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La Palabra de Dios preservada y viva

JOB 29 Paralela rv60
y tnm

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Volvió Job a reanudar su discurso, y dijo:

2 ¡Quién me volviese como en los meses pasados, Como en los días en que Dios me guardaba,

3 Cuando hacía resplandecer sobre mi cabeza su lámpara, A cuya luz yo caminaba en la oscuridad;

4 Como fui en los días de mi juventud, Cuando el favor de Dios velaba sobre mi tienda;

5 Cuando aún estaba conmigo el Omnipotente, Y mis hijos alrededor de mí;

6 Cuando lavaba yo mis pasos con leche, Y la piedra me derramaba ríos de aceite!

7 Cuando yo salía a la puerta a juicio, Y en la plaza hacía preparar mi asiento,

8 Los jóvenes me veían, y se escondían; Y los ancianos se levantaban, y estaban de pie.

9 Los príncipes detenían sus palabras; Ponían la mano sobre su boca.

10 La voz de los principales se apagaba, Y su lengua se pegaba a su paladar.

11 Los oídos que me oían me llamaban bienaventurado, Y los ojos que me veían me daban testimonio,

12 Porque yo libraba al pobre que clamaba, Y al huérfano que carecía de ayudador.

13 La bendición del que se iba a perder venía sobre mí, Y al corazón de la viuda yo daba alegría.

14 Me vestía de justicia, y ella me cubría; Como manto y diadema era mi rectitud.

15 Yo era ojos al ciego, Y pies al cojo.

16 A los menesterosos era padre, Y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia;

17 Y quebrantaba los colmillos del inicuo, Y de sus dientes hacía soltar la presa.

18 Decía yo: En mi nido moriré, Y como arena multiplicaré mis días.

19 Mi raíz estaba abierta junto a las aguas, Y en mis ramas permanecía el rocío.

20 Mi honra se renovaba en mí, Y mi arco se fortalecía en mi mano.

21 Me oían, y esperaban, Y callaban a mi consejo.

22 Tras mi palabra no replicaban, Y mi razón destilaba sobre ellos.

23 Me esperaban como a la lluvia, Y abrían su boca como a la lluvia tardía.

24 Si me reía con ellos, no lo creían; Y no abatían la luz de mi rostro.

25 Calificaba yo el camino de ellos, y me sentaba entre ellos como el jefe; Y moraba como rey en el ejército, Como el que consuela a los que lloran.

  X


1 Y Job procedió de nuevo a alzar su expresión proverbial, y pasó a decir:

2 “¡Ah, que estuviera yo como en los meses lunares de mucho tiempo atrás, como en los días en que Dios me guardaba;

3 cuando hacía brillar su lámpara sobre mi cabeza, [cuando] yo andaba [por la] oscuridad a su luz;

4 tal como me hallaba en los días de mi madurez, cuando la intimidad con Dios estaba en mi tienda;

5 cuando el Todopoderoso estaba todavía conmigo, [cuando] mis servidores estaban todo en derredor de mí!

6 Cuando yo lavaba mis pasos en mantequilla, y la roca seguía derramando corrientes de aceite para mí;

7 cuando salía a la puerta junto al pueblo, ¡en la plaza pública preparaba mi asiento!

8 Los muchachos me veían y se escondían, y hasta los de edad se levantaban, se ponían de pie.

9 Príncipes mismos restringían palabras, y la palma de la mano se ponían sobre la boca.

10 La voz de los caudillos mismos estaba escondida, y la lengua misma se les pegaba al paladar.

11 Porque el oído mismo escuchaba y procedía a pronunciarme feliz, y el ojo mismo veía y procedía a dar testimonio a favor de mí.

12 Porque yo libraba al afligido que clamaba por ayuda, y al huérfano de padre y a cualquiera que no tuviera ayudador.

13 La bendición del que estaba a punto de perecer... sobre mí venía, y el corazón de la viuda yo alegraba.

14 Con justicia me vestí, y esta me vestía. Mi equidad era como vestidura sin mangas... y turbante.

15 Ojos llegué a ser yo para el ciego; y pies para el cojo era yo.

16 Era un verdadero padre para los pobres; y la causa judicial de alguien a quien no conocía... yo la examinaba.

17 Y quebraba las mandíbulas del malvado, y de sus dientes arrancaba la presa.

18 Y solía decir: ‘Dentro de mi nido expiraré, y como los granos de arena multiplicaré [mis] días.

19 Mi raíz está abierta para las aguas, y el rocío mismo pasará la noche sobre mi rama mayor.

20 Mi gloria está fresca conmigo, y mi arco en mi mano disparará repetidas veces’.

21 A mí me escuchaban; y esperaban, y quedaban callados para [recibir] mi consejo.

22 Después de mi palabra no volvían a hablar, y sobre ellos goteaba mi palabra.

23 Y me esperaban como a la lluvia, y abrían bien la boca para la lluvia primaveral.

24 Yo les sonreía —no [lo] creían— y la luz de mi rostro no echaban abajo.

25 Yo les escogía el camino, y estaba sentado como cabeza; y residía como un rey entre [sus] tropas, como quien consuela a los que están de duelo.