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La Palabra de Dios preservada y viva

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LUCAS 24 Paralela rv60
y tnm

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.

2 Y hallaron removida la piedra del sepulcro;

3 y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

4 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;

5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,

7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.

8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,

9 y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás.

10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.

11 Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían.

12 Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.

13 Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén.

14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.

15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.

16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.

17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?

18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?

19 Entonces él les dijo: Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.

21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.

22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro;

23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive.

24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.

25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!

26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?

27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

28 Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos.

29 Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos.

30 Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.

31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista.

32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?

33 Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos,

34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.

35 Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.

36 Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.

37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu.

38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?

39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.

41 Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?

42 Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel.

43 Y él lo tomó, y comió delante de ellos.

44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;

46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.

49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

50 Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.

51 Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo.

52 Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo;

53 y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.

  X


1 El primer día de la semana, sin embargo, fueron muy de mañana a la tumba, llevando las especias que habían preparado.

2 Pero hallaron removida la piedra de la tumba conmemorativa,

3 y cuando entraron no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

4 Mientras estaban perplejas sobre esto, ¡mira!, se pusieron junto a ellas dos varones en ropa fulgurante.

5 Como ellas se atemorizaron y tenían los rostros inclinados hacia el suelo, los [hombres] les dijeron: “¿Por qué buscan al Vivo entre los muertos?

6 [[No está aquí, sino que ha sido levantado.]] Recuerden cómo les habló mientras todavía estaba en Galilea,

7 diciendo que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de hombres pecadores y ser fijado en un madero y, sin embargo, levantarse al tercer día”.

8 De modo que ellas se acordaron de sus dichos,

9 y regresaron de la tumba conmemorativa e informaron todas estas cosas a los once y a todos los demás.

10 Eran María la Magdalena, y Juana, y María la [madre] de Santiago. También, las demás mujeres [que estaban] con ellas decían estas cosas a los apóstoles.

11 Sin embargo, a ellos estos dichos les parecieron como tonterías, y no quisieron creer a las [mujeres].

12 [[Mas Pedro se levantó y corrió a la tumba conmemorativa, y, agachándose, contempló las vendas solas. De modo que se fue, admirándose de lo que había ocurrido.]]

13 Pero, ¡mira!, aquel mismo día dos de ellos iban caminando a una aldea que dista unos once kilómetros de Jerusalén, Emaús por nombre,

14 y estaban conversando el uno con el otro de todas estas cosas que habían sucedido.

15 Ahora bien, mientras iban conversando y hablando, Jesús mismo se acercó y se puso a andar con ellos;

16 pero se impidió que los ojos de ellos lo reconocieran.

17 Él les dijo: “¿Qué asuntos son estos que consideran entre ustedes mientras van andando?”. Y ellos se detuvieron con rostros tristes.

18 En respuesta, el que tenía por nombre Cleopas le dijo: “¿Moras tú solo como forastero en Jerusalén y por eso no sabes las cosas que han ocurrido en ella en estos días?”.

19 Y él les dijo: “¿Qué cosas?”. Ellos le dijeron: “Las cosas respecto a Jesús el Nazareno, que vino a ser profeta poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

20 y cómo lo entregaron nuestros sacerdotes principales y gobernantes a sentencia de muerte y lo fijaron en un madero.

21 Pero nosotros esperábamos que este fuera el que estaba destinado a librar a Israel; sí, y además de todas estas cosas, este es ya el tercer día desde que han ocurrido estas cosas.

22 Por otra parte, ciertas mujeres de entre nosotros también nos han pasmado, porque muy de mañana habían estado en la tumba conmemorativa,

23 pero no hallaron el cuerpo de él, y vinieron diciendo que también habían visto una vista sobrenatural de ángeles, los cuales dijeron que él está vivo.

24 Además de eso, algunos de los que estaban con nosotros se fueron a la tumba conmemorativa; y hallaron que así era, exactamente como las mujeres habían dicho, pero a él no lo vieron”.

25 De modo que él les dijo: “¡Oh insensatos y lentos de corazón para creer en todas las cosas que hablaron los profetas!

26 ¿No era necesario que el Cristo sufriera estas cosas y entrara en su gloria?”.

27 Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas les interpretó cosas referentes a él en todas las Escrituras.

28 Por fin se acercaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos.

29 Pero ellos fueron muy insistentes con él, y dijeron: “Quédate con nosotros, porque casi anochece y el día ya ha declinado”. Ante aquello, él entró a quedarse con ellos.

30 Y estando reclinado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y empezó a dárselo.

31 Con esto, a ellos se les abrieron los ojos completamente y lo reconocieron; y él desapareció de ante ellos.

32 Y ellos se dijeron el uno al otro: “¿No nos ardía el corazón cuando él venía hablándonos por el camino, cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?”.

33 Y en aquella misma hora se levantaron y volvieron a Jerusalén, y hallaron congregados a los once y a los que estaban con ellos,

34 que decían: “¡Es un hecho que el Señor ha sido levantado y se ha aparecido a Simón!”.

35 Entonces ellos mismos contaron lo [que había sucedido] en el camino, y cómo se les dio a conocer en el [acto de] partir el pan.

36 Mientras estaban hablando de estas cosas, él mismo se puso de pie en medio de ellos [[y les dijo: “Tengan paz”.]]

37 Pero porque estaban aterrados, y se habían atemorizado, se imaginaban que contemplaban un espíritu.

38 Por eso les dijo: “¿Por qué están perturbados, y por qué se suscitan dudas en su corazón?

39 Vean mis manos y mis pies, que soy yo mismo; pálpenme y vean, porque un espíritu no tiene carne y huesos así como contemplan que yo tengo”.

40 [[Y al decir esto les mostró las manos y los pies.]]

41 Pero mientras todavía no creían de puro gozo, y seguían admirados, les dijo: “¿Tienen ahí algo de comer?”.

42 Y le dieron un pedazo de pescado asado;

43 y lo tomó y lo comió delante de los ojos de ellos.

44 En seguida les dijo: “Estas son mis palabras que les hablé mientras todavía estaba con ustedes, que todas las cosas escritas en la ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos acerca de mí tenían que cumplirse”.

45 Entonces les abrió la mente por completo para que captaran el significado de las Escrituras,

46 y les dijo: “De esta manera está escrito que el Cristo sufriría y se levantaría de entre los muertos al tercer día,

47 y sobre la base de su nombre se predicaría arrepentimiento para perdón de pecados en todas las naciones... comenzando desde Jerusalén,

48 ustedes han de ser testigos de estas cosas.

49 Y, ¡miren!, envío sobre ustedes lo que está prometido por mi Padre. Ustedes, sin embargo, permanezcan en la ciudad hasta que lleguen a estar revestidos de poder desde lo alto”.

50 Mas los condujo fuera, hasta Betania, y alzó las manos y los bendijo.

51 Mientras los bendecía, fue separado de ellos y comenzó a ser llevado arriba al cielo.

52 Y ellos le rindieron homenaje y regresaron a Jerusalén con gran gozo.

53 Y estaban de continuo en el templo bendiciendo a Dios.