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PROVERBIOS 6 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, Si has empeñado tu palabra a un extraño,

2 Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y has quedado preso en los dichos de tus labios.

3 Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, Ya que has caído en la mano de tu prójimo; Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.

4 No des sueño a tus ojos, Ni a tus párpados adormecimiento;

5 Escápate como gacela de la mano del cazador, Y como ave de la mano del que arma lazos.

6 Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio;

7 La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor,

8 Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.

9 Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?

10 Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo;

11 Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.

12 El hombre malo, el hombre depravado, Es el que anda en perversidad de boca;

13 Que guiña los ojos, que habla con los pies, Que hace señas con los dedos.

14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo; Siembra las discordias.

15 Por tanto, su calamidad vendrá de repente; Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.

16 Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma:

17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,

18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal,

19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos. Amonestación contra el adulterio

20 Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre;

21 Atalos siempre en tu corazón, Enlázalos a tu cuello.

22 Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; Hablarán contigo cuando despiertes.

23 Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen,

24 Para que te guarden de la mala mujer, De la blandura de la lengua de la mujer extraña.

25 No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos;

26 Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.

27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan?

28 ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen?

29 Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare.

30 No tienen en poco al ladrón si hurta Para saciar su apetito cuando tiene hambre;

31 Pero si es sorprendido, pagará siete veces; Entregará todo el haber de su casa.

32 Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace.

33 Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta nunca será borrada.

34 Porque los celos son el furor del hombre, Y no perdonará en el día de la venganza.

35 No aceptará ningún rescate, Ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones.

  X


1 Hijo mío, si has salido fiador por tu semejante, [si] has dado tu apretón de manos aun al extraño,

2 [si] has sido cogido en un lazo por los dichos de tu boca, [si] has sido atrapado por los dichos de tu boca,

3 toma estas medidas, entonces, hijo mío, y líbrate, porque has caído en la palma de la mano de tu semejante: Ve y humíllate, e inunda con importunaciones a tu semejante.

4 No des sueño a tus ojos, ni adormecimiento a tus radiantes ojos.

5 Líbrate como una gacela de la mano, y como un pájaro de la mano del pajarero.

6 Vete donde la hormiga, oh perezoso; mira sus caminos y hazte sabio.

7 Aunque no tiene comandante, oficial ni gobernante,

8 prepara su alimento aun en el verano; ha recogido su abastecimiento de alimento aun en la siega.

9 ¿Hasta cuándo, oh perezoso, te quedarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?

10 Un poco más de sueño, un poco más de dormitar, un poco más de cruzar las manos para estar acostado,

11 y tu pobreza ciertamente vendrá justamente como algún vagabundo, y tu carencia como un hombre armado.

12 Un hombre que para nada sirve, un hombre de nocividad, está andando con tortuosidad de habla,

13 guiñando el ojo, haciendo señales con el pie, dando indicaciones con los dedos.

14 La perversidad se halla en su corazón. Está fabricando algo malo a todo tiempo. Sigue enviando meramente contiendas.

15 Por eso de repente vendrá su desastre; en un instante él será quebrado, y no habrá curación.

16 Hay seis cosas que Jehová de veras odia; sí, siete son cosas detestables a su alma:

17 ojos altaneros, una lengua falsa, y manos que derraman sangre inocente,

18 un corazón que fabrica proyectos perjudiciales, pies que se apresuran a correr a la maldad,

19 un testigo falso que lanza mentiras, y cualquiera que envía contiendas entre hermanos.

20 Observa, oh hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no abandones la ley de tu madre.

21 Átalos sobre tu corazón constantemente; enlázalos a tu garganta.

22 Cuando andes, ello te guiará; cuando te acuestes, vigilará sobre ti; y cuando hayas despertado, hará de ti el objeto de su intenso interés.

23 Porque el mandamiento es una lámpara, y una luz es la ley, y las censuras de la disciplina son el camino de la vida,

24 para guardarte de la mujer mala, de la melosidad de la lengua de la extranjera.

25 No desees en tu corazón su belleza, y no vaya ella a atraparte con sus ojos lustrosos,

26 porque a favor de una prostituta [uno se rebaja] a un pan redondo; pero en cuanto a la esposa de [otro] hombre, ella caza hasta un alma preciosa.

27 ¿Puede un hombre recoger fuego en el seno sin que se le quemen las mismas prendas de vestir?

28 ¿O puede un hombre andar sobre las brasas sin que se le chamusquen los mismos pies?

29 Así mismo [ocurre] con cualquiera que tenga relaciones con la esposa de su semejante; nadie que la toque quedará exento de castigo.

30 La gente no desprecia al ladrón simplemente porque comete robo para llenarse el alma cuando tiene hambre.

31 Pero, cuando sea hallado, lo resarcirá con siete veces la cantidad; todas las cosas valiosas de su casa dará.

32 Cualquiera que comete adulterio con una mujer es falto de corazón; el que lo hace está arruinando su propia alma.

33 Una plaga y deshonra hallará, y su oprobio mismo no será borrado.

34 Porque la furia de un hombre físicamente capacitado son los celos, y no mostrará compasión en el día de la venganza.

35 No dará consideración a ninguna clase de rescate, ni mostrará disposición favorable, no importa cuán grande hagas el presente.