< Anterior |
Siguiente > |
1 Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
2 Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza.
3 Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
4 Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; Cantarán a tu nombre. Selah
5 Venid, y ved las obras de Dios, Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.
6 Volvió el mar en seco; Por el río pasaron a pie; Allí en él nos alegramos.
7 El señorea con su poder para siempre; Sus ojos atalayan sobre las naciones; Los rebeldes no serán enaltecidos. Selah
8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, Y haced oír la voz de su alabanza.
9 El es quien preservó la vida a nuestra alma, Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
10 Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata.
11 Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, Y nos sacaste a abundancia.
13 Entraré en tu casa con holocaustos; Te pagaré mis votos,
14 Que pronunciaron mis labios Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
15 Holocaustos de animales engordados te ofreceré, Con sahumerio de carneros; Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos. Selah
16 Venid, oíd todos los que teméis a Dios, Y contaré lo que ha hecho a mi alma.
17 A él clamé con mi boca, Y fue exaltado con mi lengua.
18 Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.
19 Mas ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica.
20 Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.
1 ¡Aclamen alegres a Dios, habitantes de toda la tierra!
2 Canten salmos a su glorioso nombre; ¡ríndanle gloriosas alabanzas!
3 Díganle a Dios: «¡Cuán imponentes son tus obras!
4 Toda la tierra se postra en tu presencia, y te cantan salmos;
5 ¡Vengan y vean las proezas de Dios, sus obras portentosas en nuestro favor!
6 Convirtió el mar en tierra seca, y el pueblo cruzó el río a pie.
7 Con su poder gobierna eternamente; sus ojos vigilan a las naciones.
8 Pueblos todos, bendigan a nuestro Dios, hagan oír la voz de su alabanza.
9 Él ha protegido nuestra vida, ha evitado que resbalen nuestros pies.
10 Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata.
11 Nos has hecho caer en una red; ¡pesada carga nos has echado a cuestas!
12 Las caballerías nos han aplastado la cabeza; hemos pasado por el fuego y por el agua,
13 Me presentaré en tu templo con holocaustos y cumpliré los votos que te hice,
14 los votos de mis labios y mi boca que pronuncié en medio de mi angustia.
15 Te ofreceré holocaustos de animales engordados, junto con el humo de ofrendas de carneros;
16 Vengan ustedes, temerosos de Dios, escuchen, que voy a contarles
17 Clamé a él con mi boca; lo alabé con mi lengua.
18 Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado;
19 pero Dios sí me ha escuchado, ha atendido a la voz de mi plegaria.
20 ¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi plegaria