< Anterior |
Siguiente > |
1 Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; Guárdame de hombres violentos,
2 Los cuales maquinan males en el corazón, Cada día urden contiendas.
3 Aguzaron su lengua como la serpiente; Veneno de áspid hay debajo de sus labios. Selah
4 Guárdame, oh Jehová, de manos del impío; Líbrame de hombres injuriosos, Que han pensado trastornar mis pasos.
5 Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios; Han tendido red junto a la senda; Me han puesto lazos. Selah
6 He dicho a Jehová: Dios mío eres tú; Escucha, oh Jehová, la voz de mis ruegos.
7 Jehová Señor, potente salvador mío, Tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de batalla.
8 No concedas, oh Jehová, al impío sus deseos; No saques adelante su pensamiento, para que no se ensoberbezca. Selah
9 En cuanto a los que por todas partes me rodean, La maldad de sus propios labios cubrirá su cabeza.
10 Caerán sobre ellos brasas; Serán echados en el fuego, En abismos profundos de donde no salgan.
11 El hombre deslenguado no será firme en la tierra; El mal cazará al hombre injusto para derribarle.
12 Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, Y el derecho de los necesitados.
13 Ciertamente los justos alabarán tu nombre; Los rectos morarán en tu presencia.
1 (Para el director. Melodía de David.)par Líbrame, oh Jehová, de los hombres malos; quieras salvaguardarme hasta del hombre de hechos de violencia,
2 de los que han tramado cosas malas en [su] corazón, que todo el día siguen atacando como en guerras.
3 Han aguzado su lengua como la de una serpiente; la ponzoña de la víbora cornuda está debajo de sus labios. Sélah.
4 Guárdame, oh Jehová, de las manos del inicuo; quieras salvaguardarme hasta del hombre de hechos de violencia, de los que han tramado empujar mis pasos.
5 Los que a sí mismos se ensalzan me han escondido una trampa; y sogas han tendido como red al lado del sendero trillado. Lazos han colocado para mí. Sélah.
6 He dicho a Jehová: “Tú eres mi Dios. De veras presta oído, oh Jehová, a la voz de mis súplicas”.
7 Oh Jehová el Señor Soberano, la fuerza de mi salvación, tú has cubierto mi cabeza en resguardo en el día de la fuerza armada.
8 No otorgues, oh Jehová, los deseos vehementes del inicuo. No promuevas su maquinar, para que no sean ensalzados. Sélah.
9 En cuanto a las cabezas de los que me cercan, que el gravoso afán de sus propios labios las cubra.
10 Que sobre ellos se dejen caer brasas ardientes. Que se les haga caer en el fuego, en hoyos acuosos, para que no se levanten.
11 El gran hablador... que no sea establecido firmemente en la tierra. El hombre de violencia... que la maldad misma lo cace con repetidos golpes de punta.
12 Bien sé yo que Jehová ejecutará la reclamación legal del afligido, el juicio de los pobres.
13 De seguro los justos mismos darán gracias a tu nombre; los rectos morarán delante de tu rostro.