1 ¡Ay de los que viven tranquilos en Sión y de los que viven confiados en el monte de Samaria!
2 Pasen a Calné y obsérvenla; vayan de allí a Jamat la grande,
3 Ustedes creen alejar el día de la desgracia, pero están acercando el imperio de la violencia.
4 Ustedes que se acuestan en camas incrustadas de marfil y se arrellanan en divanes;
5 que, a la manera de David, improvisan canciones al son de la cítara
6 que beben vino en tazones y se perfuman con las esencias más finas
7 marcharán a la cabeza de los desterrados, y así terminará el banquete de los holgazanes.
8 El Señor omnipotente jura por sí mismo; esto afirma el Señor Dios Todopoderoso:
9 Sucederá que, si en una casa quedan diez hombres con vida, todos morirán.
10 Y, cuando vengan a la casa para levantar los cadáveres y quemarlos, algún pariente le preguntará a otro que ande en la casa: «¿Queda alguien más contigo?» Y aquel le responderá: «No». Entonces le dirá: «¡Cállate! No vayamos a mencionar el nombre del Señor».
11 Mira, el Señor da la orden de golpear la casa grande hasta hacerla añicos
12 ¿Acaso galopan los caballos por las rocas o se ara en estas con bueyes?
13 Ustedes se regocijan por la conquista de Lo Debar y agregan: «¿No fue con nuestras propias fuerzas
14 «Por tanto, pueblo de Israel, voy a levantar contra ti a una nación