< Anterior |
Siguiente > |
1 Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; No hay quien haga bien.
2 Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido Que buscara a Dios.
3 Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.
4 ¿No tienen conocimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Dios no invocan?
5 Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo, Porque Dios ha esparcido los huesos del que puso asedio contra ti; Los avergonzaste, porque Dios los desechó.
6 ¡Oh, si saliera de Sion la salvación de Israel! Cuando Dios hiciere volver de la cautividad a su pueblo, Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
1 Dice el necio en su corazón: «No hay Dios».
2 Desde el cielo Dios contempla a los mortales, para ver si hay alguien
3 Pero todos se han descarriado, a una se han corrompido.
4 ¿Acaso no entienden todos los que hacen lo malo, los que devoran a mi pueblo como si fuera pan?
5 Allí los tienen, sobrecogidos de miedo, cuando no hay nada que temer.
6 ¡Quiera Dios que de Sión venga la salvación para Israel!