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La Palabra de Dios preservada y viva

SALMOS 19 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

2 Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría.

3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz.

4 Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol;

5 Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino.

6 De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor.

7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.

8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.

9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.

10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.

11 Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.

12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.

13 Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.

14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.

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1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos.

2 Un día transmite al otro la noticia, una noche a la otra comparte su saber.

3 Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible,

4 por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!

5 Y este, como novio que sale de la cámara nupcial, se apresta, cual atleta, a recorrer el camino.

6 Sale de un extremo de los cielos y, en su recorrido, llega al otro extremo,

7 La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento.

8 Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón.

9 El temor del Señor es puro: permanece para siempre.

10 Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado;

11 Por ellas queda advertido tu siervo; quien las obedece recibe una gran recompensa.

12 ¿Quién está consciente de sus propios errores? ¡Perdóname aquellos de los que no estoy consciente!

13 Libra, además, a tu siervo de pecar a sabiendas; no permitas que tales pecados me dominen.

14 Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos,