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La Palabra de Dios preservada y viva

SALMOS 49 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Oíd esto, pueblos todos; Escuchad, habitantes todos del mundo,

2 Así los plebeyos como los nobles, El rico y el pobre juntamente.

3 Mi boca hablará sabiduría, Y el pensamiento de mi corazón inteligencia.

4 Inclinaré al proverbio mi oído; Declararé con el arpa mi enigma.

5 ¿Por qué he de temer en los días de adversidad, Cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare?

6 Los que confían en sus bienes, Y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan,

7 Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar a Dios su rescate

8 (Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se logrará jamás),

9 Para que viva en adelante para siempre, Y nunca vea corrupción.

10 Pues verá que aun los sabios mueren; Que perecen del mismo modo que el insensato y el necio, Y dejan a otros sus riquezas.

11 Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, Y sus habitaciones para generación y generación; Dan sus nombres a sus tierras.

12 Mas el hombre no permanecerá en honra; Es semejante a las bestias que perecen.

13 Este su camino es locura; Con todo, sus descendientes se complacen en el dicho de ellos. Selah

14 Como a rebaños que son conducidos al Seol, La muerte los pastoreará, Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada.

15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo. Selah

16 No temas cuando se enriquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa;

17 Porque cuando muera no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria.

18 Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma, Y sea loado cuando prospere,

19 Entrará en la generación de sus padres, Y nunca más verá la luz.

20 El hombre que está en honra y no entiende, Semejante es a las bestias que perecen.

  X


1 (Al director. De los hijos de Coré. Melodía.)par Oigan esto, pueblos todos. Presten oído, habitantes todos del sistema de cosas,

2 ustedes los hijos de la humanidad así como los hijos del hombre, el rico y el pobre juntamente.

3 Mi propia boca hablará cosas de sabiduría, y la meditación de mi corazón será de cosas de entendimiento.

4 A una expresión proverbial inclinaré mi oído; con un arpa abriré mi enigma.

5 ¿Por qué he de tener miedo en los días del mal, [cuando] el error mismo de mis suplantadores me cerque?

6 Los que están confiando en sus medios de mantenimiento, y que siguen jactándose acerca de la abundancia de sus riquezas,

7 ni uno de ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por él

8 (y el precio de redención del alma de ellos es tan precioso que ha cesado hasta tiempo indefinido);

9 para que todavía viva para siempre [y] no vea el hoyo.

10 Porque él ve que aun los sabios mueren, juntos el estúpido y el irrazonable perecen, y tienen que dejar a otros sus medios de mantenimiento.

11 Su deseo interno es que sus casas sean hasta tiempo indefinido, sus tabernáculos hasta generación tras generación. Han llamado sus terrenos por los nombres de ellos.

12 Y, sin embargo, el hombre terrestre, aunque en honra, no puede seguir alojándose; realmente es comparable a las bestias que han sido destruidas.

13 Este es el camino de los que tienen estupidez, y de los que vienen tras ellos que se complacen en los mismos dichos de estos. Sélah.

14 Como ovejas han sido designados al Seol mismo; la muerte misma los pastoreará; y los rectos los tendrán en sujeción a la mañana, y sus formas habrán de gastarse; el Seol, más bien que una morada excelsa, es para cada uno.

15 No obstante, Dios mismo redimirá mi alma de la mano del Seol, porque él me recibirá. Sélah.

16 No tengas miedo porque algún hombre consigue riquezas, porque la gloria de su casa aumenta,

17 pues al morir no puede llevarse absolutamente nada; su gloria no descenderá junto con él mismo.

18 Pues durante su vida siguió bendiciendo su propia alma (y la gente te elogiará porque te haces el bien a ti mismo);

19 [su alma] finalmente llega solo hasta la generación de sus antepasados. Nunca más verán la luz.

20 El hombre terrestre, aunque en honra, que no entiende, en verdad es comparable a las bestias que han sido destruidas.