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LUCAS 21 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas.

2 Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas.

3 Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.

4 Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.

5 Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo:

6 En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida.

7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder?

8 El entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.

9 Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente.

10 Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino;

11 y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo.

12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre.

13 Y esto os será ocasión para dar testimonio.

14 Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa;

15 porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan.

16 Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros;

17 y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre.

18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.

19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.

20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.

21 Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella.

22 Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.

23 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo.

24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.

25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;

26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.

27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.

28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.

29 También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.

30 Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca.

31 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.

32 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.

33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.

35 Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.

36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

37 Y enseñaba de día en el templo; y de noche, saliendo, se estaba en el monte que se llama de los Olivos.

38 Y todo el pueblo venía a él por la mañana, para oírle en el templo.

  X


1 Ahora bien, al levantar la vista, vio a los ricos que echaban sus dádivas en las arcas de la tesorería.

2 Entonces vio a cierta viuda necesitada echar allí dos monedas pequeñas de ínfimo valor,

3 y dijo: “En verdad les digo: Esta viuda, aunque pobre, echó más que todos ellos.

4 Porque todos estos echaron dádivas de lo que les sobra, mas esta echó, de su indigencia, todo el medio de vivir que tenía”.

5 Más tarde, cuando algunos hablaban respecto al templo, cómo estaba adornado de piedras hermosas y cosas dedicadas,

6 él dijo: “En cuanto a estas cosas que contemplan, vendrán los días en que no se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada”.

7 Entonces le interrogaron, diciendo: “Maestro, ¿cuándo realmente serán estas cosas, y qué será la señal cuando estas cosas estén destinadas a suceder?”.

8 Dijo: “Cuidado que no los extravíen; porque muchos vendrán sobre la base de mi nombre, y dirán: ‘Yo soy ese’, y: ‘El debido tiempo se ha acercado’. No vayan en pos de ellos.

9 Además, cuando oigan de guerras y desórdenes, no se aterroricen. Porque estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin no [sucede] inmediatamente”.

10 Entonces pasó a decirles: “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino;

11 y habrá grandes terremotos, y en un lugar tras otro pestes y escaseces de alimento; y habrá escenas espantosas, y del cielo grandes señales.

12 ”Pero antes de todas estas cosas les echarán mano a ustedes y los perseguirán, entregándolos a las sinagogas y prisiones, y serán llevados ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre.

13 Resultará para ustedes en testimonio.

14 Por lo tanto, resuélvanlo en sus corazones que no ensayarán de antemano cómo hacer su defensa,

15 porque yo les daré boca y sabiduría, que todos sus opositores juntos no podrán resistir ni disputar.

16 Además, serán entregados hasta por padres y hermanos y parientes y amigos, y a algunos de ustedes los harán morir;

17 y serán objeto de odio de parte de toda la gente por causa de mi nombre.

18 Y, con todo, no perecerá ni un cabello de su cabeza.

19 Mediante el aguante de parte de ustedes adquirirán sus almas.

20 ”Además, cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado.

21 Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de [Jerusalén] retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella;

22 porque estos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.

23 ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que den de mamar en aquellos días! Porque habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo;

24 y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones.

25 ”También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y [de su] agitación,

26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos.

27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria.

28 Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca”.

29 Con eso les habló una ilustración: “Noten la higuera y todos los demás árboles:

30 Cuando ya echan brotes, ustedes, al observarlo, saben para sí que ya se acerca el verano.

31 Así también ustedes, cuando vean suceder estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca.

32 En verdad les digo: Esta generación no pasará de ningún modo sin que todas las cosas sucedan.

33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán.

34 ”Mas presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente

35 como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra.

36 Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre”.

37 De modo que de día enseñaba en el templo, pero de noche salía y se alojaba en la montaña llamada el monte de los Olivos.

38 Y todo el pueblo, temprano en el día, acudía a él en el templo para oírle.