1 ¡Presten atención! El Señor, el Señor Todopoderoso,
2 Él retira al valiente y al guerrero, al juez y al profeta,
3 al capitán y al dignatario, al consejero, al artesano experto
4 Les pondré como jefes a muchachos, y los gobernarán niños caprichosos.
5 Unos a otros se maltratarán: hombre contra hombre,
6 Entonces un hombre agarrará a su hermano en la casa de su padre, y le dirá:
7 Pero entonces el otro protestará: «Yo no soy médico,
8 Jerusalén se tambalea, Judá se derrumba,
9 Su propio descaro los acusa y, como Sodoma, se jactan de su pecado;
10 Díganle al justo que le irá bien, pues gozará del fruto de sus acciones.
11 ¡Ay del malvado, pues le irá mal! ¡Según la obra de sus manos se le pagará!
12 ¡Pobre pueblo mío, oprimido por niños y gobernado por mujeres!
13 El Señor se dispone a denunciar; se levanta para enjuiciar al pueblo.
14 El Señor entra en juicio contra los ancianos y jefes de su pueblo:
15 ¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo y pasan por encima de los pobres?»,
16 El Señor dice: «Las hijas de Sión son tan orgullosas
17 Por eso el Señor cubrirá de sarna la cabeza de las hijas de Sión;
18 En aquel día, el Señor arrancará todo adorno: hebillas, diademas, broches,
19 pendientes, pulseras, velos,
20 pañuelos, cadenillas de los pies, cinturones, frasquitos de perfume, amuletos,
21 anillos, argollas para la nariz,
22 ropas de gala, mantos, chales, bolsos,
23 espejos, telas finas, turbantes y mantillas.
24 Habrá pestilencia en vez de perfume, soga en vez de cinturón,
25 Tus hombres caerán a filo de espada, y tus valientes, en el campo de batalla.
26 Las puertas de la ciudad gemirán y se vestirán de luto; desolada, la ciudad se sentará en el suelo.