lugar: No volverá más aquí,

12 sino que morirá en el lugar adonde lo llevaron cautivo, y no verá más esta tierra.

13 ¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo!

14 Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y salas airosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.

15 ¿Reinarás, porque te rodeas de cedro? ¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien?

16 El juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Jehová.

17 Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer agravio.

18 Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay, hermano mío! y ¡Ay, hermana! ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay, señor! ¡Ay, su grandeza!

19 En sepultura de asno será enterrado, arrastrándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén.

20 Sube al Líbano y clama, y en Basán da tu voz, y grita hacia todas partes; porque todos tus enamorados son destruidos.

21 Te he hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz.

22 A todos tus pastores pastoreará el viento, y tus enamorados irán en cautiverio; entonces te avergonzarás y te confundirás a causa de toda tu maldad.

23 Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto!

24 Vivo yo, dice Jehová, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría.

25 Te entregaré en mano de los que buscan tu vida, y en mano de aquellos cuya vista temes; sí, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.

26 Te haré llevar cautivo a ti y a tu madre que te dio a luz, a tierra ajena en que no nacisteis; y allá moriréis.

27 Y a la tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver, allá no volverán.

28 ¿Es este hombre Conías una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un trasto que nadie estima? ¿Por qué fueron arrojados él y su generación, y echados a tierra que no habían conocido?

29 ¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová.

30 Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá.

  X


1 Esto es lo que ha dicho Jehová: “Baja a la casa del rey de Judá, y tienes que hablar allí esta palabra.

2 Y tienes que decir: ‘Oye la palabra de Jehová, oh rey de Judá que estás sentado en el trono de David, tú con tus siervos y tu pueblo, los que están entrando por estas puertas.

3 Esto es lo que ha dicho Jehová: “Hagan derecho y justicia, y libren de la mano del defraudador a la víctima del robo; y no maltraten a ningún residente forastero, huérfano de padre ni viuda. No [les] hagan violencia. Y no derramen sangre inocente en este lugar.

4 Porque si ustedes sin falta ejecutan esta palabra, también ciertamente entrarán por las puertas de esta casa los reyes que se sienten por David sobre su trono, montados en carros y en caballos, él con sus siervos y su pueblo”’.

5 ”‘Pero si ustedes no obedecen estas palabras, por mí mismo de veras juro —es la expresión de Jehová— que esta casa llegará a ser simplemente un lugar devastado.’

6 ”Porque esto es lo que ha dicho Jehová respecto a la casa del rey de Judá: ‘Tú eres para mí como Galaad, la cabeza del Líbano. Con toda seguridad haré de ti un desierto; en cuanto a las ciudades, ni una sola será habitada.

7 Y ciertamente santificaré contra ti a los que traigan ruina, a cada uno y sus armas; y tendrán que cortar los más selectos de tus cedros y hacer que caigan en el fuego.

8 Y muchas naciones realmente pasarán junto a esta ciudad, y una dirá a la otra: “¿Por qué razón hizo Jehová así a esta gran ciudad?”.

9 Y tendrán que decir: “Por razón de que dejaron el pacto de Jehová su Dios y procedieron a inclinarse a otros dioses, y a servirles”’.

10 ”No lloren ustedes al muerto, y no se conduelan por él. Lloren profusamente por el que está yéndose, porque no volverá más, y realmente no verá la tierra de sus parientes.

11 Porque esto es lo que ha dicho Jehová acerca de Salum hijo de Josías, el rey de Judá que está reinando en lugar de Josías su padre, que ha salido de este lugar: ‘No volverá más allí.

12 Porque en el lugar adonde lo han llevado en destierro morirá, y ya no verá esta tierra’.

13 ”¡Ay de aquel que edifica su casa, pero no con justicia, y sus cámaras superiores, pero no con derecho, por el uso de su semejante que le sirve de balde, y cuyo salario él no le da!;

14 el que dice: ‘Voy a edificarme una casa espaciosa y cámaras superiores holgadas; y mis ventanas tendrán que ser ensanchadas para ella, y el enmaderar será con cedro, y embadurnado con bermellón’.

15 ¿Continuarás reinando porque estás compitiendo por el uso del cedro? En cuanto a tu padre, ¿no comió y bebió y ejecutó derecho y justicia? En aquel caso le fue bien.

16 Él defendió la reclamación legal del afligido y del pobre. En aquel caso aquello marchó bien. ‘¿No era ese un caso de conocerme? —es la expresión de Jehová—.

17 Con toda seguridad tus ojos y tu corazón están puestos solamente sobre tu ganancia injusta, y sobre la sangre del inocente para derramar[la], y sobre el defraudar y sobre la extorsión a fin de ocuparte en [estos].’

18 ”Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová respecto a Jehoiaquim hijo de Josías, el rey de Judá: ‘No lo plañirán: “¡Ay, hermano mío! Y ¡ay, hermana [mía]!”. No lo plañirán: “¡Ay, oh amo! Y ¡ay, su dignidad!”.

19 Con el entierro de un asno será enterrado, con un llevar arrastrando y un echar afuera, más allá de las puertas de Jerusalén’.

20 ”Sube al Líbano y clama, y en Basán da salida a tu voz. Y clama desde Abarim, porque todos los que te amaban intensamente han sido quebrados.

21 Yo te hablé cuando te hallabas libre de cuidado. Dijiste: ‘No obedeceré’. Este ha sido tu proceder desde tu juventud, pues no obedeciste mi voz.

22 Un viento pastoreará a todos tus propios pastores; y en cuanto a los que te aman intensamente, se irán al cautiverio mismo. Porque en aquel tiempo te avergonzarás y ciertamente te sentirás humillada a causa de toda tu calamidad.

23 Oh tú, que estás morando en el Líbano, anidada en los cedros, ¡cómo suspirarás, de veras, cuando llegues a estar con dolores, los dolores de parto como los de una mujer que está dando a luz!”.

24 “‘¡Tan ciertamente como que vivo yo —es la expresión de Jehová—, aun si Conías hijo de Jehoiaquim, el rey de Judá, fuera el anillo de sellar sobre mi diestra, de allí te arrancaría!

25 Y ciertamente te daré en la mano de los que están buscando tu alma, y en la mano de los que te tienen asustado, y en la mano de Nabucodorosor el rey de Babilonia, y en la mano de los caldeos.

26 Y ciertamente los arrojaré a ti y a tu madre que te dio a luz a otra tierra en la cual ustedes no nacieron, y allí es donde morirán.

27 Y a la tierra a la cual ellos estarán alzando su alma para volver, a ella no volverán.

28 ¿Es este hombre Conías una mera forma despreciada, hecha añicos, o una vasija que no ocasiona deleite? ¿Por qué tienen que ser arrojados hacia abajo él mismo y su prole, y echados a la tierra que no han conocido?’

29 ”Oh tierra, tierra, tierra, oye la palabra de Jehová.

30 Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Inscriban a este hombre como sin hijos, como un hombre físicamente capacitado que no tendrá ningún éxito en sus días; porque de su prole ni uno solo tendrá éxito, de modo que se siente sobre el trono de David y gobierne ya en Judá’.”