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SALMOS 79 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad; Han profanado tu santo templo; Redujeron a Jerusalén a escombros.

2 Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos, La carne de tus santos a las bestias de la tierra.

3 Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusalén, Y no hubo quien los enterrase.

4 Somos afrentados de nuestros vecinos, Escarnecidos y burlados de los que están en nuestros alrededores.

5 ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?

6 Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen, Y sobre los reinos que no invocan tu nombre.

7 Porque han consumido a Jacob, Y su morada han asolado.

8 No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados; Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, Porque estamos muy abatidos.

9 Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.

10 Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, La venganza de la sangre de tus siervos que fue derramada.

11 Llegue delante de ti el gemido de los presos; Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte,

12 Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová.

13 Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas.

  X


1 Oh Dios, los pueblos paganos han invadido tu herencia; han profanado tu santo templo,

2 Han entregado los cadáveres de tus siervos como alimento de las aves del cielo;

3 Por toda Jerusalén han derramado su sangre, como si derramaran agua,

4 Nuestros vecinos hacen mofa de nosotros; somos blanco de las burlas de quienes nos rodean.

5 ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a estar enojado para siempre?

6 ¡Enójate con las naciones que no te reconocen, con los reinos que no invocan tu nombre!

7 Porque a Jacob se lo han devorado, y al país lo han dejado en ruinas.

8 No nos tomes en cuenta los pecados de ayer; ¡venga pronto tu misericordia a nuestro encuentro,

9 Oh Dios y Salvador nuestro, por la gloria de tu nombre, ayúdanos;

10 ¿Por qué van a decir las naciones: «¿Dónde está su Dios?»?

11 Que lleguen a tu presencia los gemidos de los cautivos,

12 Señor, haz que sientan nuestros vecinos, siete veces y en carne propia,

13 Y nosotros, tu pueblo y ovejas de tu prado, te alabaremos por siempre;