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La Palabra de Dios preservada y viva

JEREMIAS 44 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Palabra que vino a Jeremías acerca de todos los judíos que moraban en la tierra de Egipto, que vivían en Migdol, en Tafnes, en Menfis y en tierra de Patros, diciendo:

2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá; y he aquí que ellas están el día de hoy asoladas; no hay quien more en ellas,

3 a causa de la maldad que ellos cometieron para enojarme, yendo a ofrecer incienso, honrando a dioses ajenos que ellos no habían conocido, ni vosotros ni vuestros padres.

4 Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: No hagáis esta cosa abominable que yo aborrezco.

5 Pero no oyeron ni inclinaron su oído para convertirse de su maldad, para dejar de ofrecer incienso a dioses ajenos.

6 Se derramó, por tanto, mi ira y mi furor, y se encendió en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, y fueron puestas en soledad y en destrucción, como están hoy.

7 Ahora, pues, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis tan grande mal contra vosotros mismos, para ser destruidos el hombre y la mujer, el muchacho y el niño de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno,

8 haciéndome enojar con las obras de vuestras manos, ofreciendo incienso a dioses ajenos en la tierra de Egipto, adonde habéis entrado para vivir, de suerte que os acabéis, y seáis por maldición y por oprobio a todas las naciones de la tierra?

9 ¿Os habéis olvidado de las maldades de vuestros padres, de las maldades de los reyes de Judá, de las maldades de sus mujeres, de vuestras maldades y de las maldades de vuestras mujeres, que hicieron en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén?

10 No se han humillado hasta el día de hoy, ni han tenido temor, ni han caminado en mi ley ni en mis estatutos, los cuales puse delante de vosotros y delante de vuestros padres.

11 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo vuelvo mi rostro contra vosotros para mal, y para destruir a todo Judá.

12 Y tomaré el resto de Judá que volvieron sus rostros para ir a tierra de Egipto para morar allí, y en tierra de Egipto serán todos consumidos; caerán a espada, y serán consumidos de hambre; a espada y de hambre morirán desde el menor hasta el mayor, y serán objeto de execración, de espanto, de maldición y de oprobio.

13 Pues castigaré a los que moran en tierra de Egipto como castigué a Jerusalén, con espada, con hambre y con pestilencia.

14 Y del resto de los de Judá que entraron en la tierra de Egipto para habitar allí, no habrá quien escape, ni quien quede vivo para volver a la tierra de Judá, por volver a la cual suspiran ellos para habitar allí; porque no volverán sino algunos fugitivos.

15 Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido incienso a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo:

16 La palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos de ti;

17 sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y tuvimos abundancia de pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno.

18 Mas desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambre somos consumidos.

19 Y cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin consentimiento de nuestros maridos?

20 Y habló Jeremías a todo el pueblo, a los hombres y a las mujeres y a todo el pueblo que le había respondido esto, diciendo:

21 ¿No se ha acordado Jehová, y no ha venido a su memoria el incienso que ofrecisteis en las ciudades de Judá, y en las calles de Jerusalén, vosotros y vuestros padres, vuestros reyes y vuestros príncipes y el pueblo de la tierra?

22 Y no pudo sufrirlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras obras, a causa de las abominaciones que habíais hecho; por tanto, vuestra tierra fue puesta en asolamiento, en espanto y en maldición, hasta quedar sin morador, como está hoy.

23 Porque ofrecisteis incienso y pecasteis contra Jehová, y no obedecisteis a la voz de Jehová, ni anduvisteis en su ley ni en sus estatutos ni en sus testimonios; por tanto, ha venido sobre vosotros este mal, como hasta hoy.

24 Y dijo Jeremías a todo el pueblo, y a todas las mujeres: Oíd palabra de Jehová, todos los de Judá que estáis en tierra de Egipto.

25 Así ha hablado Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos lo ejecutasteis, diciendo: Cumpliremos efectivamente nuestros votos que hicimos, de ofrecer incienso a la reina del cielo y derramarle libaciones; confirmáis a la verdad vuestros votos, y ponéis vuestros votos por obra.

26 Por tanto, oíd palabra de Jehová, todo Judá que habitáis en tierra de Egipto: He aquí he jurado por mi grande nombre, dice Jehová, que mi nombre no será invocado más en toda la tierra de Egipto por boca de ningún hombre de Judá, diciendo: Vive Jehová el Señor.

27 He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en tierra de Egipto serán consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.

28 Y los que escapen de la espada volverán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, pocos hombres; sabrá, pues, todo el resto de Judá que ha entrado en Egipto a morar allí, la palabra de quién ha de permanecer: si la mía, o la suya.

29 Y esto tendréis por señal, dice Jehová, de que en este lugar os castigo, para que sepáis que de cierto permanecerán mis palabras para mal sobre vosotros.

30 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo entrego a Faraón Hofra rey de Egipto en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, así como entregué a Sedequías rey de Judá en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, su enemigo que buscaba su vida.

  X


1 La palabra que le ocurrió a Jeremías para todos los judíos que moraban en la tierra de Egipto, los que moraban en Migdol y en Tahpanhés y en Nof y en la tierra de Patrós, diciendo:

2 “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Ustedes mismos han visto toda la calamidad que he traído sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá, y miren que son un lugar devastado el día de hoy, y no hay en ellas habitante.

3 Es a causa de su maldad que ellos hicieron para ofenderme, al ir y hacer humo de sacrificio y rendir servicio a otros dioses que ellos mismos no habían conocido, ni ustedes ni sus antepasados.

4 Y les seguí enviando todos mis siervos los profetas, madrugando y enviando, diciendo: “No hagan, por favor, esta clase de cosa detestable que he odiado”.

5 Pero ellos no escucharon, ni inclinaron su oído para volverse de su maldad y dejar de hacer humo de sacrificio a otros dioses.

6 Por eso se derramó mi furia, y mi cólera, y ardió en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén; y llegaron a ser un lugar devastado, un yermo desolado, como sucede este día’.

7 ”Y ahora, esto es lo que ha dicho Jehová, el Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘¿Por qué están causando ustedes gran calamidad a sus almas, para cortar de ustedes mismos a hombre y mujer, niño y lactante, de en medio de Judá, de modo que no se dejan un resto;

8 ofendiéndome con las obras de sus manos, haciendo humo de sacrificio a otros dioses en la tierra de Egipto, en la cual van a entrar para residir como forasteros; con el propósito de hacer que se los corte y con el propósito de que lleguen a ser una invocación de mal y oprobio entre todas las naciones de la tierra?

9 ¿Han olvidado los malos hechos de sus antepasados y los malos hechos de los reyes de Judá y los malos hechos de las esposas de ellos y los propios malos hechos de ustedes y los malos hechos de sus esposas, que ellos han hecho en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén?

10 Y hasta el día de hoy ellos no se sintieron aplastados, y no les dio miedo, ni anduvieron en mi ley ni en mis estatutos que puse delante de ustedes y delante de sus antepasados’.

11 ”Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘¡Miren!, fijo mi rostro contra ustedes para calamidad y para cortar a todo Judá.

12 Y ciertamente tomaré al resto de Judá, los que fijaron sus rostros para entrar en la tierra de Egipto para residir allí como forasteros, y ciertamente se acabarán todos en la tierra de Egipto. Caerán a espada; [y] por el hambre serán acabados, desde el más pequeño aun hasta el más grande; a espada y del hambre morirán. Y tienen que llegar a ser una maldición, objeto de pasmo e invocación de mal y oprobio.

13 Y ciertamente exigiré rendición de cuentas a los que moran en la tierra de Egipto, tal como exigí rendición de cuentas a Jerusalén, con la espada, con el hambre y con la peste.

14 Y no llegará a haber ningún escapado ni sobreviviente para el resto de Judá, los que están entrando para residir allí como forasteros, en la tierra de Egipto, siquiera para volver a la tierra de Judá hacia la cual están alzando [el deseo de] su alma para volver a fin de morar; porque no volverán, salvo algunos escapados’”.

15 Y todos los hombres que sabían que sus esposas habían estado haciendo humo de sacrificio a otros dioses, y todas las esposas que estaban de pie como una gran congregación, y toda la gente que moraba en la tierra de Egipto, en Patrós, procedieron a responder a Jeremías, y decir:

16 “En cuanto a la palabra que nos has hablado en el nombre de Jehová, no te estamos escuchando;

17 sino que positivamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para hacer humo de sacrificio a la ‘reina de los cielos’ y para derramarle libaciones, tal como hicimos nosotros mismos y nuestros antepasados, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, cuando estábamos hartos de pan y colmados de bien, y no veíamos ninguna calamidad.

18 Y desde el tiempo en que cesamos de hacer humo de sacrificio a la ‘reina de los cielos’, y de derramarle libaciones, nos ha faltado todo, y por la espada y por el hambre hemos sido acabados.

19 ”También, cuando nosotras hacíamos humo de sacrificio a la ‘reina de los cielos’ y [estábamos dispuestas a] derramarle libaciones, ¿acaso fue sin preguntar a nuestros esposos como le hicimos tortas de sacrificio, para hacer una imagen de ella, y para derramarle libaciones?”.

20 A su vez Jeremías dijo a toda la gente, a los hombres físicamente capacitados y a las esposas y a toda la gente, que le respondían con una palabra, y dijo:

21 “En cuanto al humo de sacrificio que ustedes hicieron en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, ustedes y sus antepasados, sus reyes y sus príncipes y la gente de la tierra, ¿acaso no fue esto lo que Jehová recordó y lo que procedió a subir a su corazón?

22 Por fin Jehová ya no pudo aguantarlo a causa de la maldad de los tratos de ustedes, a causa de las cosas detestables que habían hecho, y por eso su tierra llegó a ser un lugar devastado y objeto de pasmo e invocación de mal, sin habitante alguno, como sucede este día.

23 Por el hecho de que ustedes hicieron humo de sacrificio y que pecaron contra Jehová y no obedecieron la voz de Jehová y no anduvieron en su ley y en sus estatutos y en sus recordatorios, por eso les ha acaecido esta calamidad como sucede este día”.

24 Y, continuando, Jeremías dijo a todo el pueblo y a todas las mujeres: “Oigan la palabra de Jehová, todos [los de] Judá que están en la tierra de Egipto.

25 Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘En cuanto a ustedes y sus esposas, ustedes las mujeres también hablan con su boca (y con sus manos [todos] ustedes han efectuado un cumplimiento), y dicen: “Sin falta ejecutaremos nuestros votos que hemos hecho, de hacer humo de sacrificio a la ‘reina de los cielos’ y de derramarle libaciones”. Ustedes las mujeres sin falta llevarán a cabo sus votos, y sin falta ejecutarán sus votos’.

26 ”Por lo tanto, oigan la palabra de Jehová, todos [los de] Judá que están morando en la tierra de Egipto: ‘“Aquí yo mismo he jurado por mi gran nombre —ha dicho Jehová— que mi nombre ya no resultará ser algo que clame la boca de hombre alguno de Judá, diciendo: ‘¡Tan ciertamente como que vive el Señor Soberano Jehová!’, en toda la tierra de Egipto.

27 ¡Miren!, me mantengo alerta respecto a ellos para calamidad y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto ciertamente serán acabados por la espada y por el hambre, hasta que dejen de ser.

28 Y en cuanto a los que escapen de la espada, ellos regresarán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, pocos en número; y todos los del resto de Judá, que entran en la tierra de Egipto para residir allí como forasteros, ciertamente sabrán la palabra de quién es la que se realiza: la mía, o la de ellos”’”.

29 “‘Y esta es la señal para ustedes —es la expresión de Jehová— de que estoy dirigiendo mi atención a ustedes en este lugar, para que sepan que sin falta se realizarán mis palabras sobre ustedes para calamidad:

30 Esto es lo que ha dicho Jehová: “Aquí voy a dar a Faraón Hofrá, el rey de Egipto, en la mano de sus enemigos y en la mano de los que buscan su alma, tal como he dado a Sedequías el rey de Judá en la mano de Nabucodorosor el rey de Babilonia, su enemigo y el que buscaba su alma”.’”