1 He entrado ya en mi jardín, hermana y novia mía,
2 Yo dormía, pero mi corazón velaba. ¡Y oí una voz!
3 Ya me he quitado la ropa; ¡cómo volver a vestirme!
4 Mi amado pasó la mano por la abertura del cerrojo;
5 Me levanté y le abrí a mi amado; ¡gotas de mirra corrían por mis manos!
6 Le abrí a mi amado, pero ya no estaba allí.
7 Me encontraron los centinelas mientras rondaban la ciudad;
8 Yo les ruego, mujeres de Jerusalén, que, si encuentran a mi amado,
9 Dinos, bella entre las bellas, ¿en qué aventaja tu amado a otros hombres?
10 Mi amado es apuesto y trigueño, y entre diez mil hombres se le distingue.
11 Su cabeza es oro puro; su cabellera es ondulada
12 Sus ojos parecen palomas posadas junto a los arroyos,
13 Sus mejillas son como lechos de bálsamo, como cultivos de aromáticas hierbas.
14 Sus brazos son barras de oro montadas sobre topacios.
15 Sus piernas son pilares de mármol que descansan sobre bases de oro puro.
16 Su paladar es la dulzura misma; ¡él es todo un encanto!