1 «¡Callen en mi presencia, costas lejanas! ¡Naciones, renueven sus fuerzas!
2 »¿Quién ha hecho venir desde el oriente a aquel que siempre sale victorioso?
3 Con paso firme los persigue por una senda que nunca antes pisó.
4 ¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible? ¿Quién llamó a las generaciones desde el principio?
5 Lo han visto las costas lejanas, y temen; tiemblan los confines de la tierra.
6 Cada uno ayuda a su compañero, y le infunde aliento a su hermano.
7 El artesano anima al joyero; y el que aplana con el martillo
8 «Pero tú, Israel, mi siervo, tú, Jacob, a quien he escogido,
9 Te tomé de los confines de la tierra, te llamé de los rincones más remotos,
10 Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios.
11 »Todos los que se enardecen contra ti sin duda serán avergonzados y humillados;
12 Aunque busques a tus enemigos, no los encontrarás.
13 Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha;
14 No temas, gusano Jacob, pequeño Israel —afirma el Señor—,
15 »Te convertiré en una trilladora nueva y afilada, de doble filo.
16 Las aventarás y se las llevará el viento; ¡un vendaval las dispersará!
17 »Los pobres y los necesitados buscan agua, pero no la encuentran;
18 Haré brotar ríos en las áridas cumbres, y manantiales entre los valles.
19 Plantaré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos;
20 para que la gente vea y sepa, y considere y entienda,
21 »Expongan su caso —dice el Señor—; presenten sus pruebas —demanda el rey de Jacob—.
22 Acérquense y anuncien lo que ha de suceder,
23 Digan qué nos depara el futuro; así sabremos que ustedes son dioses.
24 ¡La verdad es que ustedes no son nada, y aun menos que nada son sus obras!
25 »Del norte hice venir a uno, y acudió a mi llamado;
26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que lo supiéramos?
27 Yo fui el primero en decirle a Sión: “¡Mira, ya están aquí!”
28 Miro entre ellos, y no hay nadie; no hay entre ellos quien aconseje,
29 ¡Todos ellos son falsos! Sus obras no son nada;