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La Palabra de Dios preservada y viva

SALMOS 36 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.

2 Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, De que su iniquidad no será hallada y aborrecida.

3 Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien.

4 Medita maldad sobre su cama; Está en camino no bueno, El mal no aborrece.

5 Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.

6 Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.

7 ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.

8 Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.

9 Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.

10 Extiende tu misericordia a los que te conocen, Y tu justicia a los rectos de corazón.

11 No venga pie de soberbia contra mí, Y mano de impíos no me mueva.

12 Allí cayeron los hacedores de iniquidad; Fueron derribados, y no podrán levantarse.

  X


1 (Al director. Del siervo de Jehová, David.)par La expresión de transgresión, al inicuo, está en medio de su corazón; no hay pavor de Dios enfrente de sus ojos.

2 Porque ha sido demasiado meloso para consigo mismo a sus propios ojos para descubrir su error de modo que [lo] odie.

3 Las palabras de su boca son nocividad y engaño; ha cesado de tener perspicacia para hacer el bien.

4 Nocividad es lo que sigue tramando sobre su cama. Se aposta en un camino que no es bueno. Lo que es malo no rechaza.

5 Oh Jehová, tu bondad amorosa está en los cielos; tu fidelidad llega hasta las nubes.

6 Tu justicia es como montañas de Dios; tu decisión judicial es una vasta profundidad acuosa. A hombre y bestia salvas, oh Jehová.

7 ¡Cuán preciosa es tu bondad amorosa, oh Dios! Y en la sombra de tus alas los hijos de los hombres mismos se refugian.

8 Beben hasta saciarse de la grosura de tu casa; y del torrente de tus placeres les haces beber.

9 Porque contigo está la fuente de la vida; por luz de ti podemos ver luz.

10 Continúa tu bondad amorosa a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón.

11 Oh, no venga [contra] mí el pie de la altivez; en cuanto a la mano de gente inicua, no haga de mí un errante.

12 Allí han caído los practicantes de la nocividad; los han echado abajo a empujones y no han podido levantarse.