1 Nínive, un destructor avanza contra ti, así que monta guardia en el terraplén,
2 Porque el Señor restaura la majestad de Jacob, como la majestad de Israel,
3 Rojo es el escudo de sus valientes; de púrpura se visten los guerreros.
4 Desaforados corren los carros por las calles, irrumpen con violencia por las plazas.
5 Convoca el rey de Nínive a sus tropas escogidas, que en su carrera se atropellan.
6 pero se abren las compuertas de los ríos y el palacio se derrumba.
7 Ya está decidido: la ciudad será llevada al exilio.
8 Nínive es como un estanque roto cuyas aguas se derraman.
9 ¡Saqueen la plata! ¡Saqueen el oro!
10 ¡Destrucción, desolación, devastación! Desfallecen los corazones,
11 ¿Qué fue de la guarida de los leones y de la cueva de los leoncillos,
12 ¿Qué fue del león, que despedazaba para sus crías
13 «Pero ahora yo vengo contra ti —afirma el Señor omnipotente—.