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La Palabra de Dios preservada y viva

SALMOS 68 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen.

2 Como es lanzado el humo, los lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán los impíos delante de Dios.

3 Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría.

4 Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él.

5 Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada.

6 Dios hace habitar en familia a los desamparados; Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca.

7 Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, Cuando anduviste por el desierto, Selah

8 La tierra tembló; También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

9 Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad exhausta tú la reanimaste.

10 Los que son de tu grey han morado en ella; Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.

11 El Señor daba palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.

12 Huyeron, huyeron reyes de ejércitos, Y las que se quedaban en casa repartían los despojos.

13 Bien que fuisteis echados entre los tiestos, Seréis como alas de paloma cubiertas de plata, Y sus plumas con amarillez de oro.

14 Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí, Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón.

15 Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el de Basán.

16 ¿Por qué observáis, oh montes altos, Al monte que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.

17 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario.

18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.

19 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación. Selah

20 Dios, nuestro Dios ha de salvarnos, Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.

21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, La testa cabelluda del que camina en sus pecados.

22 El Señor dijo: De Basán te haré volver; Te haré volver de las profundidades del mar;

23 Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos, Y de ella la lengua de tus perros.

24 Vieron tus caminos, oh Dios; Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.

25 Los cantores iban delante, los músicos detrás; En medio las doncellas con panderos.

26 Bendecid a Dios en las congregaciones; Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel.

27 Allí estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos, Los príncipes de Judá en su congregación, Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros.

29 Por razón de tu templo en Jerusalén Los reyes te ofrecerán dones.

30 Reprime la reunión de gentes armadas, La multitud de toros con los becerros de los pueblos, Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata; Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra.

31 Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.

32 Reinos de la tierra, cantad a Dios, Cantad al Señor; Selah

33 Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad; He aquí dará su voz, poderosa voz.

34 Atribuid poder a Dios; Sobre Israel es su magnificencia, Y su poder está en los cielos.

35 Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios.

  X


1 (Al director. De David. Melodía, canción.)par Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y los que lo odian intensamente huyan a causa de él.

2 Como el humo es impelido, quieras impeler[los] tú; como se derrite la cera a causa del fuego, perezcan los inicuos de delante de Dios.

3 Pero en cuanto a los justos, regocíjense, exulten delante de Dios, y alborócense con regocijo.

4 Canten ustedes a Dios, celebren con melodía su nombre; levanten [una canción] a Aquel que cabalga por las llanuras del desierto como Jah, que es su nombre; y estén jubilosos delante de él;

5 padre de huérfanos de padre y juez de viudas es Dios en su santa morada.

6 Dios está haciendo morar en casa a los solitarios; está sacando a los prisioneros a la plena prosperidad. Sin embargo, en cuanto a los tercos, ellos tienen que residir en una tierra abrasada.

7 Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando marchaste por el desierto —Sélah—

8 la tierra misma se meció, el cielo mismo también goteó a causa de Dios; este Sinaí [se meció] a causa de Dios, el Dios de Israel.

9 Un copioso aguacero empezaste a hacer caer, oh Dios; tu herencia, aun cuando estaba fatigada... tú mismo la reanimaste.

10 Tu comunidad bajo tienda... ellos han morado en ella; con tu bondad procediste a prepararla para el afligido, oh Dios.

11 Jehová mismo da el dicho; las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande.

12 Hasta los reyes de los ejércitos huyen, ellos huyen. En cuanto a la que permanece en casa, ella participa del despojo.

13 Aunque ustedes se quedaron acostados entre los montones de ceniza [del campamento], habrá las alas de una paloma cubiertas de plata, y sus plumas remeras de oro verde amarillento.

14 Cuando el Todopoderoso esparció a los reyes en ella, empezó a nevar en Zalmón.

15 La región montañosa de Basán es una montaña de Dios; la región montañosa de Basán es una montaña de picos.

16 ¿Por qué, oh montañas de picos, se quedan mirando con envidia a la montaña que Dios ha deseado para sí para morar en ella? Aun Jehová mismo residirá [allí] para siempre.

17 Los carros de guerra de Dios se cuentan por decenas de millares, millares repetidas veces. Jehová mismo ha venido de Sinaí al lugar santo.

18 Has ascendido a lo alto; te has llevado cautivos; has tomado dones en la forma de hombres, sí, aun a los tercos, para residir [entre ellos], oh Jah Dios.

19 Bendito sea Jehová, que diariamente nos lleva la carga, el Dios [verdadero] de nuestra salvación. Sélah.

20 El Dios [verdadero] es para nosotros un Dios de hechos salvadores; y a Jehová el Señor Soberano pertenecen los caminos de salir de la muerte.

21 Realmente Dios mismo hará pedazos la cabeza de sus enemigos, la coronilla cabelluda de la cabeza de cualquiera que vaya andando en su culpabilidad.

22 Jehová ha dicho: “Desde Basán traeré de vuelta, [los] traeré de vuelta desde las profundidades del mar,

23 a fin de que te laves el pie en sangre, que de los enemigos tenga su porción la lengua de tus perros”.

24 Ellos han visto tus procesiones, oh Dios, las procesiones de mi Dios, mi Rey, [entrando] en el lugar santo.

25 Los cantores procedieron enfrente, los tocadores de instrumentos de cuerda detrás de ellos; en medio estuvieron las doncellas tocando panderetas.

26 En multitudes congregadas bendigan a Dios, a Jehová, [oh ustedes que son] de la Fuente de Israel.

27 Allí está el pequeño Benjamín sojuzgándolos, los príncipes de Judá con su muchedumbre que da gritos, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

28 Tu Dios ha dado mandato a tu fuerza. De veras muestra fuerza, oh Dios, tú que has obrado por nosotros.

29 A causa de tu templo en Jerusalén, a ti mismo los reyes traerán regalos.

30 Reprende a la bestia salvaje de las cañas, a la asamblea de toros, con los becerros de los pueblos, cada uno pisando duro piezas de plata. Él ha esparcido a los pueblos que se deleitan en peleas.

31 Efectos de bronce saldrán de Egipto; Cus mismo rápidamente extenderá sus manos [con regalos] a Dios.

32 Oh reinos de la tierra, canten a Dios, celebren con melodía a Jehová—Sélah—

33 a Aquel que cabalga en el antiguo cielo de los cielos. ¡He aquí! Hace sonar su voz, una voz fuerte.

34 Atribuyan fuerza a Dios. Sobre Israel está su eminencia, y su fuerza está en las nubes.

35 Dios es inspirador de temor desde tu magnífico santuario. El Dios de Israel es él, que da fuerza, aun poder, al pueblo. Bendito sea Dios.