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PROVERBIOS 27 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.

2 Alábete el extraño, y no tu propia boca; El ajeno, y no los labios tuyos.

3 Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es más pesada que ambas.

4 Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?

5 Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.

6 Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.

7 El hombre saciado desprecia el panal de miel; Pero al hambriento todo lo amargo es dulce.

8 Cual ave que se va de su nido, Tal es el hombre que se va de su lugar.

9 El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.

10 No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre; Ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos.

11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder al que me agravie.

12 El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y llevan el daño.

13 Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño; Y al que fía a la extraña, tómale prenda.

14 El que bendice a su amigo en alta voz, madrugando de mañana, Por maldición se le contará.

15 Gotera continua en tiempo de lluvia Y la mujer rencillosa, son semejantes;

16 Pretender contenerla es como refrenar el viento, O sujetar el aceite en la mano derecha.

17 Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre aguza el rostro de su amigo.

18 Quien cuida la higuera comerá su fruto, Y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra.

19 Como en el agua el rostro corresponde al rostro, Así el corazón del hombre al del hombre.

20 El Seol y el Abadón nunca se sacian; Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

21 El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro, Y al hombre la boca del que lo alaba.

22 Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo majados con el pisón, No se apartará de él su necedad.

23 Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, Y mira con cuidado por tus rebaños;

24 Porque las riquezas no duran para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?

25 Saldrá la grama, aparecerá la hierba, Y se segarán las hierbas de los montes.

26 Los corderos son para tus vestidos, Y los cabritos para el precio del campo;

27 Y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, para mantenimiento de tu casa, Y para sustento de tus criadas.

  X


1 No te jactes del día siguiente, porque no sabes lo que un día dará a luz.

2 Alábete un extraño, y no tu propia boca; hágalo un extranjero, y no tus propios labios.

3 Lo pesada que es una piedra y una carga de arena... pero la irritación por alguien tonto es más pesada que ambas.

4 Hay la crueldad de la furia, también la inundación de la cólera, pero ¿quién puede estar de pie ante los celos?

5 Mejor es la censura revelada que el amor oculto.

6 Las heridas infligidas por uno que ama son fieles, pero los besos de uno que odia son cosas que han de ser suplicadas.

7 El alma que está satisfecha pisotea la miel del panal, pero a un alma hambrienta toda cosa amarga es dulce.

8 Tal como un pájaro que huye de su nido, así es el hombre que huye de su lugar.

9 Aceite e incienso son lo que regocija el corazón, también la dulzura del compañero de uno debido al consejo del alma.

10 No dejes a tu propio compañero ni al compañero de tu padre, y no entres en la casa de tu propio hermano en el día de tu desastre. Mejor es un vecino que está cerca que un hermano que está lejos.

11 Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.

12 El sagaz que ha visto la calamidad se ha ocultado; los inexpertos que han pasado adelante han sufrido la pena.

13 Toma el vestido de uno, en caso de que haya salido fiador por un extraño; y en el caso de una extranjera, quita de él una prenda.

14 El que bendice a su semejante con voz fuerte muy de mañana, como invocación de mal será reputado de parte de él.

15 El techo con goteras que ahuyenta a uno en un día de lluvia constante y la esposa contenciosa son comparables.

16 Cualquiera que la abriga ha abrigado el viento, y aceite es lo que encuentra su mano derecha.

17 Con hierro, el hierro mismo se aguza. Así un hombre aguza el rostro de otro.

18 El que salvaguarda la higuera, él mismo comerá su fruto, y el que guarda a su amo será honrado.

19 Como en el agua rostro corresponde a rostro, así el corazón del hombre al [del] hombre.

20 El Seol y [el lugar de] la destrucción mismos no se satisfacen; tampoco se satisfacen los ojos del hombre.

21 El crisol es para la plata, y el horno es para el oro; y un individuo es conforme a su alabanza.

22 Aunque machaques al tonto con un majador en un mortero, entre el grano resquebrajado, hasta que quede fino, su tontedad no se apartará de él.

23 Debes conocer positivamente la apariencia de tu rebaño. Fija tu corazón en tus hatos;

24 porque el tesoro no será hasta tiempo indefinido, ni una diadema para todas las generaciones.

25 Se ha ido la hierba verde, y la nueva hierba ha aparecido, y la vegetación de las montañas ha sido recogida.

26 Los carneros jóvenes son para tu ropa, y los machos cabríos son el precio del campo.

27 Y hay suficiencia de leche de cabras para tu alimento, para el alimento de tu casa, y el medio de vida para tus muchachas.