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JUAN 13 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

2 Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,

3 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,

4 se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.

5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

6 Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?

7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.

8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

10 Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.

11 Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.

12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?

13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.

14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.

15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.

17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

18 No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.

19 Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy.

20 De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

21 Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.

22 Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.

23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús.

24 A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba.

25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?

26 Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón.

27 Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.

28 Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto.

29 Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.

30 Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.

31 Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.

32 Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará.

33 Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir.

34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después.

37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.

38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

  X


1 Ahora bien, puesto que antes de la fiesta de la pascua sabía que había llegado su hora para irse de este mundo al Padre, Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

2 Así que, mientras estaba en progreso la cena, como el Diablo ya había metido en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que lo traicionara,

3 [Jesús,] sabiendo que el Padre había dado en [sus] manos todas las cosas, y que de Dios había venido y a Dios iba,

4 se levantó de la cena y puso a un lado sus prendas de vestir exteriores. Y, tomando una toalla, se ciñó.

5 Después de aquello echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido.

6 Y vino, pues, a Simón Pedro. Él le dijo: “Señor, ¿tú me lavas los pies?”.

7 En respuesta, Jesús le dijo: “Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo entenderás después de estas cosas”.

8 Pedro le dijo: “Tú ciertamente no me lavarás los pies nunca”. Jesús le contestó: “A menos que te lave, no tienes parte conmigo”.

9 Le dijo Simón Pedro: “Señor, no los pies solamente, sino también las manos y la cabeza”.

10 Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, sino que está todo limpio. Y ustedes están limpios, pero no todos”.

11 Conocía, en efecto, al hombre que lo traicionaba. Por esto dijo: “No todos ustedes están limpios”.

12 Ahora bien, cuando les hubo lavado los pies y se hubo puesto sus prendas de vestir exteriores y recostado de nuevo a la mesa, les dijo: “¿Saben lo que les he hecho?

13 Ustedes me llaman: ‘Maestro’, y, ‘Señor’, y hablan correctamente, porque lo soy.

14 Por eso, si yo, aunque soy Señor y Maestro, les he lavado los pies a ustedes, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros.

15 Porque yo les he puesto el modelo, que, así como yo hice con ustedes, ustedes también deben hacerlo.

16 Muy verdaderamente les digo: El esclavo no es mayor que su amo, ni es el enviado mayor que el que lo envió.

17 Si saben estas cosas, felices son si las hacen.

18 No hablo de todos ustedes; yo conozco a los que he escogido. Mas es para que se cumpla la Escritura: ‘El que comía de mi pan ha alzado contra mí su talón’.

19 Desde este momento en adelante se lo digo a ustedes antes que suceda, para que cuando suceda ustedes crean que soy yo.

20 Muy verdaderamente les digo: El que recibe a cualquiera a quien yo envío me recibe a mí [también]. A su vez, el que me recibe a mí recibe [también] al que me envió”.

21 Después de decir estas cosas, Jesús se perturbó en espíritu, y dio testimonio y dijo: “Muy verdaderamente les digo: Uno de ustedes me traicionará”.

22 Los discípulos empezaron a mirarse unos a otros, perplejos por no saber de quién [lo] decía.

23 Ante el seno de Jesús estaba reclinado uno de sus discípulos, y Jesús lo amaba.

24 Por lo tanto, Simón Pedro le hizo seña con la cabeza a este y le dijo: “Di quién es de quien [lo] dice”.

25 De modo que este se recostó sobre el pecho de Jesús y le dijo: “Señor, ¿quién es?”.

26 Por tanto Jesús contestó: “Es aquel a quien daré el bocado que mojo”. Y así que, habiendo mojado el bocado, lo tomó y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.

27 Y después del bocado, entonces Satanás entró en este. Jesús, por lo tanto, le dijo: “Lo que haces, hazlo más pronto”.

28 Sin embargo, ninguno de los que estaban reclinados a la mesa sabía con qué propósito le había dicho esto.

29 Algunos, de hecho, se imaginaban que, como Judas tenía la caja del dinero, Jesús le decía: “Compra las cosas que necesitamos para la fiesta”, o que diera algo a los pobres.

30 De manera que, después de recibir el bocado, salió inmediatamente. Y era de noche.

31 Entonces, cuando aquel hubo salido, Jesús dijo: “Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado respecto a él.

32 Y Dios mismo lo glorificará, y él lo glorificará inmediatamente.

33 Hijitos, estoy con ustedes un poco de tiempo más. Me buscarán ustedes; y así como dije a los judíos: ‘A donde yo voy ustedes no pueden venir’, también se lo digo a ustedes ahora.

34 Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros.

35 En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí”.

36 Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿adónde vas?”. Jesús contestó: “A donde yo voy no puedes seguirme ahora, pero seguirás después”.

37 Pedro le dijo: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Entregaré mi alma a favor de ti”.

38 Jesús contestó: “¿Entregarás tu alma a favor de mí? Muy verdaderamente te digo: No cantará el gallo de ninguna manera hasta que me hayas repudiado tres veces”.