1 Israel era una vid frondosa que daba fruto a su antojo.
2 Su corazón es escurridizo, pero tendrá que cargar con su culpa.
3 Tal vez dirán: «No hemos temido al Señor, y por eso no tenemos rey.
4 Hablan solo por hablar; juran en falso y hacen tratos;
5 Temen los moradores de Samaria por el becerro que adoran en Bet Avén.
6 El becerro será llevado a Asiria como tributo para el gran rey.
7 Samaria y su rey desaparecerán como rama arrastrada por el agua.
8 Serán destruidos sus santuarios paganos, lugares de pecado de Israel.
9 «Tú, Israel, has venido pecando desde los días de Guibeá,
10 Cuando yo quiera, los castigaré; entonces las naciones se juntarán contra ellos
11 Efraín es una novilla adiestrada a la que le gusta trillar,
12 ¡Siembren para ustedes justicia! ¡Cosechen el fruto del amor,
13 Pero ustedes sembraron maldad, cosecharon crímenes y comieron el fruto de la mentira,
14 Un estruendo de guerra se levantará contra su pueblo, y todas sus fortalezas serán devastadas,
15 Esto es lo que Betel les hizo a ustedes, a causa de su extrema maldad.