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La Palabra de Dios preservada y viva

JOB 16 Paralela rv60
y tnm

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Respondió Job, y dijo:

2 Muchas veces he oído cosas como estas; Consoladores molestos sois todos vosotros.

3 ¿Tendrán fin las palabras vacías? ¿O qué te anima a responder?

4 También yo podría hablar como vosotros, Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía; Yo podría hilvanar contra vosotros palabras, Y sobre vosotros mover mi cabeza.

5 Pero yo os alentaría con mis palabras, Y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor.

6 Si hablo, mi dolor no cesa; Y si dejo de hablar, no se aparta de mí.

7 Pero ahora tú me has fatigado; Has asolado toda mi compañía.

8 Tú me has llenado de arrugas; testigo es mi flacura, Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.

9 Su furor me despedazó, y me ha sido contrario; Crujió sus dientes contra mí; Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.

10 Abrieron contra mí su boca; Hirieron mis mejillas con afrenta; Contra mí se juntaron todos.

11 Me ha entregado Dios al mentiroso, Y en las manos de los impíos me hizo caer.

12 Próspero estaba, y me desmenuzó; Me arrebató por la cerviz y me despedazó, Y me puso por blanco suyo.

13 Me rodearon sus flecheros, Partió mis riñones, y no perdonó; Mi hiel derramó por tierra.

14 Me quebrantó de quebranto en quebranto; Corrió contra mí como un gigante.

15 Cosí cilicio sobre mi piel, Y puse mi cabeza en el polvo.

16 Mi rostro está inflamado con el lloro, Y mis párpados entenebrecidos,

17 A pesar de no haber iniquidad en mis manos, Y de haber sido mi oración pura.

18 ¡Oh tierra! no cubras mi sangre, Y no haya lugar para mi clamor.

19 Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas.

20 Disputadores son mis amigos; Mas ante Dios derramaré mis lágrimas.

21 ¡Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios, Como con su prójimo!

22 Mas los años contados vendrán, Y yo iré por el camino de donde no volveré.

  X


1 Y Job procedió a responder y decir:

2 “He oído muchas cosas como estas. ¡Todos ustedes son consoladores molestos!

3 ¿Hay término para palabras llenas de viento? ¿O qué te irrita, que respondes?

4 También yo mismo bien podría hablar como lo hacen ustedes. Si solo existieran las almas de ustedes donde mi alma está, ¿me mostraría yo brillante en palabras contra ustedes, y menearía la cabeza contra ustedes?

5 Los fortalecería con las palabras de mi boca, y la consolación de mis propios labios serviría para retener...

6 Si de veras hablo, mi propio dolor no se retiene, y si de veras ceso de hacerlo, ¿qué se va de mí?

7 Solo que ahora él me ha fatigado; ha desolado a todos los que se congregan conmigo.

8 Tú también me prendes. Esto ha llegado a ser testigo, de modo que mi flacura se levanta contra mí. En mi rostro testifica.

9 Su misma cólera [me] ha despedazado, y él abriga animosidad contra mí. Realmente cruje sus dientes contra mí. Mi adversario mismo aguza los ojos contra mí.

10 Han abierto ancha su boca contra mí, con oprobio me han herido las mejillas, en un número grande se unen en masa contra mí.

11 Dios me entrega a muchachos de poca edad, y en las manos de inicuos me arroja de cabeza.

12 Yo había llegado a estar desahogado, pero él procedió a sacudirme; y me asió por la cerviz y procedió a hacerme pedazos, y me erige como blanco para sí.

13 Sus arqueros me rodean; él me abre los riñones y no siente compasión; vacía mi vesícula biliar hasta la misma tierra.

14 Sigue rompiendo a través de mí con brecha tras brecha; corre contra mí como un poderoso.

15 Tela de saco he cosido sobre mi piel, y he arrojado mi cuerno en el polvo mismo.

16 Mi rostro mismo se ha enrojecido de llorar, y sobre mis párpados hay sombra profunda,

17 aunque no hay violencia sobre las palmas de mis manos, y mi oración es pura.

18 ¡Ay, tierra, no cubras mi sangre! ¡Y no resulte haber lugar para mi clamor!

19 También ahora, ¡miren!, en los cielos está uno que testifica acerca de mí, y mi testigo está en las alturas.

20 Mis compañeros son voceros contra mí; a Dios ha mirado mi ojo en desvelo.

21 Y la decisión ha de tomarse entre un hombre físicamente capacitado y Dios, lo mismo que entre un hijo del hombre y su prójimo.

22 Porque solo unos cuantos años han de venir, y por la senda por la cual no regresaré me iré.