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La Palabra de Dios preservada y viva

JEREMIAS 34 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías cuando Nabucodonosor rey de Babilonia y todo su ejército, y todos los reinos de la tierra bajo el señorío de su mano, y todos los pueblos, peleaban contra Jerusalén y contra todas sus ciudades, la cual dijo:

2 Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Ve y habla a Sedequías rey de Judá, y dile: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entregaré esta ciudad al rey de Babilonia, y la quemará con fuego;

3 y no escaparás tú de su mano, sino que ciertamente serás apresado, y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y te hablará boca a boca, y en Babilonia entrarás.

4 Con todo eso, oye palabra de Jehová, Sedequías rey de Judá: Así ha dicho Jehová acerca de ti: No morirás a espada.

5 En paz morirás, y así como quemaron especias por tus padres, los reyes primeros que fueron antes de ti, las quemarán por ti, y te endecharán, diciendo, ¡Ay, señor! Porque yo he hablado la palabra, dice Jehová.

6 Y habló el profeta Jeremías a Sedequías rey de Judá todas estas palabras en Jerusalén.

7 Y el ejército del rey de Babilonia peleaba contra Jerusalén, y contra todas las ciudades de Judá que habían quedado, contra Laquis y contra Azeca; porque de las ciudades fortificadas de Judá éstas habían quedado.

8 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, después que Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén para promulgarles libertad;

9 que cada uno dejase libre a su siervo y a su sierva, hebreo y hebrea; que ninguno usase a los judíos, sus hermanos, como siervos.

10 Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que ninguno los usase más como siervos, obedecieron, y los dejaron.

11 Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron como siervos y siervas.

12 Vino, pues, palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

13 Así dice Jehová Dios de Israel: Yo hice pacto con vuestros padres el día que los saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre, diciendo:

14 Al cabo de siete años dejará cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido; le servirá seis años, y lo enviará libre; pero vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído.

15 Y vosotros os habíais hoy convertido, y hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando cada uno libertad a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en la casa en la cual es invocado mi nombre.

16 Pero os habéis vuelto y profanado mi nombre, y habéis vuelto a tomar cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que habíais dejado libres a su voluntad; y los habéis sujetado para que os sean siervos y siervas.

17 Por tanto, así ha dicho Jehová: Vosotros no me habéis oído para promulgar cada uno libertad a su hermano, y cada uno a su compañero; he aquí que yo promulgo libertad, dice Jehová, a la espada y a la pestilencia y al hambre; y os pondré por afrenta ante todos los reinos de la tierra.

18 Y entregaré a los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado a efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia, dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas;

19 a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los oficiales y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron entre las partes del becerro,

20 los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida; y sus cuerpos muertos serán comida de las aves del cielo, y de las bestias de la tierra.

21 Y a Sedequías rey de Judá y a sus príncipes los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, y en mano del ejército del rey de Babilonia, que se ha ido de vosotros.

22 He aquí, mandaré yo, dice Jehová, y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra ella y la tomarán, y la quemarán con fuego; y reduciré a soledad las ciudades de Judá, hasta no quedar morador.

  X


1 La palabra que le ocurrió a Jeremías de parte de Jehová, cuando Nabucodorosor el rey de Babilonia y toda su fuerza militar y todos los reinos de la tierra, el dominio bajo su mano, y todos los pueblos, estaban peleando contra Jerusalén y contra todas sus ciudades, diciendo:

2 “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Ve, y tienes que decir a Sedequías el rey de Judá, sí, tienes que decirle: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Mira, voy a dar esta ciudad en la mano del rey de Babilonia, y él tendrá que quemarla con fuego.

3 Y tú mismo no escaparás de su mano, porque sin falta serás prendido y en su mano serás dado. Y tus propios ojos verán hasta los ojos del rey de Babilonia, y su propia boca hablará aun con tu boca, y a Babilonia irás’.

4 Sin embargo, oye la palabra de Jehová, oh Sedequías rey de Judá: ‘Esto es lo que Jehová ha dicho respecto a ti: “No morirás a espada.

5 En paz morirás; y como con las quemas para tus padres, los reyes anteriores que te antecedieron a ti, así harán una quema para ti, y: ‘¡Ay, oh amo!’, es lo que dirán en lamento por ti, porque ‘yo mismo he hablado la mismísima palabra’, es la expresión de Jehová”’”’”.

6 Y Jeremías el profeta procedió a hablar a Sedequías el rey de Judá todas estas palabras en Jerusalén,

7 cuando las fuerzas militares del rey de Babilonia estaban peleando contra Jerusalén y contra todas las ciudades de Judá que quedaban, contra Lakís y contra Azeqá; porque estas, las ciudades fortificadas, eran las que quedaban entre las ciudades de Judá.

8 La palabra que le ocurrió a Jeremías de parte de Jehová después que el rey Sedequías celebró un pacto con todo el pueblo que se hallaba en Jerusalén para proclamarles libertad,

9 para que dejara ir libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, a hebreo y a hebrea, a fin de no usarlos como siervos, es decir, a un judío, que es su hermano.

10 De manera que todos los príncipes obedecieron, y toda la gente que había entrado en el pacto para dejar ir libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, a fin de no usarlos más como siervos, y procedieron a obedecer y a dejar[los] ir.

11 Pero dieron la vuelta después de aquello y empezaron a hacer volver a los siervos y a las siervas a quienes habían dejado ir libres, y se pusieron a sujetarlos como siervos y como siervas.

12 En consecuencia, la palabra de Jehová le ocurrió a Jeremías de parte de Jehová, y dijo:

13 “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Yo mismo celebré un pacto con los antepasados de ustedes en el día que los saqué de la tierra de Egipto, de la casa de los siervos, diciendo:

14 “Al cabo de siete años cada uno de ustedes debe dejar que se vaya su hermano, un hebreo, que haya llegado a ser vendido a ti y que te haya servido seis años; y tienes que dejarlo ir libre de estar contigo”. Pero los antepasados de ustedes no me escucharon, ni inclinaron su oído.

15 Y ustedes mismos dan vuelta hoy y hacen lo que es recto a mis ojos al proclamar libertad cada uno a su compañero, y celebran un pacto delante de mí en la casa sobre la cual se ha llamado mi nombre.

16 Entonces ustedes se vuelven atrás y profanan mi nombre y hacen volver cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, a quienes dejaron ir libres según el agrado del alma de ellos, y los sujetan para que lleguen a ser sus siervos y siervas’.

17 ”Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Ustedes mismos no me han obedecido, en cuanto a seguir proclamando libertad cada uno a su hermano y cada uno a su compañero. ¡Miren!, voy a proclamarles una libertad —es la expresión de Jehová— a la espada, a la peste y al hambre, y ciertamente los daré para trepidación a todos los reinos de la tierra.

18 Y de veras daré a los hombres que traspasaron mi pacto, puesto que no llevaron a cabo las palabras del pacto que celebraron delante de mí [con] el becerro que cortaron en dos para pasar entre sus pedazos;

19 [a saber,] los príncipes de Judá y los príncipes de Jerusalén, los oficiales de la corte y los sacerdotes y toda la gente de la tierra que fueron pasando entre los pedazos del becerro...

20 sí, de veras los daré en la mano de sus enemigos y en la mano de los que buscan su alma; y sus cuerpos muertos tienen que llegar a ser alimento para las criaturas voladoras de los cielos y para las bestias de la tierra.

21 Y a Sedequías el rey de Judá y sus príncipes los daré en la mano de sus enemigos y en la mano de los que buscan su alma y en la mano de las fuerzas militares del rey de Babilonia que están retirándose de contra ustedes’.

22 ”‘Aquí voy a dar la orden —es la expresión de Jehová—, y ciertamente los traeré de vuelta a esta ciudad, y tendrán que pelear contra ella y tomarla y quemarla con fuego; y de las ciudades de Judá haré un yermo desolado sin habitante’”.