< Anterior |
Siguiente > |
1 Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará.
2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo.
3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah
4 No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba.
5 Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos.
6 Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría:
7 ¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio?
8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa?
9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah
10 Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.
11 Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.
12 Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos.
13 Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios?
14 Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos tu poder.
15 Con tu brazo redimiste a tu pueblo, A los hijos de Jacob y de José. Selah
16 Te vieron las aguas, oh Dios; Las aguas te vieron, y temieron; Los abismos también se estremecieron.
17 Las nubes echaron inundaciones de aguas; Tronaron los cielos, Y discurrieron tus rayos.
18 La voz de tu trueno estaba en el torbellino; Tus relámpagos alumbraron el mundo; Se estremeció y tembló la tierra.
19 En el mar fue tu camino, Y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas.
20 Condujiste a tu pueblo como ovejas Por mano de Moisés y de Aarón.
1 A Dios elevo mi voz suplicante; a Dios elevo mi voz para que me escuche.
2 Cuando estoy angustiado, recurro al Señor; sin cesar elevo mis manos por las noches,
3 Me acuerdo de Dios, y me lamento; medito en él, y desfallezco. Selah
4 No me dejas conciliar el sueño; tan turbado estoy que ni hablar puedo.
5 Me pongo a pensar en los tiempos de antaño; de los años ya idos me acuerdo.
6 «¿Nos rechazará el Señor para siempre? ¿No volverá a mostrarnos su buena voluntad?
7 ¿Se habrá agotado su gran amor eterno, y sus promesas por todas las generaciones?
8 ¿Se habrá olvidado Dios de sus bondades, y en su enojo ya no quiere tenernos compasión?» Selah
9 Y me pongo a pensar: «Esto es lo que me duele: que haya cambiado la diestra del Altísimo».
10 Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño.
11 Meditaré en todas tus proezas; evocaré tus obras poderosas.
12 Santos, oh Dios, son tus caminos; ¿qué dios hay tan excelso como nuestro Dios?
13 Tú eres el Dios que realiza maravillas; el que despliega su poder entre los pueblos.
14 Con tu brazo poderoso redimiste a tu pueblo, a los descendientes de Jacob y de José. Selah
15 Las aguas te vieron, oh Dios, las aguas te vieron y se agitaron;
16 Derramaron su lluvia las nubes; retumbaron con estruendo los cielos;
17 Tu estruendo retumbó en el torbellino y tus relámpagos iluminaron el mundo;
18 Te abriste camino en el mar; te hiciste paso entre las muchas aguas,
19 Por medio de Moisés y de Aarón guiaste como un rebaño a tu pueblo.