< Anterior |
Siguiente > |
1 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación,
10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.
1 Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo se conseguirá alojamiento bajo la mismísima sombra del Todopoderoso.
2 Ciertamente diré a Jehová: “[Tú eres] mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré”.
3 Porque él mismo te librará de la trampa del pajarero, de la peste que causa adversidades.
4 Con sus plumas remeras obstruirá el acceso a ti, y debajo de sus alas te refugiarás. Su apego a la verdad será un escudo grande y baluarte.
5 No tendrás miedo de nada pavoroso de noche, ni de la flecha que vuela de día,
6 ni de la peste que anda en las tinieblas, ni de la destrucción que despoja violentamente al mediodía.
7 Mil caerán a tu lado mismo, y diez mil a tu diestra; a ti no se te acercará.
8 Solo con tus ojos seguirás mirando, y verás la retribución misma de los inicuos.
9 Porque tú [dijiste]: “Jehová es mi refugio”, has hecho al Altísimo mismo tu morada;
10 no te acaecerá ninguna calamidad, y ni siquiera una plaga se acercará a tu tienda.
11 Porque él dará a sus propios ángeles un mandato acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos.
12 Sobre sus manos te llevarán, para que no des con tu pie contra piedra alguna.
13 Sobre el león joven y la cobra pisarás; hollarás al leoncillo crinado y a la culebra grande.
14 Porque en mí él ha puesto su cariño, yo también le proveeré escape. Lo protegeré porque ha llegado a conocer mi nombre.
15 Él me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré.
16 Con largura de días lo satisfaré, y le haré ver la salvación por mí.