< Anterior |
Siguiente > |
1 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado.
2 Vinieron, pues, los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes de la congregación, diciendo:
3 Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón,
4 la tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de ganado, y tus siervos tienen ganado.
5 Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.
6 Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí?
7 ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová?
8 Así hicieron vuestros padres, cuando los envié desde Cades- barnea para que viesen la tierra.
9 Subieron hasta el torrente de Escol, y después que vieron la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no viniesen a la tierra que Jehová les había dado.
10 Y la ira de Jehová se encendió entonces, y juró diciendo:
11 No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí;
12 excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová.
13 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal delante de Jehová.
14 Y he aquí, vosotros habéis sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir aún a la ira de Jehová contra Israel.
15 Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto, y destruiréis a todo este pueblo.
16 Entonces ellos vinieron a Moisés y dijeron: Edificaremos aquí majadas para nuestro ganado, y ciudades para nuestros niños;
17 y nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros niños quedarán en ciudades fortificadas a causa de los moradores del país.
18 No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel posean cada uno su heredad.
19 Porque no tomaremos heredad con ellos al otro lado del Jordán ni adelante, por cuanto tendremos ya nuestra heredad a este otro lado del Jordán al oriente.
20 Entonces les respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os disponéis para ir delante de Jehová a la guerra,
21 y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que haya echado a sus enemigos de delante de sí,
22 y sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis libres de culpa para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad delante de Jehová.
23 Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará.
24 Edificaos ciudades para vuestros niños, y majadas para vuestras ovejas, y haced lo que ha declarado vuestra boca.
25 Y hablaron los hijos de Gad y los hijos de Rubén a Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor ha mandado.
26 Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras bestias, estarán ahí en las ciudades de Galaad;
27 y tus siervos, armados todos para la guerra, pasarán delante de Jehová a la guerra, de la manera que mi señor dice.
28 Entonces les encomendó Moisés al sacerdote Eleazar, y a Josué hijo de Nun, y a los príncipes de los padres de las tribus de los hijos de Israel.
29 Y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán, armados todos para la guerra delante de Jehová, luego que el país sea sojuzgado delante de vosotros, les daréis la tierra de Galaad en posesión;
30 mas si no pasan armados con vosotros, entonces tendrán posesión entre vosotros, en la tierra de Canaán.
31 Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron diciendo: Haremos lo que Jehová ha dicho a tus siervos.
32 Nosotros pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de Canaán, y la posesión de nuestra heredad será a este lado del Jordán.
33 Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sehón rey amorreo y el reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades y sus territorios, las ciudades del país alrededor.
34 Y los hijos de Gad edificaron Dibón, Atarot, Aroer,
35 Atarot-sofán, Jazer, Jogbeha,
36 Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas; hicieron también majadas para ovejas.
37 Y los hijos de Rubén edificaron Hesbón, Eleale, Quiriataim,
38 Nebo, Baal-meón (mudados los nombres) y Sibma; y pusieron nombres a las ciudades que edificaron.
39 Y los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, y la tomaron, y echaron al amorreo que estaba en ella.
40 Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de Manasés, el cual habitó en ella.
41 También Jair hijo de Manasés fue y tomó sus aldeas, y les puso por nombre Havot-jair.
42 Asimismo Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba, conforme a su nombre.
1 Ahora bien, los hijos de Rubén y los hijos de Gad habían llegado a tener una gran cantidad de ganado; de hecho, muchísimo. Y empezaron a ver la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, y, ¡mire!, el lugar era lugar para ganado.
2 Por lo tanto, los hijos de Gad y los hijos de Rubén vinieron y dijeron esto a Moisés y Eleazar el sacerdote y a los principales de la asamblea:
3 “Atarot y Dibón y Jazer y Nimrá y Hesbón y Elealé y Sebam y Nebo y Beón,
4 la tierra que Jehová derrotó delante de la asamblea de Israel, es tierra para ganado, y tus siervos tienen ganado”.
5 Y siguieron diciendo: “Si hemos hallado favor a tus ojos, que se dé esta tierra a tus siervos como posesión. No nos hagas cruzar el Jordán”.
6 Entonces Moisés dijo a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: “¿Han de ir sus hermanos a la guerra mientras ustedes mismos se quedan morando aquí?
7 ¿Y por qué deben ustedes desalentar a los hijos de Israel para que no crucen a la tierra que Jehová ciertamente les dará?
8 Así hicieron los padres de ustedes cuando los envié desde Qadés-barnea para ver la tierra.
9 Cuando subieron hasta el valle torrencial de Escol y vieron la tierra, entonces desalentaron a los hijos de Israel, para que no entraran en la tierra que Jehová de seguro iba a darles.
10 Por consiguiente, se encendió la cólera de Jehová en aquel día, de modo que juró, y dijo:
11 ‘Los hombres que subieron de Egipto de veinte años de edad para arriba no verán el suelo acerca del cual he jurado a Abrahán, Isaac y Jacob, porque no me han seguido íntegramente,
12 con excepción de Caleb hijo de Jefuné el quenizita y Josué hijo de Nun, porque ellos han seguido a Jehová íntegramente’.
13 Así es que se encendió la cólera de Jehová contra Israel y él hizo que anduvieran errantes por el desierto cuarenta años, hasta que se acabó toda la generación que estaba haciendo mal a los ojos de Jehová.
14 Y resulta que ustedes se han levantado en el lugar de sus padres como la ralea de hombres pecaminosos para añadir más a la cólera ardiente de Jehová contra Israel.
15 En caso de que ustedes se volvieran de seguirlo, entonces él ciertamente volvería a dejar que ellos se quedaran más tiempo en el desierto, y ustedes habrían obrado ruinosamente para con todo este pueblo”.
16 Más tarde se acercaron a él y dijeron: “Déjanos edificar aquí apriscos de piedra para nuestro ganado y ciudades para nuestros pequeñuelos.
17 Pero nosotros mismos iremos equipados en forma de batalla delante de los hijos de Israel hasta cuando sea que los hayamos introducido en su lugar, mientras que nuestros pequeñuelos tendrán que morar en las ciudades con fortificaciones, alejados del rostro de los habitantes del país.
18 No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel se hayan provisto de propiedad en tierras, cada uno de su propia herencia.
19 Porque nosotros no conseguiremos herencia con ellos desde el lado del Jordán y más allá, porque nuestra herencia nos ha venido del lado del Jordán hacia el naciente”.
20 Ante esto, Moisés les dijo: “Si hacen esta cosa, si se equipan delante de Jehová para la guerra,
21 y todo hombre equipado de ustedes realmente pasa el Jordán delante de Jehová, hasta que él expulse a sus enemigos de delante de sí,
22 y la tierra realmente queda sojuzgada delante de Jehová, y después vuelven ustedes, entonces realmente resultarán libres de culpa contra Jehová y contra Israel; y esta tierra tendrá que llegar a ser de ustedes como posesión delante de Jehová.
23 Pero si no lo hacen de esta manera, entonces ciertamente pecarán contra Jehová. En tal caso, sepan que su pecado los alcanzará.
24 Edifíquense ciudades para sus pequeñuelos y apriscos de piedra para sus rebaños, y deben hacer lo que ha procedido de su boca”.
25 Entonces los hijos de Gad y los hijos de Rubén dijeron esto a Moisés: “Tus siervos harán tal como está mandando mi señor.
26 Nuestros pequeñuelos, nuestras esposas, nuestro ganado y todos nuestros animales domésticos se quedarán allí en las ciudades de Galaad,
27 pero tus siervos pasarán a través, todos equipados para el ejército, delante de Jehová para la guerra, tal como está hablando mi señor”.
28 Por consiguiente, Moisés dio mandato respecto a ellos a Eleazar el sacerdote y a Josué hijo de Nun y a los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel.
29 De modo que les dijo Moisés: “Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén pasan con ustedes el Jordán, todos equipados para la guerra, delante de Jehová, y la tierra realmente queda sojuzgada delante de ustedes, entonces tienen que darles la tierra de Galaad como posesión.
30 Pero si no pasan equipados al otro lado con ustedes, entonces tienen que ser establecidos en medio de ustedes en la tierra de Canaán”.
31 A lo cual contestaron los hijos de Gad y los hijos de Rubén, diciendo: “Lo que Jehová ha hablado a tus siervos, eso es lo que haremos.
32 Nosotros mismos ciertamente pasaremos equipados delante de Jehová a la tierra de Canaán, y la posesión de nuestra herencia estará con nosotros de este lado del Jordán”.
33 Ante esto, Moisés les dio, es decir, a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén y a la mitad de la tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sehón el rey de los amorreos y el reino de Og el rey de Basán, la tierra que pertenecía a las ciudades de este en los territorios, y las ciudades de la tierra en derredor.
34 Y los hijos de Gad se pusieron a edificar a Dibón y Atarot y Aroer,
35 y Atrot-sofán y Jazer y Jogbehá,
36 y Bet-nimrá y Bet-harán, ciudades con fortificaciones, y apriscos de piedra.
37 Y los hijos de Rubén edificaron a Hesbón y Elealé y Quiryataim,
38 y Nebo y Baal-meón —cambiados sus nombres— y Sibmá; y empezaron a llamar por sus propios nombres los nombres de las ciudades que edificaron.
39 Y los hijos de Makir hijo de Manasés procedieron a marchar a Galaad y a tomarla y a expulsar a los amorreos que estaban en ella.
40 De modo que Moisés dio Galaad a Makir hijo de Manasés, y este se puso a morar en ella.
41 Y Jaír hijo de Manasés marchó y fue tomando las aldeas de tiendas de ellos, y empezó a llamarlas Havot-jaír.
42 Y Nóbah marchó y fue tomando a Quenat y sus pueblos dependientes; y se puso a llamarla Nóbah, por el propio nombre de él.