Biblia Online

La Palabra de Dios preservada y viva

JUECES 21 Paralela rv60
y tnm

< Anterior

Siguiente >

Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.

2 Y vino el pueblo a la casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la noche en presencia de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron:

3 Oh Jehová Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?

4 Y al día siguiente el pueblo se levantó de mañana, y edificaron allí altar, y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz.

5 Y dijeron los hijos de Israel: ¿Quién de todas las tribus de Israel no subió a la reunión delante de Jehová? Porque se había hecho gran juramento contra el que no subiese a Jehová en Mizpa, diciendo: Sufrirá la muerte.

6 Y los hijos de Israel se arrepintieron a causa de Benjamín su hermano, y dijeron: Cortada es hoy de Israel una tribu.

7 ¿Qué haremos en cuanto a mujeres para los que han quedado? Nosotros hemos jurado por Jehová que no les daremos nuestras hijas por mujeres.

8 Y dijeron: ¿Hay alguno de las tribus de Israel que no haya subido a Jehová en Mizpa? Y hallaron que ninguno de Jabes-galaad había venido al campamento, a la reunión.

9 Porque fue contado el pueblo, y no hubo allí varón de los moradores de Jabes-galaad.

10 Entonces la congregación envió allá a doce mil hombres de los más valientes, y les mandaron, diciendo: Id y herid a filo de espada a los moradores de Jabes-galaad, con las mujeres y niños.

11 Pero haréis de esta manera: mataréis a todo varón, y a toda mujer que haya conocido ayuntamiento de varón.

12 Y hallaron de los moradores de Jabes-galaad cuatrocientas doncellas que no habían conocido ayuntamiento de varón, y las trajeron al campamento en Silo, que está en la tierra de Canaán.

13 Toda la congregación envió luego a hablar a los hijos de Benjamín que estaban en la peña de Rimón, y los llamaron en paz.

14 Y volvieron entonces los de Benjamín, y les dieron por mujeres las que habían guardado vivas de las mujeres de Jabes- galaad; mas no les bastaron éstas.

15 Y el pueblo tuvo compasión de Benjamín, porque Jehová había abierto una brecha entre las tribus de Israel.

16 Entonces los ancianos de la congregación dijeron: ¿Qué haremos respecto de mujeres para los que han quedado? Porque fueron muertas las mujeres de Benjamín.

17 Y dijeron: Tenga Benjamín herencia en los que han escapado, y no sea exterminada una tribu de Israel.

18 Pero nosotros no les podemos dar mujeres de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado diciendo: Maldito el que diere mujer a los benjamitas.

19 Ahora bien, dijeron, he aquí cada año hay fiesta solemne de Jehová en Silo, que está al norte de Bet-el, y al lado oriental del camino que sube de Bet-el a Siquem, y al sur de Lebona.

20 Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciendo: Id, y poned emboscadas en las viñas,

21 y estad atentos; y cuando veáis salir a las hijas de Silo a bailar en corros, salid de las viñas, y arrebatad cada uno mujer para sí de las hijas de Silo, e idos a tierra de Benjamín.

22 Y si vinieren los padres de ellas o sus hermanos a demandárnoslas, nosotros les diremos: Hacednos la merced de concedérnoslas, pues que nosotros en la guerra no tomamos mujeres para todos; además, no sois vosotros los que se las disteis, para que ahora seáis culpados.

23 Y los hijos de Benjamín lo hicieron así; y tomaron mujeres conforme a su número, robándolas de entre las que danzaban; y se fueron, y volvieron a su heredad, y reedificaron las ciudades, y habitaron en ellas.

24 Entonces los hijos de Israel se fueron también de allí, cada uno a su tribu y a su familia, saliendo de allí cada uno a su heredad.

25 En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.

  X


1 Ahora bien, los hombres de Israel habían jurado en Mizpá, diciendo: “Ni un solo hombre de nosotros dará su hija a Benjamín por esposa”.

2 Por consiguiente, el pueblo vino a Betel y se quedaron sentados allí delante del Dios [verdadero] hasta el atardecer, y continuaron alzando la voz y llorando con gran abandono.

3 Y decían: “¿Por qué, oh Jehová el Dios de Israel, ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?”.

4 Y al día siguiente aconteció que el pueblo procedió a levantarse temprano y a edificar allí un altar y a ofrecer ofrendas quemadas y ofrendas de comunión.

5 Entonces los hijos de Israel dijeron: “¿Quién hay de todas las tribus de Israel que no haya subido en la congregación a Jehová?, porque hay un gran juramento que se ha hecho respecto al que no haya subido a Jehová en Mizpá, que dice: ‘Que se le dé muerte sin falta’”.

6 Y los hijos de Israel empezaron a sentir pesar a causa de Benjamín su hermano. Así que dijeron: “Hoy una tribu ha sido cortada por completo de Israel.

7 ¿Qué haremos con los que quedan en lo que toca a esposas, ya que nosotros mismos hemos jurado por Jehová no darles ninguna de nuestras hijas por esposas?”.

8 Y pasaron a decir: “¿Cuál de las tribus de Israel es la que no ha subido a Jehová en Mizpá?”. Y, ¡mire!, nadie de Jabés-galaad había entrado en el campamento, a la congregación.

9 Cuando se contó la gente, pues, ¡mire!, no había allí hombre alguno de los habitantes de Jabés-galaad.

10 Por lo tanto la asamblea procedió a enviar allá doce mil de los hombres más valientes y a mandarles, diciendo: “Vayan, y tienen que herir a los habitantes de Jabés-galaad a filo de espada, aun a las mujeres y a los pequeñuelos.

11 Y esta es la cosa que deben hacer: A todo varón y a toda mujer que haya tenido la experiencia de acostarse con varón los deben dar por entero a la destrucción”.

12 Sin embargo, de los habitantes de Jabés-galaad hallaron a cuatrocientas muchachas, vírgenes, que no habían tenido coito con hombre acostándose con varón. De modo que las trajeron al campamento de Siló, que está en la tierra de Canaán.

13 Y toda la asamblea ahora envió [mensaje] y habló a los hijos de Benjamín que estaban en el peñasco de Rimón y les ofrecieron la paz.

14 Por consiguiente, Benjamín volvió en aquel tiempo. Entonces les dieron las mujeres que habían conservado vivas de las mujeres de Jabés-galaad; pero no les hallaron suficientes.

15 Y el pueblo sintió pesar a causa de Benjamín, porque Jehová había hecho una ruptura entre las tribus de Israel.

16 En consecuencia, los ancianos de la asamblea dijeron: “¿Qué haremos con los hombres que quedan en lo que toca a esposas, por cuanto las mujeres han sido aniquiladas de Benjamín?”.

17 Entonces dijeron: “Debe haber una posesión para los que han escapado de Benjamín, para que no sea borrada de Israel una tribu.

18 En cuanto a nosotros, no se nos permite darles esposas de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado, diciendo: ‘Maldito es el que dé esposa a Benjamín’”.

19 Por fin dijeron: “¡Miren! De año en año hay fiesta de Jehová en Siló, que está al norte de Betel, hacia el oriente de la calzada que sube de Betel a Siquem y hacia el sur de Leboná”.

20 Así que dieron orden a los hijos de Benjamín, diciendo: “Vayan, y tienen que ponerse al acecho en las viñas.

21 Y tienen que mirar, y, pues bien, cuando salgan las hijas de Siló para bailar en danzas de corro, entonces ustedes tienen que salir de las viñas y llevarse a la fuerza cada cual su esposa de las hijas de Siló, y tienen que irse a la tierra de Benjamín.

22 Y tiene que suceder que en caso de que vengan los padres o los hermanos de ellas para conducir una causa judicial contra nosotros, entonces ciertamente les diremos: ‘Hágannos un favor por bien de ellos, porque no hemos tomado para cada cual su esposa mediante guerra, pues no fueron ustedes quienes se las dieron en un tiempo en que ustedes se hubieran hecho culpables’”.

23 Por consiguiente, los hijos de Benjamín lo hicieron justamente así, y procedieron a llevarse esposas, para el número que había de ellos, de las mujeres que danzaban en derredor, a quienes arrebataron; después de lo cual se fueron y volvieron a su herencia y edificaron las ciudades y se pusieron a morar en ellas.

24 Y los hijos de Israel empezaron a dispersarse de allí en aquel tiempo, cada uno a su propia tribu y a su propia familia; y fueron saliendo de allí, cada cual a su propia herencia.

25 En aquellos días no había rey en Israel. Lo que era recto a sus propios ojos era lo que cada uno acostumbraba hacer.