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La Palabra de Dios preservada y viva

JEREMIAS 32 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, el año décimo de Sedequías rey de Judá, que fue el año decimoctavo de Nabucodonosor.

2 Entonces el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá.

3 Porque Sedequías rey de Judá lo había puesto preso, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará;

4 y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos,

5 y hará llevar a Sedequías a Babilonia, y allá estará hasta que yo le visite; y si peleareis contra los caldeos, no os irá bien, dice Jehová?

6 Dijo Jeremías: Palabra de Jehová vino a mí, diciendo:

7 He aquí que Hanameel hijo de Salum tu tío viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot; porque tú tienes derecho a ella para comprarla.

8 Y vino a mí Hanameel hijo de mi tío, conforme a la palabra de Jehová, al patio de la cárcel, y me dijo: Compra ahora mi heredad, que está en Anatot en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y a ti corresponde el rescate; cómprala para ti. Entonces conocí que era palabra de Jehová.

9 Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero; diecisiete siclos de plata.

10 Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el dinero en balanza.

11 Tomé luego la carta de venta, sellada según el derecho y costumbre, y la copia abierta.

12 Y di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel.

13 Y di orden a Baruc delante de ellos, diciendo:

14 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Toma estas cartas, esta carta de venta sellada, y esta carta abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven muchos días.

15 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún se comprarán casas, heredades y viñas en esta tierra.

16 Y después que di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, oré a Jehová, diciendo:

17 ¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti;

18 que haces misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en sus hijos después de ellos; Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre;

19 grande en consejo, y magnífico en hechos; porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras.

20 Tú hiciste señales y portentos en tierra de Egipto hasta este día, y en Israel, y entre los hombres; y te has hecho nombre, como se ve en el día de hoy.

21 Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y brazo extendido, y con terror grande;

22 y les diste esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se la darías, la tierra que fluye leche y miel;

23 y entraron, y la disfrutaron; pero no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal.

24 He aquí que con arietes han acometido la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos que pelean contra ella, a causa de la espada, del hambre y de la pestilencia; ha venido, pues, a suceder lo que tú dijiste, y he aquí lo estás viendo.

25 ¡Oh Señor Jehová! ¿y tú me has dicho: Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos?

26 Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

27 He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?

28 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí voy a entregar esta ciudad en mano de los caldeos, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y la tomará.

29 Y vendrán los caldeos que atacan esta ciudad, y la pondrán a fuego y la quemarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira.

30 Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová.

31 De tal manera que para enojo mío y para ira mía me ha sido esta ciudad desde el día que la edificaron hasta hoy, para que la haga quitar de mi presencia,

32 por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y los varones de Judá y los moradores de Jerusalén.

33 Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección.

34 Antes pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola.

35 Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.

36 Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel a esta ciudad, de la cual decís vosotros: Entregada será en mano del rey de Babilonia a espada, a hambre y a pestilencia:

37 He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente;

38 y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios.

39 Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos.

40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.

41 Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.

42 Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo.

43 Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es entregada en manos de los caldeos.

44 Heredades comprarán por dinero, y harán escritura y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev; porque yo haré regresar sus cautivos, dice Jehová.

  X


1 La palabra que le ocurrió a Jeremías de parte de Jehová en el año décimo de Sedequías el rey de Judá, es decir, el año decimoctavo de Nabucodorosor.

2 Y en aquel tiempo las fuerzas militares del rey de Babilonia tenían sitiada a Jerusalén; y en cuanto a Jeremías el profeta, él se hallaba restringido en el Patio de la Guardia que está en la casa del rey de Judá;

3 porque Sedequías el rey de Judá lo había restringido, diciendo: “¿Por qué estás profetizando, y dices: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Aquí voy a dar esta ciudad en la mano del rey de Babilonia, y él ciertamente la tomará;

4 y Sedequías mismo, el rey de Judá, no escapará de la mano de los caldeos, porque sin falta será dado en la mano del rey de Babilonia, y su boca realmente hablará con la boca de aquel, y sus propios ojos verán hasta los ojos de aquel”’;

5 ‘y a Babilonia llevará él a Sedequías, y allí continuará hasta que yo dirija mi atención a él —es la expresión de Jehová—; aunque ustedes sigan guerreando contra los caldeos, no tendrán éxito’?”.

6 Y Jeremías procedió a decir: “Me ha ocurrido la palabra de Jehová, diciendo:

7 ‘Aquí viene a ti Hanamel el hijo de Salum tu tío paterno, y dice: “Cómprate el campo mío que está en Anatot, porque el derecho de recompra te pertenece para comprar[lo]”’”.

8 Con el tiempo, Hanamel el hijo de mi tío paterno vino a mí, conforme a la palabra de Jehová, dentro del Patio de la Guardia, y procedió a decirme: “Compra, por favor, el campo mío que está en Anatot, que está en la tierra de Benjamín, porque el derecho de la posesión hereditaria es tuyo, y el poder de recompra es tuyo. Cómpra[lo] para ti”. Ante aquello, supe que había sido la palabra de Jehová.

9 De manera que procedí a comprar a Hanamel el hijo de mi tío paterno el campo que estaba en Anatot. Y empecé a pesarle el dinero, siete siclos y diez piezas de plata.

10 Entonces escribí en una escritura y le puse el sello y tomé testigos al ponerme a pesar el dinero en la balanza.

11 Después de aquello tomé la escritura de compra, la que se selló conforme al mandamiento y las disposiciones reglamentarias, y la que se dejó abierta;

12 y entonces di la escritura de compra a Baruc hijo de Nerías hijo de Mahseya, ante los ojos de Hanamel [el hijo de] mi tío paterno y ante los ojos de los testigos, los que escribieron en la escritura de compra, ante los ojos de todos los judíos que estaban sentados en el Patio de la Guardia.

13 Ahora di orden a Baruc ante los ojos de ellos, y dije:

14 “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Toma estas escrituras, esta escritura de compra, aun la sellada, y la otra escritura que se dejó abierta, y tienes que ponerlas en una vasija de barro, a fin de que duren muchos días’.

15 Pues esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Todavía se comprarán casas y campos y viñas en este país’”.

16 Y empecé a orar a Jehová después de haber dado la escritura de compra a Baruc hijo de Nerías, y dije:

17 “¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! Mira que tú mismo has hecho los cielos y la tierra por tu gran poder y por tu brazo extendido. El asunto entero no es demasiado maravilloso para ti mismo,

18 Aquel que ejerce bondad amorosa para con miles, y que paga el error de los padres en el seno de sus hijos después de ellos, el Dios [verdadero], el Grande, el Poderoso, Jehová de los ejércitos por nombre,

19 grande en consejo y abundante en actos, tú cuyos ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, a fin de dar a cada uno conforme a sus caminos y conforme al fruto de sus tratos;

20 tú que pusiste señales y milagros en la tierra de Egipto hasta el día de hoy, y en Israel y entre los hombres, para hacer para ti un nombre, como sucede este día.

21 Y procediste a sacar a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto, con señales y con milagros y con mano fuerte y con brazo extendido y con gran aterramiento.

22 ”Con el tiempo les diste esta tierra, de la cual juraste a sus antepasados que se la darías, tierra que mana leche y miel.

23 Y ellos procedieron a entrar y a tomar posesión de ella, pero no obedecieron tu voz, y en tu ley no anduvieron. Todas las cosas que tú les mandaste hacer no las hicieron, de manera que hiciste que les acaeciera toda esta calamidad.

24 ¡Mira! Con cercos de sitiar han llegado hombres a la ciudad para tomarla, y la mismísima ciudad ciertamente será dada en la mano de los caldeos que están peleando contra ella, a causa de la espada y el hambre y la peste; y lo que has dicho ha sucedido, y mira que [lo] estás viendo.

25 No obstante, tú mismo me has dicho, oh Señor Soberano Jehová: ‘Cómprate el campo con dinero y toma testigos’, aunque la ciudad misma tiene que ser dada en la mano de los caldeos”.

26 En esto la palabra de Jehová le ocurrió a Jeremías, y dijo:

27 “Aquí estoy yo, Jehová, el Dios de toda carne. Para mí, ¿hay de manera alguna asunto demasiado maravilloso?

28 Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Mira, voy a dar esta ciudad en la mano de los caldeos y en la mano de Nabucodorosor el rey de Babilonia, y él tiene que tomarla.

29 Y los caldeos que están peleando contra esta ciudad tienen que entrar y encender esta ciudad con fuego y la tienen que quemar por completo, así como las casas sobre cuyos techos se ha hecho humo de sacrificio a Baal y se han derramado libaciones a otros dioses con el propósito de ofenderme’.

30 ”‘Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá han resultado ser meros hacedores de lo que es malo a mis ojos, desde su juventud en adelante; pues los hijos de Israel hasta están ofendiéndome por la obra de sus manos —es la expresión de Jehová—.

31 Porque esta ciudad, desde el día que la edificaron, hasta el mismo día de hoy, ha resultado ser solamente causa de cólera en mí y causa de furia en mí, para que yo la quite de delante de mi rostro,

32 por motivo de toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá que ellos han hecho para ofenderme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén.

33 Y siguieron volviéndome la espalda y no el rostro; aunque se les enseñaba, madrugando y enseñando, pero no hubo ninguno de ellos que escuchara para recibir disciplina.

34 Y se pusieron a colocar sus cosas repugnantes en la casa sobre la cual se ha llamado mi propio nombre, para contaminarla.

35 Además, edificaron los lugares altos de Baal que están en el valle del hijo de Hinón, para hacer que sus hijos y sus hijas pasaran por [el fuego] a Mólek, cosa que yo no les mandé, ni subió a mi corazón el hacer esta cosa detestable, con el propósito de hacer pecar a Judá.’

36 ”Y ahora, por lo tanto, esto es lo que Jehová, el Dios de Israel, ha dicho acerca de esta ciudad de la que ustedes están diciendo que ciertamente será dada en la mano del rey de Babilonia por la espada y por el hambre y por la peste:

37 ‘Aquí voy a juntarlos de todas las tierras a las cuales los habré dispersado en mi cólera y en mi furia y en gran indignación; y ciertamente los traeré de vuelta a este lugar y los haré morar en seguridad.

38 Y ellos de veras llegarán a ser mi pueblo, y yo mismo llegaré a ser su Dios.

39 Y ciertamente les daré un solo corazón y un solo camino para que me teman siempre, para bien de ellos y de sus hijos después de ellos.

40 Y de veras celebraré con ellos un pacto de duración indefinida, de que no me volveré de detrás de ellos, para hacerles bien; y pondré en su corazón el temor de mí para que no se desvíen de mí.

41 Y de veras me alborozaré a causa de ellos para hacerles bien, y ciertamente los plantaré en esta tierra en apego a la verdad con todo mi corazón y con toda mi alma’”.

42 “Porque esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Tal como he traído sobre este pueblo toda esta gran calamidad, así voy a traer sobre ellos todo el bien de que estoy hablando respecto a ellos.

43 Y ciertamente se comprarán campos en esta tierra de la cual ustedes estarán diciendo: “Es un yermo desolado sin hombre ni animal doméstico. Ha sido dada en la mano de los caldeos”’.

44 ”‘Con dinero la gente comprará campos mismos, y habrá un registrar en la escritura y un sellar y un tomar testigos en la tierra de Benjamín y en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá y en las ciudades de la región montañosa y en las ciudades de la tierra baja y en las ciudades del sur, porque traeré de vuelta a sus cautivos’, es la expresión de Jehová.”