< Anterior |
Siguiente > |
1 Alaba, oh alma mía, a Jehová.
2 Alabaré a Jehová en mi vida; Cantaré salmos a mi Dios mientras viva.
3 No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.
4 Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecen sus pensamientos.
5 Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios,
6 El cual hizo los cielos y la tierra, El mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre,
7 Que hace justicia a los agraviados, Que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos;
8 Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos.
9 Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna.
10 Reinará Jehová para siempre; Tu Dios, oh Sion, de generación en generación. Aleluya.
1 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Alaba, alma mía, al Señor.
2 Alabaré al Señor toda mi vida; mientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios.
3 No pongan su confianza en gente poderosa, en simples mortales, que no pueden salvar.
4 Exhalan el espíritu y vuelven al polvo, y ese mismo día se desbaratan sus planes.
5 Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios,
6 creador del cielo y de la tierra, del mar y de todo cuanto hay en ellos,
7 El Señor hace justicia a los oprimidos, da de comer a los hambrientos
8 El Señor da vista a los ciegos, el Señor sostiene a los agobiados,
9 El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda,
10 ¡Oh Sión, que el Señor reine para siempre! ¡Que tu Dios reine por todas las generaciones!