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La Palabra de Dios preservada y viva

NUMEROS 24 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue, como la primera y segunda vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto;

2 y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él.

3 Entonces tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, Y dijo el varón de ojos abiertos;

4 Dijo el que oyó los dichos de Dios, El que vio la visión del Omnipotente; Caído, pero abiertos los ojos:

5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, Tus habitaciones, oh Israel!

6 Como arroyos están extendidas, Como huertos junto al río, Como áloes plantados por Jehová, Como cedros junto a las aguas.

7 De sus manos destilarán aguas, Y su descendencia será en muchas aguas; Enaltecerá su rey más que Agag, Y su reino será engrandecido.

8 Dios lo sacó de Egipto; Tiene fuerzas como de búfalo. Devorará a las naciones enemigas, Desmenuzará sus huesos, Y las traspasará con sus saetas.

9 Se encorvará para echarse como león, Y como leona; ¿quién lo despertará? Benditos los que te bendijeren, Y malditos los que te maldijeren.

10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces.

11 Ahora huye a tu lugar; yo dije que te honraría, mas he aquí que Jehová te ha privado de honra.

12 Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo:

13 Si Balac me diese su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio, mas lo que hable Jehová, eso diré yo?

14 He aquí, yo me voy ahora a mi pueblo; por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postreros días.

15 Y tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, Dijo el varón de ojos abiertos;

16 Dijo el que oyó los dichos de Jehová, Y el que sabe la ciencia del Altísimo, El que vio la visión del Omnipotente; Caído, pero abiertos los ojos:

17 Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.

18 Será tomada Edom, Será también tomada Seir por sus enemigos, E Israel se portará varonilmente.

19 De Jacob saldrá el dominador, Y destruirá lo que quedare de la ciudad.

20 Y viendo a Amalec, tomó su parábola y dijo: Amalec, cabeza de naciones; Mas al fin perecerá para siempre.

21 Y viendo al ceneo, tomó su parábola y dijo: Fuerte es tu habitación; Pon en la peña tu nido;

22 Porque el ceneo será echado, Cuando Asiria te llevará cautivo.

23 Tomó su parábola otra vez, y dijo: ¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas?

24 Vendrán naves de la costa de Quitim, Y afligirán a Asiria, afligirán también a Heber; Mas él también perecerá para siempre.

25 Entonces se levantó Balaam y se fue, y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su amino.

  X


1 Cuando Balaam llegó a ver que era bueno a los ojos de Jehová bendecir a Israel, no se fue como las otras veces para dar con agüeros de mala suerte, sino que dirigió su rostro hacia el desierto.

2 Cuando Balaam alzó los ojos y vio a Israel que residía por sus tribus, entonces el espíritu de Dios vino a estar sobre él.

3 Por lo tanto, dio principio a su expresión proverbial y dijo: “La expresión de Balaam hijo de Beor, y la expresión del hombre físicamente capacitado con ojo ya no sellado,

4 la expresión del que oye los dichos de Dios, que llegó a ver una visión del Todopoderoso mientras caía con los ojos destapados:

5 ¡Cuán bien parecidas son tus tiendas, oh Jacob, tus tabernáculos, oh Israel!

6 Como valles torrenciales se han extendido por larga distancia, como jardines junto al río. Como áloes que Jehová ha plantado, como cedros junto a las aguas.

7 El agua sigue saliendo en chorrillos de sus dos cubos de cuero, y su descendencia está junto a muchas aguas. Su rey también será más alto que Agag, y su reino será elevado.

8 Dios está sacándolo de Egipto; el veloz proceder de un toro salvaje es de él. Consumirá a las naciones, sus opresores, y roerá sus huesos, y las hará pedazos con las flechas suyas.

9 Se inclinó, se echó como el león, y, como león, ¿quién se atreve a hacer que se levante? Los que te bendigan son los benditos, y los que te maldigan son los malditos”.

10 Con eso la cólera de Balac se encendió contra Balaam y él batió las manos, y Balac pasó a decir a Balaam: “Fue para execrar a mis enemigos para lo que te llamé, y, ¡mira!, los has bendecido hasta el límite estas tres veces.

11 Y ahora vete corriendo a tu lugar. Me había dicho a mí mismo que sin falta iba a honrarte, pero, ¡mira!, Jehová te ha retenido de honor”.

12 A su vez Balaam dijo a Balac: “¿No fue también a tus mensajeros que me enviaste a quienes hablé y dije:

13 ‘Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, yo no podría pasar más allá de la orden de Jehová para hacer cosa buena o mala de mi propio corazón. Cualquier cosa que Jehová hable es lo que yo hablaré’?

14 Y ahora aquí me voy a mi pueblo. Ven, sí, déjame avisarte lo que este pueblo hará a tu pueblo después, en el fin de los días”.

15 De modo que dio principio a su expresión proverbial y dijo: “La expresión de Balaam hijo de Beor, y la expresión del hombre físicamente capacitado con ojo ya no sellado,

16 la expresión del que oye los dichos de Dios, y el que conoce el conocimiento del Altísimo... Una visión del Todopoderoso llegó a ver mientras caía con los ojos destapados:

17 Lo veré, pero no ahora; lo contemplaré, pero no de cerca. Una estrella ciertamente saldrá de Jacob, y un cetro verdaderamente se levantará de Israel. Y él ciertamente partirá las sienes de [la cabeza de] Moab y el cráneo de todos los hijos de tumulto de guerra.

18 Y Edom tiene que llegar a ser posesión, sí, Seír tiene que llegar a ser la posesión de sus enemigos, mientras Israel va desplegando su ánimo.

19 Y de Jacob saldrá uno sojuzgando, y tendrá que destruir a todo sobreviviente de la ciudad”.

20 Cuando llegó a ver a Amaleq, prosiguió su expresión proverbial y pasó a decir: “Amaleq fue la primera de las naciones, pero su fin después será aun su perecer”.

21 Cuando llegó a ver a los quenitas, prosiguió su expresión proverbial y pasó a decir: “Duradera es tu morada, y en peñasco está puesta tu habitación.

22 Pero llegará a haber uno que queme a Qayín. ¿Cuánto falta hasta que te lleve cautivo Asiria?”.

23 Y prosiguió su expresión proverbial y pasó a decir: “¡Ay! ¿Quién sobrevivirá cuando Dios lo cause?

24 Y habrá naves de la costa de Kitim, y ciertamente afligirán a Asiria, y verdaderamente afligirán a Éber. Pero él también por fin perecerá”.

25 Después de eso, Balaam se levantó y se fue y volvió a su lugar. Y Balac también se fue por su propio camino.